ELCHE. A finales del pasado mes de septiembre, la Dirección General de Cultura y Patrimonio remitía a Aparcisa, concesionaria del proyecto de nuevo Mercado Central, el informe de los Servicios Técnicos sobre el informe preliminar realizado por Alebus —empresa arqueológica— de más de 200 páginas correspondiente a la tercera fase de las catas en el exterior y zonas anexas del inmueble. Un informe en el que la compañía de arqueología pidió seguir excavando para conocer más acerca de distintos hallazgos, como un edificio singular con soportal en el extremo de un muro tapial, que no responde a una vivienda normal, unos baños árabes privados o un horno alfarero. Sin embargo, el escrito no entra a valorarlos ni los menciona, a pesar de la solicitud de arqueólogos que dirigieron la excavación.
De hecho, en el escrito, de cuatro páginas, la mayor parte corresponde a hacer una enumeración de los hallazgos realizados en toda la tercera fase de excavación arqueológica, iniciadas en noviembre de 2017, haciendo un repaso también de las obras de hace décadas que modificaron el subsuelo. En las conclusiones se propone la aceptación favorable del informe presentado por Alebus, un trámite normal tras la presentación del mismo, y se añade esta memoria a las de las fases previas, a la espera de tener la memoria final sobre la que Cultura tendrá que decidir si hay valor suficiente en los hallazgos para interrumpir el proyecto o al contrario.
Sin embargo, en las mencionadas conclusiones, tanto el Jefe de Servicio de Cultura de la Dirección Territorial de Alicante como el Técnico de Arqueología de la Conselleria, señalan que los restos documentados son una continuidad de los ya documentados en el interior del Mercado Central, "tanto en la cronología, su naturaleza y estado de conservación, por lo que las valoraciones son similares a las ya realizadas en informes anteriores". Un hecho que contrasta, al menos a priori, con que la propia Alebus solicitó permiso para seguir con la excavación por el interés que suscitaban los nuevos descubrimientos: un edificio singular con soportal, unos baños privados, un horno alfarero y el cementerio de la aristocracia islámica. También se encontraron dos acequias que llevaban agua a los campos de cultivo situados al sur de la medina, una gran cisterna y materiales que permiten situar el origen del actual asentamiento de la ciudad de Elche en una alquería del siglo IX. Sobre esto último, hasta ahora no se tenía constancia públicamente de restos hallados del siglo IX en Elche. El único descubrimiento de valor al que hace referencia el escrito es al de la necrópolis de más de 100 inhumaciones, algunas correspondientes a la nobleza de la época.
Desde Alebus se proponía seguir con la excavación en dos puntos con el propósito de seguir avanzando en su conocimiento: el largo muro tapial en cuyo extremo se encuentran restos de un amplio soportal y la esquina noreste del edificio, ya que se han descubiertos dos estancias soterradas y asociadas a dos potentes muros de tapial que parecen corresponder a dos sótanos que se habrían construido recortando el nivel geológico o aprovechando una depresión natural del terreno. Los autores del informe consideraron necesaria la excavación de 40 metros cuadrados que aún permanecen intactos en el interior de la cara Este del mercado para buscar la conexión entre ambos.
Con todo, el informe de Cultura omite esta parte y establece que quedan por documentar los espacios interiores del actual mercado que no fueron excavados en su día al seguir en funcionamiento la planta superior, las cimentaciones del edificio, el espacio entre los baños árabes y el actual edificio, las rampas de acceso en las calles afectadas "y cualquier zona afectada por las necesidades de ejecución o variaciones del proyecto inicial". Es decir, se circunscribe a lo que queda, la cuarta fase, de la que por otra parte, no especifica que se deba derruir el inmueble, a pesar de que Aparcisa así lo pide.
En cualquier caso, el documento también relata que la continuidad de los trabajos arqueológicos dependerá de la ejecución del proyecto previsto por la concesionaria, es decir, el Ayuntamiento, que ya ha dejado caer que no otorgará permiso para la cuarta fase porque quiere rescindir, "y menos si se tiene que derrumbar el inmueble", aunque señala que el Plan General y la Ley de Patrimonio valenciano lo impiden.