Elche

La Banca Peral de Elche entraría en otro 'falso histórico', otra derivada de la no gestión del patrimonio

El Ejecutivo exigirá que se reproduzca íntegramente la fachada, lo que restaura el paisaje ambiental, pero puede inducir a la confusión que generan estas restauraciones a imagen y semejanza de los bienes originales

  • Perímetro vallado de la Banca Peral, antes de la demolición -
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ELCHE. Los propietarios de la Banca Peral iniciaron el pasado viernes la demolición del edificio por orden del Consistorio, al estar en una situación de ruina y con peligro de más colapsos que comprometen su estabilidad. Un derribo que como estaba previsto, se ha iniciado de arriba abajo, con tramos que requerirán tramos manuales, y que ya ha supuesto la retirada de los balcones, que llevaban años con una red protectora. La novedad, anunciada en el pleno de este lunes por el alcalde Pablo Ruz, es la exigencia de la reproducción de la fachada en una obra posterior, es decir, una suerte de 'falso histórico', que tampoco es la primera vez que ocurre en Elche, al igual que el derribo de inmuebles protegidos.

Sobre los 'falsos históricos' y su peso en Elche

Apuntaba el regidor que se les exigirá la "reproducción íntegra de la fachada tras el derribo del inmueble protegido", lo cual sería relativamente fácil al estar formada por elementos de mampostería. En la práctica, siguiendo esta orientación se realizaría lo que se conoce en la jerga de la gestión del patrimonio como un 'falso histórico'. Es decir, intervenciones de restauración de bienes históricos en los que se recrea y restaura la obra, en este caso, el edificio, de tal forma que parece la obra original, cuando en realidad no lo es. Sería el caso de la Banca Peral, ateniéndonos además a las declaraciones del regidor sobre una "reproducción íntegra".

Un asunto que tiene su miga porque actualmente la gestión del patrimonio por los restauradores se está orientando o recomendando en mayor medida el evitar los falsos históricos, de forma que en una recreación o restauración nueva, se pueda distinguir claramente qué elementos son nuevos, es decir, diferenciados de lo anterior, para que sea reconocible que se trata de algo actual, y no la pieza o elemento original. 

A su vez, aunque con los informes técnicos, tanto municipales como los privados de la propiedad apuntan a que el derribo es necesario por la gravedad de la situación, en la práctica, además de poder incurrir en el futuro en otro falso histórico, en la práctica y de forma implícita —aunque por necesidad— se aplica una medida propia de un grado de protección ambiental. Se trata del tercer nivel que recoge el catálogo de protecciones municipal, y que va encaminado a la reproducción de los elementos y el mantenimiento del paisaje. Lo que incluye la posibilidad de demoler inmuebles y elementos y reconstruirlos. Mientras que los edificios de protección estructural, como la Banca Peral (en este caso parcial, con la escalera y la fachada), no permiten los demoliciones; se han de mantener sus principales elementos.

Ejemplos actuales y de hace décadas

En retrospectiva, al igual que el derribo de edificios protegidos en Elche —multitud entre el Plan General de 1982 y el de 1998, como hacía repaso este diario—, estos falsos históricos no son nuevos en la ciudad. Precisamente el alcalde hacía referencia a la restauración de la casa neoárabe de la calle Almórida como lo que no se hará, en tanto que esto sí sería íntegro, hay más casos. Algunos recientes, como por ejemplo la Casa de las Palomas, derruida y reconstruida por la ampliación del Parque Empresarial. Más antiguos, el antiguo edifico de la Coral Ilicitana, el 'nuevo' de la Mutua, la antigua casa de la Guardia Civil en 2008 o la casa nobiliaria de los condes de Torrellano en 2001. 

  • Casa de las Palomas en el Parque Empresarial -

En resumidas cuentas, y hablando coloquialmente, este caso abre un melón con el patrimonio, pero que ni de lejos es nuevo. Es un tema sobre la mesa desde hace años, por parte de colectivos o arquitectos preocupados por la situación del patrimonio local, refugio de la memoria social y arquitectónica de la ciudad. Ha ido saliendo a escena dependiendo de determinados casos, como pudieran ser Riegos El Progreso, El Arsenal, Almacenes Parreño o los amagos anteriores de un nuevo Plan General. Algunos de estos colectivos incluso alegaron a la actual rehabilitación del Mercado Central, ya que al ser una reforma parcial, porque tiene protección ambiental parcial, consideraban que lo que se hará es en la práctica un falso histórico. Lo que lleva a otras reflexiones, como si esa propia protección ambiental no fomenta estos falsos históricos que ahora en el ámbito de la restauración se intentan evitar.

En el contexto local, aunque se ha avanzado en cuestiones como las Áreas de Vigilancia Arqueológica (AVA) o planes patrimoniales como el de Santa María, la cuestión de fondo sobre la gestión y los problemas que puede generar cuando está en manos privadas sigue sin solventarse. Al igual que el hecho de que algunos de los inmuebles más importantes de la ciudad, como las de la casa del Huerto del Cura, la fábrica de harinas o la del Gran Teatre, tienen protección ambiental. Como el viejo cine Capitolio y posterior Zara, ahora de reforma para nueva sede del CEU. 

Las competencias en el patrimonio privado

Por último, aunque Ruz apuntaba a que "debe ser la propiedad privada quien vele por el correcto mantenimiento para la preservación del edificio, ya que el propio Ayuntamiento no tiene la capacidad de proteger y garantizar esa protección", por ahora no se ha apuntado a posibles medidas con los dueños. Como explicaba el concejal Francisco Soler, aunque a preguntas de los medios, una posibilidad es que se cree una ordenanza.

Pero la realidad es que aunque los inmuebles protegidos sean privados, y tienen deberes y cargas con ellos, el Consistorio tiene competencias para exigir el cumplimiento de este deber de conservación, de igual forma que ahora ha ordenado el derribo. Al hilo de esto, al propio Soler le parecía "curioso" que uno de los elementos de la protección estructural, además de la fachada, era la escalera, que ahora parece que "no existe" desde hace años. Algunos colectivos empezaron a advertir en 2019, que se sepa, que se había empezado a desmantelar

Así, muchas cuestiones a abordar en el futuro catálogo, adjudicado a ARN Arquitectos, y que implica un repaso integral del mismo, aunque en estos últimos años se han ido incorporando algunos elementos, como las mencionadas AVA, el Mercado, los refugios de la Guerra Civil, la actualización de la ficha de Clarisas y próximamente Nuevos Riegos el Progreso. Ruz supedita al nuevo catálgo herramientas "para que los propietarios puedan preservar los edificios de manera eficaz". Aunque estos días inciden en que no hay fondos para actuar en el patrimonio privado, lo que es paradójico porque choca y reduce las posibles intervenciones municipales sobre ese inventario de fachadas a proteger, si para estas cuestiones los recursos son limitados.

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