ELCHE. Ni en la mejor de las encuestas se esperaban los socialistas una mayoría tan holgada. Si bien contaban con mejorar los resultados, algo esperable teniendo en cuenta el momento de dulce que vive la marca y que si no hay ningún escándalo, el partido que gobierna tiene a salir reforzado, los doce concejales le dejan acariciando la mayoría absoluta. Tras el mantra repetido por Carlos González de querer gobernar en solitario, "con más autonomía y llegando a acuerdos desde fuera", hoy está más cerca que nunca de lograrlo. Pero para ello necesita el apoyo de Compromís, que con dos concejales, se antoja clave para bien un apoyo de investidura, que es lo que quisieran los socialistas, bien para entrar en el gobierno, que es lo que querrán en Compromís.
Con los resultados obtenidos, quedan a dos ediles de la mayoría absoluta, en 14 en Elche. A partir de este lunes se abre el tiempo de las negociaciones, y el socio prioritario, o al menos eso dice la teoría, es Compromís, de quien González estará, o estaría, mejor dicho, gustoso de desprenderse para gobernar, pues han sido varios los choques durante la legislatura. Un deseo que los de Mireia Mollà intentarán evitar: quieren entrar en el gobierno, como ya advirtió la edil, y que González no mire a Ciudadanos por el retrovisor. Mientras que el alcalde en funciones rehusó en la noche electoral hablar de pactos —aunque lo ha hecho insistentemente en la campaña con su voluntad solitaria—, Mollà ya marcaba territorio: "espero que el PSOE no tenga que esperar a que sus votantes se pongan en la puerta de su sede para gritar Con Rivera no".
En ese sentido, aunque Compromís ya habla de que espera que los socialistas no cuenten con Ciudadanos, para estos últimos, que ya han apoyado al tripartito desde fuera durante la legislatura, en una posición que no es antinatural, es posible que prefieran quedarse como segunda opción, ya que su electorado podría no entender una alianza PSOE y Cs. Dejarán esa iniciativa a Compromís, que son el apoyo lógico. Ahora es el momento de las intensas negociaciones, eso sí, ya desde la tranquilidad de que van a poder reeditar un gobierno progresista en la ciudad, sea de una u otra forma.
Pero además de todo eso, sendos partidos tendrán que abordar otros asuntos, como la reflexión y la autocrítica, ya que ambos se han llevado un buen batacazo: Compromís por perder la mitad de sus concejales, dejando solo en la corporación Mireia Mollà y Antonio García; y Ciudadanos, que lejos de mejorar sus resultados, pierde uno, quedando sólo el alcaldable Eduardo García-Ontiveros y Eva Crisol. La coalición verde ha pasado de más 15.200 votos en 2015 a menos de la mitad, 6.598 sufragios. No obstante, quien no se consuela es porque no quiere. Dentro de un resultado bastante malo, resisten y siguen siendo necesarios para que Carlos González sea alcalde y exigirán su puesto en el gobierno. Aunque su gestión, como la del tripartito, ha estado en el ojo del huracán, no han rentabilizado su paso por el Ejecutivo local, cosa que sí ha hecho el PSOE, que es quien paradójicamente les ha quitado el electorado en parte con Podemos. Eso sí, se mantienen. Son la cuarta fuerza.
En cuanto a Ciudadanos, son ahora la tercera fuerza, pero han perdido 2.000 votos con respecto a 2015, lo que se traduce en un edil menos. Para entender el motivo hay que remontarse a dos meses atrás, cuando David Caballero y Juan Antonio Sempere se marchan del partido con un puñado de militantes para fundar en Elche la escisión de los críticos con Cs, Contigo. Al espectáculo a las puertas de las elecciones, que hizo que perfiles de cierta relevancia local dieran un paso atrás, hay que sumar la opción elegida por Madrid para la alcaldía: Eduardo García-Ontiveros, hasta entonces un afiliado en segunda línea y con un perfil profesional más acorde al partido. Sin embargo, su falta de experiencia y rodaje en esa primera línea ha impedido que el partido pegara el estirón que teóricamente le hubiera tocado dar estas elecciones. El claro ejemplo es el resultado en las Generales, donde Cs se convirtió en segunda fuerza con casi 25.000 votos. Algo menos en las Autonómicas. Era el peso de la marca. A nivel municipal, con un candidato verde y poco conocido, mucho voto ha vuelto al PP: 'sólo' 8950 votos. Como señaló, esperaban más —salían a ganar—, y ahora es momento de analizar qué ha fallado.
En ese sentido, dentro de la derrota del Partido Popular de Pablo Ruz, que empezó su campaña mucho antes que el resto, ha logrado un resultado honroso, a pesar de que obviamente insuficiente. En un contexto de dispersión a ambos lados del espectro ideológico, en el que Pablo Ruz lo ha echado todo a su carisma y su persona, dejando a un lado las siglas del partido por posible lastre y con Ciudadanos y Vox amenazando con quitarle varios concejales, los ha mantenido. Tan 'sólo' ha perdido 4.000 votos, pasando de más de 32.000 en 2015 —la fuerza más votada— a 28.135, siendo el claro líder de la oposición. Se ha mantenido con 9 votos después de la bajada importante de votos en los anteriores comicios, en los que Cs y Vox estaban amenazantes. Ahora defiende su posición e incluso saca pecho: "nos estimula haber conseguido un resultado mayor de la media municipal en todo el país", y sobre todo, una puntillita a Cs: "Otros partidos tendrán que hacer muchas lecturas". También habló de la fragmentación de la derecha, en referencia a Cs y Vox.
Unos Vox que como estaba previsto, han entrado con fuerza en el consistorio. La formación liderada por Amparo Cerdá ha logrado 6.024 votos, el 5,93% que le otorga dos concejales, aunque han sido insuficientes para cambiar de color el Ayuntamiento ilicitano. A pesar de que el 28-A lograron 16.000 votos, como ha pasado con los otros partidos, el escenario local es otro. Eso sí, les ha sobrado para entrar e imponerse claramente a los partidos de carácter localista. Y eso sin que hayan hecho una campaña especialmente vistosa a nivel municipal, pero la marca les ha dado el empuje necesario.
En el apartado de quienes quedan fuera, destacan los mencionados Ilicitanos por Elche y Partido de Elche, cuya representación se acaba en esta legislatura: IxE apenas ha superado los 3000 votos y Partido de Elche no llega a esos 3000. Ninguno ha conseguido sobrevivir a la tremenda fragmentación que ha vivido también el bloque de la derecha, cuyos votantes, de un perfil ideológico en este espectro, han optado por irse a otras opciones, a partidos de ámbito nacional. A priori, parece que aquí acaba el periplo de estas dos formaciones, que entraron en un Ayuntamiento muy diverso con menos candidaturas, y dejan uno con menos colores a pesar de haber más candidaturas. También es notorio lo lejos que quedan la coalición pedánea y Contigo, ambos con entre 1100 y 1200 votos, que hubieran ido presumiblemente a PP y Cs, los primeros por ser el bastión histórico popular, los segundos porque vienen de la formación naranja.
Mención aparte merece otra de las grandes sorpresas de Elchem el fiasco de Podemos. Quedan fuera del Ayuntamiento por segunda vez, aunque esta ya con su marca propia. La candidatura y formación liderada por José Vicente Bustamante contaba con lograr un resultado bastante amplio, como también apuntaban los sondeos, pero el primer avance ya avanzaba mal fario. Una evolución que acabó pinchando la burbuja en la que andaban, ya que contaban con obtener varios ediles. Sobre el sorpresivo resultado, se puede deber a varios factores. Algunos vienen de atrás, como la gestión interna del partido, que acumula sectores críticos desde 2015 —de ahí Elx Avant, por ejemplo—, que ha hecho ir dejando gente por el camino, la falta de carisma o empuje del candidato, y en parte la ruptura de las negociaciones con Esquerra Unida para confluir en estos comicios.
Tras la misma, uno de los sectores críticos, liderado por Manuel Albentosa, que intentó hacerse con la secretaría general, junto a miembros de Esquerra Unida, impulsaron una coalición de izquierdas nucleada por EU: Elx en Peu, que llegaba tarde y deprisa, con unas perspectivas de representación muy complicadas. Finalmente, como ya le pasó a pequeñas formaciones en elecciones tan polarizadas como las del 28A, el no ir juntos ha acabado por no beneficiar a ninguno. El 4,59% (4660) de los votos de Podemos y el testimonial 0,7% de Elx en Peu (711) dan un 5,29% de los sufragios, es decir, de ir juntos hubieran superado la barrera para entrar, por lo que podrían haber conseguido representación, una opción que se intentó agotar. Pero en cualquier caso es una regla de tres simple, yendo juntos el escenario hubiera sido otro. En cualquier caso, Bustamante, como varios partidos hoy, anunciaba que es momento de autocrítica. Estará por ver ahora si con estos pobres resultados le van a exigir responsabilidades. Han logrado poco más que EU en 2015, por lo que puede que haya pescado sobre todo en su electorado y el PSOE en el de Compromís.
Así pues, tan sólo cinco de los catorce partidos presentados han logrado representación. El PSOE ha arrasado, logrando que cale su mensaje del voto útil, y acercándose a su objetivo de gobernar sólo, aunque Compromís no se lo pondrá fácil, exigirá parte del pastel. En los próximos días empezarán las negociaciones, que presumiblemente tendrán a su hombre fuerte en el secretario general del partido, Alejandro Soler. Esta victoria también es suya, como se ve en las fotos, 'vigilando' a su candidato obligado de cerca. Después de su regreso, es quien ha confeccionado esta candidatura, y ahora también querrá gestionar su obra.