ELCHE. El Mercado Central no deja de dar giros de guión inesperados. Ahora que a priori desde distintos departamentos del Ayuntamiento se está armando el expediente para la rescisión del contrato, Aparcisa ha frustrado los planes del bipartito de intentar acondicionar el entorno del mercado durante este trimestre, ya que ha presentado un recurso de alzada contra esta intervención, al tiempo que el bipartito alegará contra la misma, pidiendo "extrema celeridad", según el edil Carlos González, a Cultura. Al tiempo, hace unos días una delegación del equipo de gobierno se reunió con los placeros, ofreciéndoles una segunda alternativa, la de consolidar el actual mercado provisional y dejar que sigan en la ubicación actual, una zona verde por la que tanto PSOE como Compromís protestaron en 2015 al considerar la actuación exprés ilegal.
Una propuesta —segunda opción tras la de apostar por el Mercado Central rehabilitado/nuevo sin parking— que el alcalde dio a conocer el viernes, y que supondría convertir en definitiva la ubicación del actual mercado provisional, además de otorgarles el aparcamiento subterráneo de Josep María Buck que Aparcisa ya había rechazado porque a los placeros no les encaja. Sin embargo, se trata de una zona verde en la que se construyó rápidamente —en contra de criterios técnicos que abogaban por otra ubicación— con el gobierno del PP y que obviamente iba a ser provisional. Con todo, en un ya lejano 2015, PSOE y Compromís advirtieron que esta obra era "ilegal", ya que suponía un delito urbanístico al entender que incumplía el artículo 55 del Plan General, referente a que en zona verde no se pueden levantar edificaciones ni instalaciones provisionales. Incluso el PSOE de entonces llevó el caso a la Fiscalía, pero aquello no tuvo más recorrido.
A pesar de la situación, González indica que mediante la ordenación urbanística el uso de la parcela se puede modificar como ya se ha hecho varias ocasionesrecientes, como se ha hecho para el centro de salud de Altabix o la posible ampliación del Kelme o para el centro social de San Antón. Habría que reclasificar el suelo: "si tomamos una decisión, tenemos que ser consecuentes", explica, en referencia a sortear este contradictorio obstáculo, aunque pragmático para sus intereses, viendo sus quejas en 2015. Con todo, no sería el único 'sapo' que tendrían que tragar el equipo de gobierno, ya que el pasado 27 de febrero se cumplieron dos años de la declaración ilegal de la terraza del mercado provisional, cuyo trámite y ejecución de la demolición sigue en el aire, y no hay atisbos de que vaya a ocurrir, ya que el bipartito echa balones fuera sobre el asunto. Tampoco le interesaría ahora en el caso de que finalmente se optara por consolidar el mercado provisional.
En cualquier caso, son condicionales, ya que los placeros celebraron una asamblea el 3 de marzo en la que rechazaron esta oferta del Consistorio, ya que "no está concretada, está vacía de contenido y supone una nueva promesa y un alargamiento de plazos y tiempo sin garantía tan siquiera de que se vaya a llevar a cabo, y lo que es más grave, sin garantía para los placeros de continuar en ese nuevo mercado propuesto por el Ayuntamiento, exigiendo una renuncia previa a los derechos que actualmente tienen por contratación con Aparcisa y que vienen derivados de una concesión publica otorgada por el Ayuntamiento".
Inciden además en que habría que reclasificar el suelo, licitar y sacar a concurso el edificio, puesto que según los placeros, se trataría de un inmueble nuevo que levantar y compaginar mientras con la actividad del actual. Esto supondría según el colectivo renunciar a una concesión administrativa que tienen firmada con Aparcisa bajo un contrato legal refrendado por diversas administraciones, por lo que no estiman la propuesta. Puede que si se respetasen esas concesiones jurídicas hubiera una puerta abierta, ya que descartan la opción al no existir estas jurídicas que les garanticen tener un puesto asegurado, cosa que sí hace Aparcisa a través de un contrato legal.
A ese respecto, la compañía gallega también está 'atada' a los placeros puesto que tiene el compromiso firmado y un monto importante adelantado de los mismos para sus futuros locales. Con el Ayuntamiento no tendría problema en ponerse de acuerdo para abandonar el proyecto, por eso el punto clave si el bipartito quiere rescindir, son ellos, de ahí los intentos periódicos en la reuniones para que desistan del actual proyecto. El primer edil comentaba el viernes que "no hay más opciones, pero estamos dispuestos a escuchar terceras alternativas". Por el momento, según González los trámites de la rescisión "están avanzados" y cercanos a su fin. Aunque la tramitación de la protección de los Baños Árabes y los refugios, por ejemplo, otra cosa que a priori se haría junto al finiquito, se podría hacer cuando lo decidiese, puesto que las fichas inventariadas con su valor y contexto están finalizadas desde hace tiempo.
Por su parte, desde el PP también han tomado posiciones en el asunto. Su portavoz Pablo Ruz denuncia que las ofertas a los placeros son "una auténtica desfachatez e improvisación". Recuerda que González dijo del provisional que era “una autentica infracción urbanística” y esgrime que el pliego del contrato recoge de manera "taxativa" que la zona donde su partido eligió ubicar el mercado provisional "debe volver a ser una zona verde, por lo que no cabe hacer improvisaciones modificando el PGOU”.