ALICANTE. Con la calculadora en la mano, haciendo números. Así andan estos días en el Hércules, tratando de determinar a cuánto tendrá que ascender en el curso 2020/21 el auxilio económico de Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez para que la pelota siga rodando sobre el verde del Rico Pérez y, además, lo haga en las condiciones que se pretende: plantilla de garantías para pelear el ascenso; profesionalización del área deportiva; recuperación del campo de Fontcalent; etc.
En la Junta General del próximo 31 de julio los accionistas del Hércules no tendrán finalmente que aprobar una canje de deuda por acciones, aceptar que Ortiz y Ramírez conviertan en títulos los más de dos millones de euros que han puesto de su bolsillo en la temporada 2019/20. No habrán de hacerlo porque la pandemia de Covid-19, la causa por la que precisamente se aplazó la Junta prevista para marzo y cuya convocatoria no se podía retrasar más, también ha impedido tener lista a tiempo la documentación necesaria para poner sobre la mesa el 31 de julio la citada ampliación por compensación de créditos pero, en cuanto sea posible, se llevará a cabo porque es fundamental para cumplir un ejercicio más con lo pactado con los acreedores en el reconvenio de 2017.
Si el auxilio económico que los empresarios protagonizaron el curso 2019/20 ronda los dos millones, imaginemos a cuánto puede ascender en la 2020/21 y lo anterior pese a que se habla de un presupuesto de tres millones para esa campaña cuando en el ejercicio 2019/20 era de 3,6 y que está vigente un Expediente de Regulación Temporal de Empleo que conlleva que los algo más de 50 trabajadores de la entidad (incluidos jugadores) a día de hoy tengan sus contratos suspendidos.
Recorte de gastos inferior a la caída de los ingresos
Aunque habrá un recorte de gastos, la inyección económica de Ortiz y Ramírez no debería ser inferior a la de la temporada pasada puesto que los ingresos ordinarios de la entidad, salvo sorpresa, van a caer en picado en la 2020/21: no se conoce cuándo arrancará la Liga pero, especialmente, si podrá haber público en las gradas, lo que condiciona la campaña de abonos pero también el capítulo de ingresos por publicidad y patrocinios: sin aficionados en el estadio la visibilidad de las marcas es menor y, por tanto, lo que estas están dispuestas a pagar, pero es que hay muchas a las que la crisis económica les va obligar a reorientar su estrategia, alejándolas del fútbol.
Además, aunque se permitan partidos con un aforo limitado (entre un tercio y la mitad de la capacidad) al inicio de la Liga 2020/20 y el número de abonados que se alcanzó la campaña pasada pudiera casar con las butacas disponibles en el estadio Rico Pérez, parece complicado que se repita el volumen de venta de carnés de hace un año y no solo por la desastrosa temporada en lo deportivo, también por la delicada situación en la que se encuentra la economía de muchas familias (aunque el club ponga en marcha un abono social) y el miedo a los contagios (se trata de factores que los clubes de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), por ejemplo, ya tienen presente de cara al futuro).
En el presupuesto con el que el Hércules afrontaba la 2019/20 se contemplaba un ingreso de 660.000 euros por venta de abonos; otro de 350.000 por publicidad (200.000 en la 2017/18); uno de 225.000 por patrocinios; y otro de 540.000 euros por taquillas (venta de entradas). Huelga decir que esa previsión no se ha cumplido por culpa del parón de la competición (aunque en gran medida tampoco se iba a cumplir porque se tenía presente la disputa del 'play-off' de ascenso), pero difícilmente podrá el Hércules aspirar a ingresar las citadas sumas (incluso jugando la fase de ascenso) en la 2020/21.
Si tenemos en cuenta que, en cuanto a gastos, desde el club se habla también de un presupuesto para personal deportivo la próxima campaña de unos dos millones de euros, que en la 2019/20 este ascendía a 1.696.000 euros y con los cambios de entrenador, altas y bajas el gastos se disparó por encima de los dos millones... Mucho tendrá que afinar el secretario técnico Ángel Becerra (y Carmelo del Pozo, si se concreta su fichaje como director deportivo) a la hora de reforzar el equipo, además de aligerar la masa salarial existente: actualmente tienen contrato en vigor (para al menos un curso más; algunos para dos) los defensas Felipe Alfonso, Víctor Olmedo, Rubén Molina 'Nani', Teo Quintero y Pablo Íñiguez; los centrocampistas Sergio Jiménez, Pedro Torres, Yeray González, 'Moha' Traoré y Jesús Alfaro; y los delanteros Jona y Benja. Como contó hace un mes Alicante Plaza, el pago de los emolumentos a los anteriores a lo largo de un año implica el desembolso de millón de euros y aunque se va a intentar llegar a acuerdos de rescisión con varios de ellos (teniendo presente su pobre rendimiento), dichos pactos acarrean una obligación de pago (los mencionados dos millones de euros de gasto en personal deportivo también incluyen las bajas) por lo que no sería de extrañar que haya también negociaciones para consensuar novaciones de contratos consistentes en una rebaja de las contraprestaciones económicas previstas a día de hoy en los mismos.
Hace una semana el club anunciaba una primera lista de bajas, concretamente de jugadores que acababan contrato y en la que no aparecían el portero Ismael Falcón, el lateral Raúl Ruiz y el mediocentro Diego Benito por interesar su continuidad. Ahora bien, a la hora de negociar se ha avanzado solo con el segundo, el lateral alicantino, ante su interés en llegar a un acuerdo (se ha marchado a hacer la pretemporada con el AEK Larnaca, pues tiene una campaña más de vinculación): el Hércules le ofreció un contrato con una ficha sensiblemente inferior a la que percibe actualmente en Chipre (que vienen a rondar, más o menos, el mínimo salarial fijado por la LFP y los sindicatos para la Segunda División A). La oferta llevaba implícito el mensaje de que si había que llegar a un acuerdo en estos días no podía ser mejor y solo más adelante se podía intentar incrementar las cantidades pero en ningún caso llegando a las que el futbolista tiene firmadas en el fútbol chipriota ("De Segunda B se sale con futbolistas y salarios de esa categoría", insisten en Foguerer Romeu Zarandieta).
El que el Hércules presupueste un gasto en personal deportivo de dos millones de euros no garantiza nada: el Real Oviedo ascendió a Segunda A en 2015 con Carmelo del Pozo de secretario técnico y una plantilla de 1,5 millones de euros, pero es que el propio club del Rico Pérez llegó a semifinales del 'play-off' ese año 2015 con 750.000 euros (se presupuestaron 600.000) de gasto en plantilla y 12 meses después a la final con 800.000 (se habían presupuestado algo más de 600.000) .