ELCHE. Son varios los centros o superficies comerciales que están ahora mismo en trámite o listos para su desarrollo en la ciudad. Sin embargo, de todos los proyectos conocidos, uno de los que está en fase final administrativa y que parece está ya bien encarrilado es el del área comercial de Mesalina, que finalmente será de superficies medias con un formato abierto. Los promotores advierten que están ya culminando los últimos trámites y en tres o cuatro meses podría estar todo listo para que entre la maquinaria en verano.
En este sentido, en septiembre de 2021 este sector, el E-22, obtuvo el informe ambiental favorable, aunque se advertía que podía estar sujeto en el futuro a cambios por el Patsecova, el plan autonómico sobre el comercio. Se pedía no modificar el uso predominante industrial, cosa que ya estaba prevista en el Plan Parcial, ya que preveía la compatibilidad con el uso comercial. Lo que queda pendiente a nivel de permisos y que se solicitaba desde el Ayuntamiento es completar el Estudio de Integración Paisajística y atender a otros informes sectoriales para analizar el posible riesgo de inundación de la parte oeste del sector, incorporando al expediente los planos correspondientes autonómico y nacional, para establecer medidas correctoras.
Varios meses después, ahora el industrial Manuel Román, promotor de la actuación a través de su firma de construcción, Inmobiliaria Altabix, vaticina que las obras en el sector pueden empezar este mismo verano. Aunque se fijó finalmente como cifra de inversión unos 47 millones de euros, Román estima que el coste final esté en una horquilla de entre 45 y 50 millones incluyendo demolición, urbanización, construcción de las futuras naves y otras actuaciones urbanísticas. Sobre estas fechas, a mitad de año o incluso algún mes antes, cree que podrían estar ya finalizados todos los permisos para demoler las antiguas naves de Comerplast y otras del sector plástico y del caucho, hoy sin uso.
Paralelamente el plan es que la operadora que se contrató para la captación de clientes y firmas interesadas en instalarse en esta zona empiece a trabajar paralelamente mientras que entran las máquinas para dejar el sector libre de edificaciones, listo para nuevas construcciones. De esta forma podrían tener un suelo finalista en el caso que decidieran dar el paso.
Por otra parte, este nuevo sector, que ha reducido notoriamente su propuesta a nivel de volumen y de concepto con respecto a lo planteado inicialmente —un macrocentro comercial de 100 millones de euros de inversión—, estará conectado con el gran residencial en el Sector E-21 en la zona de la antigua fábrica de Oliva mediante uno de los dos puentes que unirán estos terrenos con la ciudad, atravesando el barranco de San Antón. Una expansión del municipio también hacia el Este, ya que no tiene estos servicios y está a la espera de que se reactive también el proyecto del centro de ocio junto al Martínez Valero. Los propietarios tienen todos los permisos otorgados y listos para iniciar las obras, pero como ha pasado con otros proyectos por la pandemia y el efecto colateral sobre los precios de las materias primas, ha supuesto un contratiempo para el arranque de la actuación.