ELCHE. Hace año y medio que el equipo de gobierno, liderado entonces y ahora por el PSPV, lleva vacilando con la ruptura del contrato firmado con la concesionaria Aparcisa para el nuevo proyecto de Mercado Central. Desde entonces, han sido constantes los vaivenes con la empresa para intentar dar con una salida consensuada: se les ha ofrecido una cantidad monetaria equivalente a la que han invertido, una comisión mixta para abordar el precio del acuerdo, un informe de Icomos por la afección al Misteri d'Elx, intentar que los placeros se pongan de su parte... Por su parte, la empresa no ha dado su brazo a torcer: tiene un contrato legal —refrendado por el Tribunal Supremo a pesar de la falta del PRI y proyecto de aparcamiento— y quiere cumplirlo, como es lógico. Hasta aquí. O al menos eso parece. Dependerá de la cumbre entre alcalde y gerente de Aparcisa que a priori será el jueves de la semana próxima.
Al tiempo que el equipo de gobierno intentaba zafarse del contrato, que también generó tensiones en el entonces tripartito de PSPV, Partido de Elche y Compromís, colectivos como Salvem el Mercat jugaban otras cartas, como la de la afección al Palmeral por el sistema de irrigación —Patrimonio de la Humanidad— que quedó al descubierto en las catas, o la del refugio de la Guerra Civil que ya venía indicado en el proyecto del mercado. Una opción a la que se sumó Urbanismo al sentirse 'desamparado' por parte de Conselleria, aunque desde ella también se pidió información sobre los refugios en marzo de 2018. Al final, más de año y medio después, ha sido el refugio antiaéreo el que ha acelerado los acontecimientos; encontrado por casualidad y en una zona cercana de catas, algo de lo que algunos llevan desconfiando tiempo. Un argumento técnicamente de mayor peso que el de Icomos.
Ahora, el bipartito le ofrece a Aparcisa hasta el próximo viernes para que responda a su oferta de acuerdo. De lo contrario, pondrá en marcha la maquinaria para rescindir inmediatamente y de forma unilateral. Una decisión que está amparada jurídicamente, según defiende el alcalde, por el informe encargado a Cuatrecasas que hasta ahora guarda como as en la manga. Así pues, al final todos los caminos han acabado llevando, año y medio después, a lo previsto. Ya se plantean firmemente la protección de los refugios bajo el mercado, como recomendaban los informes municipales en julio de 2018. Y como se veía venir, hay muchos visos de que la situación continúe encallada, pero esta vez en los juzgados, si no hay acuerdo. Aunque puede que al menos con la zona ya despejada de excavaciones y vallas.
El propio regidor Carlos González reconoce que a pesar de que el refugio, que tendrá que ser tramitado como Bien de Relevancia Local (BRL) —ha desatado la situación hasta el punto de que pedirán a Cultura que no autorice más catas—, puede ser la clave, este no garantiza que no sea motivo de disputa judicial y de indemnización. Uno de tantos quids que ahora se abren es a cuánto ascendería, si los tribunales llegan. En cualquier caso, tras el breve contacto mantenido por vía telefónica entre el primer edil y el gerente de la compañía gallega, Álvaro Gordillo, las sensaciones del alcalde son que la empresa sabe que se acerca el final del enquistamiento en un sentido u otro, y que por tanto ya no caben más especulaciones etéreas. La rescisión está encima de la mesa, y el gerente prefiere no hacer declaraciones. A su vez, está atado a lo que decidan los placeros, por el compromiso de construirles sus puestos comerciales. Hablará con el alcalde la semana próxima, muy posiblemente el jueves.
Si será o no el final al entuerto es difícil de saber. Cada uno jugará sus cartas y argumentos. Lo que sí parece seguro es que se sabrá ya de una vez si el enquistamiento ya no es político o empresarial, pues cada uno ha contemporizado y estirado los plazos a su manera, sino judicial. Y entonces habrá que esperar cuántos años más quedan en este laberinto, y si mientras tanto se pueden musealizar los refugios de la Guerra Civil o los Baños Árabes —según dice planear el bipartito—. No se ha planteado aún qué se quiere para el futuro mercado a nivel municipal, aunque desde 2016 el Consistorio cuenta con un proyecto diseñado. Eso sí, lo que definitivamente no se descubrirá es qué era ese "edificio singular" al que hacía referencia el director de las excavaciones y que omitió Cultura en su último informe. Algunos arqueólogos que han excavado en la zona dicen que se trata de una mezquita, puesto que solían estar tras el paso de los baños árabes y por la disposición de todos los restos encontrados es lo que encaja.