de la vía pa arriba / OPINIÓN

Amnistía urbanística

12/03/2020 - 

El Ayuntamiento de Elche ha anunciado que va a regularizar la situación de 50 empresas, de alquiler de vehículos principalmente, que están ubicadas en las inmediaciones del aeropuerto. Están ubicadas en suelo no urbanizable y en diferentes situaciones administrativas, pero la mayoría, o no tienen licencia o la tienen provisional desde hace décadas (que es como si no la tuvieran).

La idea de regularizar las empresas de alquiler de coches en suelo no urbanizable alrededor del aeropuerto no llegó sola. La trajo el director general de Urbanismo de la Conselleria de Política Territorial que ha pensado en Planes de Minimización y Especiales para poder solucionar situaciones de este tipo enquistadas durante décadas en todo el territorio de la Comunitat.

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Vicente García Nebot vino a Elche ha explicárselo al alcalde y la concejala de Urbanismo, que pensaron inmediatamente en adaptarlo para regularizar 300 edificaciones ilegales en el Camp d’Elx. Viviendas y negocios. Tras esta idea llegó la de las empresas en suelo no urbanizable en El Altet.

No queda ahí la cosa y el alcalde mantuvo hace unas semanas una reunión “discreta” con representantes de los placeros del mercado central de Elche. Ya saben que el asunto viene de lejos. El gobierno del PP adjudica a una empresa la construcción de un nuevo mercado con un aparcamiento subterráneo. Los colectivos ciudadanos denuncian esta obra por el impacto del aparcamiento en el patrimonio y tras esas denuncias particulares, y muchos informes arqueológicos y de patrimonio, finalmente el actual gobierno local inicia el procedimiento para rescindir el contrato.

En esas estamos cuando en esa reunión de hace unos días, el alcalde propone a los vendedores del mercado resolver el conflicto quedándose de manera permanente en el mercado provisional donde trabajan ahora mismo.

El mercado provisional es ese mercado que se construyó en un mes, a días de las elecciones municipales de mayo de 2015, para dos años máximo, en una zona verde en la Avenida Comunitat Valenciana, junto a la ladera del río Vinalopó. Ese mercado que fue denunciado ante la Fiscalía por el PSOE entonces por ilegal.

Ese que tiene un bar con una terraza que Urbanismo ha declarado ilegal desde hace dos años y sigue tal cual. Ese mercado provisional que cuando se estaba construyendo ya se advertía que tenía unos cimientos tan sólidos que había llegado para quedarse. Así tal cual me lo comentó hace cinco años una persona del equipo de la entonces alcaldesa, Mercedes Alonso. Ese. 

A mi este apaño que se han buscado para las edificaciones en suelo no urbanizable o agrícola y lo del mercado provisional como definitivo, me ha traído a la mente la cara que se le debe haber quedado a los que cumplen la ley. Si pudiera poner emoticonos sería la carita de los ojos como platos.  “Es el mal menor”, dijo el responsable autonómico. “Son negocios potentes que crean riqueza”, se ha dicho de las empresas alrededor del aeropuerto”. 

“Se les va a exigir medidas correctoras”

Pues bien, acogiéndome a lo que explicó el propio García Nebot, “no tuvieron licencia porque no podían tenerla”. No hay más. Se acepta una ilegalidad por consolidada. Los avispados que decidieron tirar por la calle de en medio son premiados y los que optaron por cumplir la ley se aguantan.

Con estas excepciones se están alterando las reglas del juego. No son iguales para todos y los más “espabilados” acaban llevándose el gato al agua. Me recuerda a las amnistías fiscales o al dicho aquel que había en Elche en los 80 de “tu construye y luego ya si eso luego pagamos la multa”.

La situación se lleva arrastrando décadas, es cierto. No la han propiciado los actuales gobiernos, también. Pero siguiendo el principio garantista, ponderado y prudente que debe tener la administración, ¿qué debe pensar la persona que tiene oportunidad de edificar, abrir un negocio, construir una vivienda o cualquier otra acción y renuncia al advertir que no reúne las condiciones previstas por la ley?

Estoy pensando en las familias que han intentado en las pedanías abrir pequeños hostales rurales u otros establecimientos y tras consultarlo los técnicos les informaban de que no era posible; o en aquellos autónomos que pensaron negocios en un terreno heredado y que optaron por abandonarlo ante la calificación urbanística no adecuada, o en los que teniendo un terreno para construirse una casa, al no dar los metros suficientes lo vendieron renunciando a él.

Bueno, pues debe estar escupiendo sapos, como los que se tragan algunos políticos según el viento les da.

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