Hoy es 26 de abril y se habla de

ANÁLISIS AP - CONCLUSIONES DEL PRIMER DEBATE municipal de campaña

El PP juega con la "parálisis" municipal, PSOE y Compromís defienden su gestión y Cs trata de venderse como lo nuevo

11/05/2019 - 

ELCHE. Una vez pasado el subidón —relativo, a tenor de alguna caras, quizá pensando en el 26 de mayo— y el disgusto, dependiendo del partido, del 28 de abril, las formaciones locales empieza na recargar pilas porque llega para ellos el auténtico momento de batirse el cobre. La campaña electoral para las municipales acaba de arrancar, con un abanico de opciones políticas inusitado en los últimos tiempos en la ciudad, y los principales partidos de la ciudad, Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Compromís, acudieron al primer debate local de campaña organizado por Radio Elche Cadena Ser y Elche 7 TV. Pablo Ruz, Carlos González, Eduardo García-Ontiveros y Mireia Mollà. Un debate previsible, sin histrionismos y apenas cuerpo a cuerpo, en el que Ruz y González se enredaron en críticas, como presumibles partidos más votados, García-Ontiveros trató de venderse como algo nuevo —como lo son en cierta medida tras la marcha de Caballero y Sempere—, tratando de diferenciarse de los dos primeros, y Mollà, que al igual que González, sobre todo invirtieron su tiempo en defender su gestión.

1) Pablo Ruz (PP)

El camino que rigió el discurso de Ruz fue el mismo que ha ido empleando desde que fue elegido alcaldable del partido o incluso antes: "la ciudad está totalmente paralizada y es la peor legislatura de la democracia". Atacó la gestión del tripartito por las brechas que tiene: proyectos atragantados como el Mercado Central, que va camino de fiasco para años, la peatonalización de la Corredora, en punto muerto, o el Hotel de Arenales, cuya competencia excede de lo local, el proyecto de Correos, que también es cosa autonómica —como adelantó este medio, la Sepi ya tiene la oferta sobre la mesa—, al igual que el Hort del Gat —parado— o la supuesta marcha masiva de empresas de Parque Empresarial. Defendió con vehemencia de nuevo el auditorio en Candalix, además de propuestas ya conocidas como el distrito único, crear una oficina de la empresa o abogar por un nuevo desarrollo industrial. Redujo la gestión del tripartito a "pintar barandillas y asfaltar caminos" para minimizar su gestión. En cuanto al resto de candidatos, obviamente se centró en atacar a González, del que dijo "lleva toda la vida en política", intentando desbancarle al señalar que no ha hecho nada más en su vida. Se centró por tanto en los obvios puntos flacos del equipo de gobierno e hizo caso omiso a las críticas por corrupción que le cayeron de su partido. Sacó a pasear su buena gestión en política patrimonial como coordinador de Cultura y volvió a apelar a la rebaja impositiva. Y para finalizar, ese mensaje abstracto de unir Elche en el que al igual que su cartel personalista —como otros candidatos del partido—, apeló a un proyecto transversal "ni de izquierdas ni de derechas"; ya se ha visto cómo ha funcionado la marca a nivel nacional. Pronto se verá si su notable carisma funciona.

2) Carlos González (PSOE)

Con su habitual espíritu tranquilo, templado, el candidato socialista utilizó la táctica pedrista de los debates, no arriesgarse demasiado y poner en valor su gestión, puesto que es quien está defendiendo el título. Su discurso versó en torno a la idea de que en Elche "se vive hoy mejor que con el PP", haciendo referencia a un aumento del bienestar de la ciudadanía, con mayores inversiones en prestaciones sociales y poniendo en valor las propuestas que Ruz omitió y de las que puede alardear —en algunas parcialmente, porque no son de competencia local—, como la rehabilitación de San Antón, del Hospital General, el flamante nuevo instituto Periodista Vicente Verdú, los nuevos autobuses, el Centro Nacional de Referencia del Calzado o Elche Campus Tecnológico. Omitiendo obviamente esos proyectos enquistados. Dentro de ese discurso de una Elche "con más cohesión y bienestar para las familias", se salió de sus casillas al interrumpir a Ruz en su crítica constante. Vendió todas las ventajas que tendrá el nuevo gobierno socialista, mentando las infraestructuras necesarias que no llegan nunca, y presumió de la gestión económica, indicando que mantendrá la misma presión fiscal para poder acometer las inversiones que promete. Le recordó a Ruz que su partido subió el IBI un 16% y además de mostrar algún gráfico, tuvo su momento Rivera, dándole su tarjeta de abogado a Ruz cuando este le dijo que no había hecho nada fuera de la política. Le recordó que Elche no merece "un alcalde a tiempo parcial", por su futuro puesto como senador.

3) Eduardo García-Ontiveros (Ciudadanos)

Al nuevo candidato naranja se le notó que es un recién llegado a la primera línea política. Hasta ahora había estado encargándose la presencia del partido en las empresas públicas locales. Su principal handicap será mostrar un perfil serio y de gestión, que es el que intenta vender, "con una candidatura repleta de profesionales". Empezó verde, demasiado conciliador, rompiendo lanzas a favor del tripartito en algunas medidas —fuera de lo normal, acostumbrados a la crítica, sea razonable o no—, y sobre todo en la primera parte centrándose en que PP y PSOE siguen haciendo "lo de siempre". Gastó tiempo en cargar contra el lío de los dos candidatos para catalogarles como "la vieja política". Ciudadanos tampoco es un partido nuevo, aunque en cierta forma, el suyo sí lo es, tras la nueva etapa marcada por la ruptura tránsfuga. Cargó contra ambos por la situación de los barracones o los recientes fraccionamientos de contratos, y abogó por invertir el dinero del auditorio provincial en otras medidas necesarias. Habló de rescatar la colaboración público-privada y de darle otra vuelta al proyecto del restaurante del Parque Municipal, además de rehabilitar barrios degradados, reordenamientos de tráfico o impulsar Elche como la ciudad del turismo íbero y mencionó a las pedanías cargando contra el Pativel. También cargó contra Compromís y Mireia Mollà por su gestión turística. Fue el Pablo Iglesias del debate de Atresmedia, con un papel de conciliador apelando a "remar todos juntos" y a dejar atrás el "y tú más". Algo que pudo hacer que pasara algo desapercibido aunque tratara de diferenciarse, y está en un momento en el que le conviene darse a conocer.

4) Mireia Mollà (Compromís)

La candidata de Compromís también empezó hablando del pasado y de cómo el actual gobierno "ha rescatado a las personas", haciendo énfasis en políticas sociales sin aumentar la presión fiscal, y en que entraron para reconciliar al Ayuntamiento con al gente, al considerar que "el gobierno estaba fracturado con la ciudadanía". Además de hacer valer las ayudas al IBI o al agua como el alcalde, también destacó su punto verde como la línea circular del autobús, hablando en más de una ocasión de la movilidad sostenible. Defendió la ampliación del Parque Empresarial frente a los ataques del PP, a quien devolvió las críticas rescatando la corrupción valenciana. Ella ha estado cerca en su calidad de diputada, y eso se notó en más de una ocasión, sacando casos como Ciegsa, o incidiendo en políticas de vivienda como hizo Oltra cuando estuvo en la ciudad. Fue la que más habló de los Edusi, que tienen una importante parte de infraestructura verde —cada uno pone sus ejemplos, ella Vitoria por la capital verde, y González el Guggenhein por el auditorio como herramienta revitalizadora—, ya que fue un tema que apenas pasó de puntilla a pesar de sus 30 millones de inversión. Lógico teniendo en cuenta su lento desarrollo, apenas con avances destacables en esta legislatura. Se nota que está curtida en el cuerpo a cuerpo y se defendió bien de los ataques, salvo en los que tenían que ver con turismo, cuya defensa se limitó al aumento de las pernoctaciones hoteleras, dependientes en gran parte del panorama general. 

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