ELCHE. La renovación del barrio Porfirio Pascual, financiado con alrededor de 13 millones de euros (9,9 de los fondos europeos Next Generation) empieza a quemar las etapas principales para su materialización. En el Consejo de Administración de la empresa municipal Pimesa de enero serán varios los asuntos relevantes que se aprueben. Uno por ejemplo será el de la demolición de los primeros bloques antiguos de San Antón. El otro, validar el proyecto de ejecución de la reforma del barrio de Carrús Este.
La compañía adjudicataria para el diseño del proyecto, Incosa, ya tiene el proyecto de obras que se tendrá que aprobar este mes. Una vez se dé este paso, el mismo se presentará a las distintas comunidades de propietarios, porque cada una tendrá que dar su visto bueno al tratarse de un proyecto integral, pero con particularidades en cada uno de los (18 bloques y 302 viviendas). Las necesidades de reforma son distintas, y aparte luego hay algunos inmuebles que por ejemplo tienen locales comerciales en sus bajos. Una vez los vecinos den su 'OK', el medio municipal, promotor de la iniciativa, licitará las obras para buscar una empresa que lo ejecute todo. Es decir que si todo va con agilidad y sin contratiempos, a priori las obras empezarían este 2024. Con un plazo de dos años.
Por tanto cada comunidad y vecino, según necesidades, asumirá un coste determinado. Cabe recordar que el grueso lo asume Europa, pero también aportan Generalitat, Ayuntamiento y vecinos con una pequeña parte. No obstante, la administración autonómica asumirá el coste de los vecinos en situación de vulnerabilidad.
En lo que respecta al Ayuntamiento, como ya se habló, se encargará de la reurbanización del entorno. También en el consejo de este mes a priori se aprobará el concurso público para la redacción del diseño de urbanización del entorno. Como ya se comentó en su día, de esta parte se encargaría la administración local aparte, pero sí se financiaría finalmente con los fondos europeos. La zona necesita una nueva adecuación, y además de reasfaltado o lavado de cara, solucionar también problemas de accesibilidad, bordillos altos, etc. Así como también mejorar cuestiones de zonas verdes, suministro eléctrico, mejorar la red de agua potable y sacar de la fachada algunas canalizaciones de servicios, ya que estas serán parte de las protagonistas del proyecto, con un sistema Sate (Sistema de aislamiento térmico exterior) que mejora la eficiencia energética de los inmuebles.