Pedro Sánchez y Pablo Casado se necesitan. Es su tiempo y quieren rentabilizarlo políticamente. Atisbábamos hace unos meses el regreso del bipartidismo corregido o imperfecto, según se analice. El encuentro de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno y de Pablo Casado como líder de la oposición en Moncloa es todo un símbolo de ese recuperado bipartidismo.
El líder del PP ya se vio el pasado jueves con el Rey y este martes ha tenido un encuentro con el presidente del Tribunal Supremo
El jefe del Ejecutivo firma en el libro de honor del Ayuntamiento y se reúne con Puig antes de dirigirse, fuera de agenda, al festival de música
El joven presidente Sánchez está decidido a tirar de chequera como el temible Zapatero, el socialista que le antecedió en el cargo. Ha anunciado algunas medidas, como la revalorización de las pensiones según el IPC, que traerán más gasto público. ¿Quién lo pagará? Nosotros, sin duda, con más impuestos. Sánchez quiere que le paguemos la fiesta con la que entretener a sus futuros votantes
Llega el verano con su engañoso optimismo y estrenamos el presidente más guapo de la democracia. Su Gobierno es todo un guiño a feministas, gais y antitaurinos. Como es natural, no esperamos nada de este Ejecutivo con tan buena imagen, pero agradecemos que Sánchez haya cuidado la estética al elegir a sus ministros. A falta de un proyecto creíble, ellas y ellos nos alegrarán la vista
El Ejecutivo pasa de trece a diecisiete carteras, once de las cuales estarán ocupadas por mujeres
El director de Riesgos de Ebury considera -como buena parte del mercado- que Pedro Sánchez tiene un débil apoyo para gobernar España