ALICANTE. Lo que mal empieza... Paradas a medias, así se encuentran ahora mismo las obras de emergencia que el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) puso en marcha hace tres semanas en el estadio Rico Pérez.
La explicación para lo anterior es sencilla: se ha agotado el presupuesto. Los 300.000 euros que se anunciaron (inicialmente eran 500.000 los que se iban a invertir de una tacada, pero luego se decidió fraccionar los trabajos en fases y por extensión la inversión) para sufragar la primera parte de los mismos se han agotado antes de que los trabajos que incluían toda la actuación anunciada hayan superado ni siquiera su ecuador. Es tan evidente lo anterior que la reparación de las juntas de la grada del Mundial, la primera (y única) sobre la que se está actuando, se ha quedado a medias: en una mitad de ese graderío se han reparado (aunque el acabado no parece el mejor) todas y cada una de las juntas (incluido algún pasillo); en la otra, no se ha actuado sobre ninguna. Tal es así que este jueves, después de las lluvias del día anterior, las filtraciones por la zona sobre la que no se ha actuado eran bien patentes, tal y como se puede comprobar en las imágenes que acompañan esta pieza.
Además de en la citada grada del Mundial, también se estaba actuando en la grada de Tribuna Alta, pero en este caso no sobre las juntas (pese a las filtraciones que también existen en esta y que no solo afectan a la grada de Tribuna Baja, sino también a la zona de vestuarios situada bajo esta última) y sí para sustituir la barandilla de la misma (deteriorada y que no cumplía las normas de seguridad, no siendo la única). Pues bien, la antigua ha sido retirada, pero no ha sido colocada la nueva, que se encuentra apilada en el lado contrario del estadio, en la grada de Preferente Cubierta (la de allí también hay que sustituirla, aunque estaba previsto hacerlo en la segunda fase), a la espera de que se pueda instalar, es decir, que haya presupuesto para proseguir con los trabajos.
Desde Alicante Plaza se solicitaba este viernes tanto al IVF como al propio Consell alguna previsión sobre cuándo se aprobará una nueva dotación presupuestaria que permita dar continuidad a los trabajos, habiéndose recibido la callada por respuesta.
¿Se está 'tirando' el dinero?
El IVF puso en marcha estas obras de emergencia en vísperas de las pasadas Elecciones Municipales y Autonómicas. Las mismas se apoyan en un informe de 2022 de la firma SGS Tecnos en la que se asegura que no hay daños estructurales en el estadio, pero sí defectos de conservación que pueden causarlos si no se actúa sobre ellos. Desde el Consell se justificó el momento elegido, coincidente con la campaña electoral, en que se había apostado por "esperar a que concluyera la temporada", aunque la realidad es que la aprobación de la dotación presupuestaria correspondiente tampoco se produjo hasta la misma: fue apenas tres días antes de que los operarios de la empresa Lafuente, la adjudicataria del mantenimiento de los inmuebles titularidad del IVF, hicieran acto de presencia en la instalación, acompañados por Manuel Illueca, el director general del IVF, quien dos semanas antes había visitado por primera vez el estadio junto a técnicos de SGS y de Lafuente.
Viendo algunas de las imágenes que acompañan a esta pieza, cuesta creer que todos los problemas del Rico Pérez sean exclusivamente de conservación, que no haya daños estructurales, pero los técnicos así lo certifican. Lo que es evidente es que la situación es insostenible, la ciudad de Alicante no puede continuar con un estadio en esas condiciones, de otro siglo (se construyó en la segunda mitad del pasado sobre una idea propia de la primera mitad del mismo), antediluviano y en estado cochambroso. Se trata de una patata caliente que el consell del Botànic tenía sobre la mesa y que ahora pasa a tenerla el bipartito PP-VOX, con Carlos Mazón, nieto de un expresidente del Hércules, al frente.
La 'due diligence' de SGS Tecnos no es el único informe sobre el estadio Rico Pérez encargado por el banco del Consell desde que el hoy President de la Generalitat en funciones Ximo Puig anunció su deseo de transformar la instalación en un espacio multiusos, en un 'Rico Pérez Arena'. Lo anterior implicaba la adquisición por parte de la Generalitat al IVF del estadio (el banco del Consell es propietario del mismo desde 2017, cuando se hizo con él por 3.750.000 euros en el marco de la liquidación de bienes y derechos de Aligestión Integral, en una subasta en la que Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez pujaron hasta los 3.550.000 euros), algo que se decidió que se haría por medio de una cesión onerosa... pero había que ponerle precio a la instalación, saber su grado de conservación exacto y si cabía técnica y jurídicamente desarrollar en ella esa idea de espacio multidisciplinar de uso intensivo que, por cierto, con el paso del tiempo pasó de llamarse formalmente 'Rico Pérez Arena' a 'Alicante Arena'. De ahí las adjudicaciones a SGS Tecnos o Eguesan Energy, empresa a la que se encargó en diciembre todo tipo de informes, al tiempo que consensuar con el Hércules un borrador del régimen de usos.
Todos esos trabajos ya concluyeron, no se han hecho públicos, pero Alicante Plaza puede adelantar algunas características de los mismos: por ejemplo, respecto a los nuevos usos consensuados con el club blanquiazul (paralelamente, las partes mantienen abierto un litigio que gira sobre los mismos ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Alicante) este tendría el uso preferente de la instalación sin tener que abonar contraprestación económica salvo que su primer equipo milite en el fútbol profesional, condición esta que se exige a cualquier otro club que quiera aspirar a usar también el estadio. Además, hay un uso con reserva exclusiva de espacios para el Hércules para oficinas, tienda y gimnasio. Y por lo que se refiere al proyecto a realizar para tratar de hacer rentable el Rico Pérez como espacio multiusos se contempla la construcción de un hotel (algo que, en su momento, cuando Aligestión era la propietaria del estadio, ya se llegó a plantear) e incluso cubrir los graderíos que no lo están.
¿Seguirá siendo Alicante también en este tema la capital de la provisionalidad, de los proyectos inacabados o que, directamente, no pasan del papel?
