Encuentro entre Puig y González en septiembreELCHE. A escasos diez días para que finalice el año, si bien desde el Consell ha sido un año inversor en Elche principalmente por el Plan Edificant, con varias actuaciones en colegios y el anhelado IES Periodista Vicente Verdú o la ampliación del Hospital General, hay dos factores que pesan bastante. Primero, el esperado protocolo por la deuda histórica por los 43 millones de euros por la expropiación del suelo para levantar la Universidad Miguel Hernández (UMH). Por otra parte, la rehabilitación del Hort del Gat, un emblemático huerto de palmeras cada vez más degradado, al menos lo referido al inmueble, otrora Estación Phoenix.
Fue hace dos años y medio cuando el presidente Ximo Puig anunció que su Ejecutivo iba a devolver al Ayuntamiento de Elche los 43 millones de euros que puso de su bolsillo para liberar los suelos donde hoy está la UMH. 43 millones en forma de inversiones, y la primera de ellas sería la de un Centro de Diseño de Calzado, que después ha ido variando y por el momento parece que será un centro de Tecnologías Habilitadoras. Ya en 2019 se planteaba que fuese más allá del propio sector zapatero.
De esos 43 millones a día de hoy tan solo se han invertido los 738.000 euros que costó adquirir el viejo inmueble de Correos en el Passeig de la Joventut. Para disgusto del bipartito, cuyos partidos aquí gobernantes son los dos que nuclean el Botànic II, pero también para la ciudad, visto el puesto de vagón de cola a la hora de recibir inversiones de otras administraciones. Con todo, el alcalde Carlos González se reunió en verano de 2019 con Puig para intentar amarrar el protocolo que establezca las condiciones para saldar esa deuda histórica. Sin fraguar el acuerdo. Un año después, en septiembre de 2020, lo mismo. A priori, según el regidor, el presidente se comprometió a la rúbrica antes de que finalice este ejercicio. Tan solo quedan diez días. Salvo sorpresa, con la situación sanitaria, no parece que se vaya a firmar.
Colateralmente, además de la gran inversión que queda hasta los 8 millones calculados sobre el proyecto, tampoco hay novedades con el contenido, aunque desde Innovación se planteó que habría una reunión en breve entre el alcalde y la titular de la cartera, la ilicitana Carolina Pascual. A este respecto, aunque no se ha consignado concretamente en el presupuesto de 2021, desde la conselleria afirman que este año se invertirá una primera partida, que se trataría de encargar el estudio para la redacción del diseño del edificio de Correos.
Se trata de un asunto que también echa por tierra o mantiene congeladas aspiraciones del equipo de gobierno, que al principio de esta legislatura anunció, aunque sin presupuesto, un ambicioso plan de rehabilitación de viviendas antiguas sin ascensor con 10 millones de euros que saldrían de esta deuda histórica. Además de una oficina específica de Pimesa para este asunto de la que nunca más se supo. Sin protocolo para la compensación, no habrá ninguno de estos proyectos con fondos municipales por el momento. Hasta ahora, el bipartito va destinando partidas para la rehabilitación de viviendas, como en las cuentas de 2021, con medio millón de euros.
Por otra parte, de la legislatura pasada se arrastra otro compromiso importante —también de 2018, aunque de mayo—. No por el dinero, sino por el simbolismo: la Conselleria de Cultura iba a rehabilitar el Hort del Gat, uno de los mejores huertos de palmeras, para darle un uso festero —que habría que ver si se puede por la Ley del Palmeral— al viejo inmueble que era la Estación Phoenix. Durante estos años, se ha ido aseverando desde que era un objetivo prioritario para la conselleria, hasta que se iba a licitar en breve, esperando en Contratación. La realidad es que aún no está en fase de licitación, a pesar de que el proyecto está hecho. El último anuncio, que en el primer trimestre de 2021 se preveía empezar la remodelación. Muy difícil ya teniendo en cuenta que es final de año y que ni siquiera ha salido a concurso público.
Mientras tanto, el edificio sigue desgastándose con derribos de forjados o goteras, además de actos vandálicos en el huerto. O algún acto simbólico como la concesión del Ayuntamiento al Consell de la licencia de obras en junio de este año. Pero sigue sin licitarse. Asimismo, en teoría está consignado desde 2019, por lo que la partida se va prorrogando. De todas formas, aunque no figure en los presupuestos literalmente, al igual que la deuda de 43 millones, no significa que no se puedan cambiar las cuentas o que no estén porque no tengan línea nominativa.
En resumidas cuentas, dos años y medio de anuncios y pocos hechos en materia de sendos compromisos del Ejecutivo valenciano, de los más importantes con la ciudad. Al tiempo, son un capítulo más de lo que podría ser una suerte de 'infrafinanciación ilicitana' del resto de administraciones. Ahí están los recientes PGE, después enmendados para conectar la ciudad con el aeropuerto mediante el Cercanías, o los escasos 50.000 euros de la Diputación este año para el Palacio de Congresos, aunque modificable, según indican.
