ELCHE. Dos años después, el Ayuntamiento ilicitano empieza a ver cómo está a punto de tomar forma el nuevo servicio de limpieza de la ciudad. Un contrato que se calcula en torno a 360 millones de euros, lo que lo convierte en el más caro de la historia municipal, y que no ha sido un camino de rosas. Después de las redacciones iniciales del pliego en 2018, el propio trámite farragoso, así como la suspensión cautelar por una denuncia del colectivo ecologista y algunas firmas, han ido retrasando la tramitación. Una licitación que en cualquier caso, generó críticas de toda la oposición por haberla aprobado a una semana de las elecciones municipales. Ahora, con la paralización administrativa por el Estado de Alarma, el proceso se ha reactivado y podría formalizarse durante el verano.
El próximo martes se clasificará la oferta técnica, que es casi la mitad del pliego (45 puntos) y se presentará a la oposición, aunque el paso final en cuanto a la tramitación será un día después, el 15 de julio, que es cuando se abre el sobre C, con la propuesta económica para gestionar el servicio. El elemento que decantará la balanza hacia una u otra de las cuatro compañías (UTE formada por Urbaser y FCC, Cespa de Ferrovial, Valoriza Medio Ambiente y Entorno Urbano y Medioambiental SL) que se han presentado, de las principales del sector en el país, las habituales en estos contratos. Aunque también habrá puntos adicionales para las que ofrezcan más contenedores y recogida orgánica. Es decir, mejoras.
Algo que cabe esperar que hayan ofrecido todas las contratas, que eso sí, todas han propuesto un servicio de limpieza y recogida del Centro totalmente diferente. En cualquier caso, no se puede saber más, ya que a pesar de que el Consistorio pidió más transparencia para saber qué parte de la propuesta técnica podía hacer pública a la hora de dar a conocer las clasificaciones de las ofertas, la mayoría han seguido exigiendo confidencialidad en lo referente a este sobre B. El próximo viernes 10 de julio, una vez concluida la consulta a los cuatro licitadores sobre la confidencialidad de las ofertas técnicas, la Junta de Gobierno Local declarará secretas las informaciones que así lo han solicitado las empresas concursantes.
Algo que se debe a la alta competitividad entre las empresas que concurren en estos servicios, que son unas pocas en todo el Estado debido a la capacidad económica, y recelan de que se sepa a posteriori qué propuestas habían hecho. Con todo, con este paso ya dado el Ayuntamiento se cubre las espaldas ya que en algunas impugnaciones en procesos similares, el contrato ha tenido que retrotraerse al principio por orden del Tribunal Central de Recursos ya que no se había dado este paso de consultar con las mercantiles qué parte de sus ofertas era necesariamente confidencial y cuál podía ser pública. El bipartito entiende que con este movimiento, está siendo lo más garantista posible.
Tras la adjudicación, que podría tener lugar a finales de mes o principios de agosto, hay un plazo de formalización. Pero todo si no hay impugnaciones ni recursos al proceso de licitación, que en contratos de tanta envergadura como estos de limpieza es una tónica habitual. En ese caso, habría que esperar a que el nuevo servicio entrase en vigor en el último tramo del año. Aunque si todo va rodado y sin estas coyunturas, entraría en vigor prácticamente en septiembre. Para agosto, la Junta Local de Gobierno podría aprobar la clasificación de ofertas definitiva si nadie reclama. El objetivo inicial era que el servicio empezara el 1 de enero de 2020.