ALICANTE. Los límites a la actividad del ocio y la hostelería que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, del Partido Popular (PP), prevé incorporar en la declaración de dos Zonas Acústicas Saturadas (ZAS) sobre el entorno de la calle Castaños y de la Plaza de Quijano se centran básicamente en la reducción de horarios de funcionamiento y en el recorte de la superficie a ocupar por los veladores (terrazas). Es decir, dos de las medidas principales que venían reivindicando los residentes del Centro Tradicional y del Casco Antiguo hasta ahora y que, por el contrario, ya han suscitado el rechazo de las principales asociaciones empresariales del sector de la hostelería: APEHA, ARA y Alroa.
Tanto es así que las tres organizaciones ultiman la convocatoria de una asamblea conjunta esta misma semana en la que concretar próximos pasos a abordar para evitar que esas medidas cobren eficacia. Por lo pronto, se presume que, en el momento en el que se dicte el acuerdo administrativo de su publicación, se presentarán alegaciones. Y que, en el caso de que se desestimen, se acudirá a la vía legal mediante la interposición de recurso contencioso-administrativo -como se pretende proceder frente a la aplicación de la nueva Ordenanza de Ocupación de Vía Pública-, sin perjuicio de que también se estudien opciones de explorar una denuncia por prevaricación.
Sea como fuere, entre las medidas dadas a conocer hasta ahora respecto al alcance de ambas ZAS no figuran elementos que los vecinos consideran claves para que ese instrumento procure realmente una solución al problema. Lo cierto es que a pesar de que, en términos generales, los residentes ya han manifestado su satisfacción por el compromiso de implantación de esas limitaciones -como señaló este martes el presidente de la Asociación Laderas del Benacantil, Joaquín Gangoso, a consulta de Alicante Plaza- otros representantes de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional consideran necesario que se despejen ciertas dudas sobre cómo se pretende aplicar ese nuevo régimen.
Una de las principales incógnitas tiene que ver con las medidas que se pretende aplicar para que las restricciones previstas en las calles de las dos ZAS no genere un desplazamiento del problema del ruido a otras calles próximas que no entren en el perímetro de esos límites. En esta línea, existiría cierta preocupación entre los residentes ante el hecho de que el cierre de los locales a las 00:30 o a la 1:00 horas provoque que los clientes se concentren en otros establecimientos situados en vías adyacentes a las que no les afectará las ZAS. "No sabemos qué medidas se pretenden tomar para que no se traslade el problema de una calle a otra; queda raro que se ordene el cierre a una hora en la calle Castaños pero que no se aplique ese mismo horario en Médico Pascual Pérez", ejemplificó José Vicent, secretario de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional.
En principio, el propósito del equipo de gobierno es reforzar la presencia policial en el momento en el que comiencen a ser de aplicación las medidas contempladas en las ZAS para garantizar su cumplimiento. Se trata de un factor que podría contribuir a que se evitase ese hipotético efecto traslado, aunque por ahora no se ha detallado el alcance cual podría ser ese operativo de vigilancia. En todo caso, los populares tendrían en su mano la posibilidad de ampliar la relación de calles a incorporar en la ZAS en el supuesto de que se considerase necesario.
En segundo término, el avance de las restricciones a incorporar en las dos ZAS se circunscribe básicamente a un recorte de horarios de funcionamiento y de superficie de los veladores, lo que acortará el tiempo susceptible de que se generen molestias por ruido. Con todo, los residentes ya se cuestionan si se pretende implementar alguna otra medida que permita reducir la intensidad del ruido durante el tiempo en el que sí se ampare la actividad de los establecimientos. "Hablamos de control del ruido, pero no vemos que se haya pensado nada para controlarlo", añadió Vicent.
"No sabemos si se prevé consentir que durante el resto del día se continúen superando los límites de ruido", recalcó. "Dicen que tienen las mediciones encargadas a la consultora Cecor en las que se demuestra que se superan los registros permitidos, aunque no los han dado a conocer, pero nosotros también tenemos dos estudios previos, conocemos los datos y sabemos que esto no es solo por la noche", añadió.
Y, en tercer término, en el detalle de las medidas anunciadas hasta ahora por el equipo de gobierno no se ha avanzado el acompañamiento de un régimen sancionador en el caso de que se registrasen incumplimientos respecto a los límites de las dos ZAS. A priori, se da por supuesto que en el expediente que dé lugar a su implantación se precisará las posibles multas a las que se expondrían los establecimientos que no sigan las restricciones previstas. Pero hasta el momento se desconoce su concreción y cuantía, cuando pueden ser esenciales como elemento disuasorio para procurar el respeto a los límites previstos.
Entre tanto, los tres colectivos que agrupan a los empresarios de la hostelería barajan los primeros cálculos sobre el efecto que conllevaría la entrada en vigor de esas dos ZAS para advertir de que una medida como la reducción de los veladores a la mitad de su superficie actual conllevará el cierre de los establecimientos de menor tamaño. Además, alertaron de que, en una ciudad como Alicante, la mayor parte de la actividad se genera en horario de tarde y noche por las altas temperaturas que se registran durante las horas centrales del día, por lo que consideraron que se reducirán los ingresos y se producirán despidos.