ELCHE. En menos de dos años Ciudadanos Elche va a cambiar cuatro veces de portavoz municipal: David Caballero, Eva Crisol, Eduardo García-Ontiveros y Eva Crisol de nuevo. Desde la dimisión del primero en marzo de 2019 a las puertas de las elecciones, el partido naranja sigue sin encontrar la estabilidad. Unos comicios con malos resultados, unas designaciones de funcionarias de empleo polémicas, amenazas de expedientes y suspensiones cautelares de militancia al portavoz con su ulterior expulsión son algunos de los hechos que han tenido lugar en poco más de un año. En los 'mejores momentos' reinaba una calma tensa. Ahora, para culminar una situación esperpéntica, con unas peleas intestinas por hacerse con el proyecto que van desde lo nacional hasta lo local en diferentes grados, la situación en Elche acaba —de momento— con otra estrambótica situación, la construcción de una pared en medio del grupo municipal para separar a los ya excompañeros de partido. El lunes Eva Crisol tomará posesión como portavoz de Cs.
En la jornada del jueves, tras ratificarse su expulsión, el que hasta ahora había sido portavoz del grupo municipal y cabeza de lista, Eduardo García-Ontiveros, estallaba contra su expulsión de Ciudadanos, la que calificaba como "una injusticia de dimensiones bíblicas", anunciando la vía judicial al entender que se han vulnerado sus derechos fundamentales. Esta semana había llegado a alcaldía un documento de poder a pleito—los poderes que otorga un cliente a su abogado— externo al partido, desde Barcelona, para ratificar la expulsión de García-Ontiveros y la entrada de Eva Crisol como portavoz por segunda vez, algo que se refrendará en el pleno del próximo lunes. Unos poderes que había otorgado el partido a un exsecretario general del partido en Catalunya en 2016 para afrontar sus procesos judiciales.
Al no estar firmado el documento por ningún cargo orgánico del partido de la dirección nacional, el Consistorio lo rechazó en un primer momento. Pero la Comisión de Garantías encabezada por Jesús Galiano le confirma que es válido, por lo que el Ayuntamiento ejerce su derecho de bastanteo y da el visto bueno. Algo que desde el entorno de García-Ontiveros rechazan al considerar que con un poder a pleito no se puede expulsar a un portavoz municipal y que podría haber una demanda por responsabilidad patrimonial al Ayuntamiento por anormal funcionamiento de la administración. Todo mientras en el edificio de los grupos municipales, un par de peones municipales levantaban un muro entre los despachos de Ciudadanos ya que no había más espacio disponible para el futuro concejal no adscrito. Una decisión que se toma desde alcaldía.
Un embrollo en el que el partido ha pedido para el cabeza de lista electoral la aplicación del pacto antitransfuguismo. Y aquí, como ya ha pasado en varias ocasiones con los estatutos del partido, cada uno interpreta la ley según le conviene. El afectado defiende que no se le puede aplicar porque no ha votado con otra formación ni se ha cambiado de filas. Sin embargo, Eva Crisol apunta que también es para no adscritos y para los que se han ido o han sido expulsados. Precisamente en ella y sus afines, implícita o explícitamente, centró la atención García-Ontiveros, señalando por ejemplo que "hay un denominador común" en su salida del partido y la de David Caballero y Juan Antonio Sempere. En otras palabras, carga en las espaldas de su hasta ahora número 2 y los argüesistas —que se disputan el poder autonómico con Toni Cantó y eso se traslada a los territorios—, de quienes señala haber estado recibiendo presiones desde el nombramiento de Irene Ripoll como cargo de confianza y ninguneos en redes sociales. No dejó títere con cabeza el edil, que apuntó que tras tomar el acta de concejal, alguien había estado dejando entrever interesadamente que dimitiría.
O que Eva Crisol había sido interrogada sobre el caso de la expulsión sin conocer él quién lo había hecho ni sin haber testigos delante, por lo que también pidió otras pruebas que se le denegaron para recurrir su suspensión de militancia. O que la edil había enviado el currículo de Paz Gallud a Acción Institucional sin el permiso de García-Ontiveros. Sin embargo, Crisol niega taxativamente lo primero y señala que a ella no la ha interrogado nadie y que es falso, al igual que lo que dicen sus detractores sobre la no formación de Gallud como cargo de confianza. Asegura que sí tiene el Bachillerato y que en cualquier caso no es una obligación para el cargo, y que muchos asesores tampoco lo han tenido. Además, apunta la futura portavoz que le une una relación de amistad con ella "como Eduardo con Irene Ripoll". Así, en palabras a este medio también matiza que el acuerdo con García-Ontiveros era que él se comprometió a que Ripoll iría en el tercer puesto de la lista, Gallud en el sexto y ella sería la funcionaria de empleo, aunque acabó optando por la primera por experiencia, como ha defendido en reiteradas ocasiones. Respecto a este asunto, Eva Crisol también añade que él también envió el currículum de Ripoll sin consultarle y que se enviaron varios más, como el de Miguel Molina —que había sido cesado por Caballero—. Y que en cualquier caso, "podría haber hecho esto hace seis meses, pero yo no voy a montar un circo con esto".
Por la otra parte, tras la expulsión de García-Ontiveros, algunos de sus afines apuntan a que no saben si seguirán, aunque eso sí, algunos de los que tienen cargos en órganos municipales seguramente dimitan ante el previsible cambio de cromos con la toma del timón de Eva Crisol. Si bien algunos estaban desencantados ya con la deriva del partido a nivel local y nacional —McEvoy se fue hace dos meses—, seguían para arropar al portavoz, aunque alguno ya se ha dado de baja. Se veían gobernando con el PP antes de la primera implosión. Ahora el partido está más laminado, llevan casi dos años con una imagen —y una realidad— de inestabilidad constante y el tira y afloja apenas deja lugar a la política municipal. Ahora, a esperar a la vía judicial para ver qué decide sobre la situación de García-Ontiveros, que quiere seguir trabajando en las mismas condiciones; o sea, con cargo de confianza y despacho. De momento, esto último lo tiene gracias a la pared que ha levantado el Ayuntamiento. Eso sí, los líos seguirán. El partido de la 'regeneración' ha pasado a ser el que necesita una regeneración.