ELCHE. El proyecto del nuevo Mercado Central tiene todos los visos de acabar en los tribunales a merced de un juez, o al menos eso es lo que se extrae del choque de los dos principales agentes implicados en el asunto: por una parte, el Ayuntamiento —o al menos PSPV y Compromís— se agarra a las consideraciones del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), que pide el final del proyecto con aparcamiento por su afección al Misteri; por otra, la adjudicataria Aparcisa, que no renuncia a seguir con el mismo y que no está dispuesta a ser ella quien se encargue de rescindir el contrato firmado.
En medio, toda una gama de posiciones mayor o menor fundadas, en las que se encuentran las formaciones políticas —con el Partido de Elche alineado con la oposición, salvo Ilicitanos por Elche, que pide rehabilitar el inmueble—, los colectivos contra el proyecto, los placeros del mercado provisional y comerciantes que piden que se llegue a una solución con el mercado ya para revitalizar el casco histórico de la ciudad. En lo que respecta al alcalde y el equipo de gobierno, tras el informe primero y la reunión con Icomos después, la situación está clara: el proyecto del nuevo Mercado llega a su fin tal y como está planteado, por lo que ha solicitado urgentemente una reunión con Aparcisa, adjudicataria del proyecto, para trasladarle el contenido del informe y negociar una solución.
En ese sentido, Carlos González se reafirma en su posición tras la reunión, “el aparcamiento subterráneo es incompatible con el Misteri d’Elx, que trasciende a la mera representación”, y se apoya en que Icomos es la referencia de la Unesco en España y que se trata de un órgano colegiado. Para este último, "se debió hacer un informe patrimonial previo al proyecto" —esgrime González— fundamental para intervenciones que pueden afectar a Patrimonios de la Humanidad como es el caso, según el informe. Explicaron en la reunión que ese informe debió ser condición obligatoria en el pliego de condiciones y que sobre el informe enviado por Aparcisa al propio Icomos, para la institución, con el Misteri es incompatible cualquier aparcamiento y los desvíos de tráfico.
En ese sentido, González argumenta que “para Icomos no se trata de desviar el tráfico por una calle u otra, sino de un informe patrimonial previo que no se ha hecho y que se considera un déficit muy grave”. Así pues, el equipo de gobierno enviará el informe y estado de la situación a la Unesco, Conselleria y Ministerio de Cultura y se muestra “estupefacto”, ante las declaraciones del PP, al indicar para justificar la coyuntura que Icomos fue clave para la declaración de la Unesco sobre el Misteri. Tras los titubeos socialistas, o al menos la posición de perfil por prudencia, ya han mostrado las cartas tras jugar la de Icomos —aún queda la de Conselleria de Cultura con el refugio de la Guerra Civil—. Además, Compromís también presiona en ese sentido, pidiendo diálogo con la mercantil para dar por finalizado el proyecto.
Una posición diametralmente opuesta a la de la empresa por motivos obvios. El gerente de Aparcisa, Álvaro Gordillo, se desplazó hasta Elche para abordar de nuevo el asunto, y su postura también es meridiana: no está dispuesto a negociar con el Ayuntamiento si va con la intención de rescindir el contrato. Además, explicó que “no es tan fácil como irse y ya está, se trata de un contrato con una administración pública, muy complejo, aunque quisiera no podría”, y recordó que la única cláusula para que abandonen el proyecto es la de encontrar algún resto de mucha importancia en el subsuelo, algo que ya ha dicho que no es el caso, como aseveran desde la empresa encargada de las catas, aunque el Consistorio aún se guarda la carta del refugio.
Gordillo retó al alcalde a firmar la rescisión, que señaló puede rondar los 15 millones de euros en concepto no sólo de indemnizaciones a la adjudicataria por los gastos —catas arqueológicas, mercado provisional, lucro cesante…—, también por las que tendrían que recibir los placeros ubicados en el mercado provisional, hastiados también de la situación según explicó Manuel Valverde, presidente de la asociación de comerciantes del mercado, y que demás han solicitado una reunión a Icomos en calidad de afectados. Asimismo, Gordillo recordó los continuos problemas y trabas a los que se les ha puesto desde la administración local, mencionando la labor de los técnicos, para de nuevo aseverar que se trata de “una cuestión política” y que “lo único que hemos recibido han sido patadas”. También cargó contra el informe de Icomos, al indicar que se trata de un órgano civil, que no es vinculante al hacer sólo consideraciones, y que se basa en “unas plataformas formadas por poca gente”. Sobre el informe patrimonial previo, defiende que no se les encargó, y que eso sería competencia municipal.
Por otra parte, y sobre la presumible reunión que tendrá la compañía con el Ayuntamiento, Gordillo ya advirtió de que no van a renunciar al aparcamiento subterráneo —algo que el equipo de gobierno sabe perfectamente—, ya que ahí es donde obtendrán el beneficio e irán recuperando la inversión de 12 millones que supone el proyecto del mercado. Así pues, aunque parece que el desenlace del Mercado Central puede estar cerca, la realidad es que con la situación de enroque de la empresa, el Ayuntamiento, ahora sí, dispuesto a dar un paso adelante para finalizar con el proyecto, tiene una patata caliente encima de la mesa que tendrá que gestionar cuidadosamente. Se trata de un contrato de envergadura, con terceras partes implicadas —como los placeros— y a la vuelta de la esquina hay unas elecciones municipales que se podrían ver salpicadas por este desenlace, si se llega a dar.