ALICANTE. Otro 'pobre' cumpleaños para el estadio Rico Pérez. Este jueves cumplía 49 años la otrora instalación ejemplar, que permitió que la ciudad de Alicante fuera sede del Mundial de 1982 (Diego Armando Maradona abría en ella su cuenta de goles en campeonatos del mundo de selecciones de fútbol absolutas) y hoy se encuentra en un estado cochambroso.
El 3 de agosto de 1974, con un partido amistoso entre el Hércules y el Barcelona, quedaba inaugurado un Rico Pérez que entonces era propiedad del club blanquiazul, situación que se mantuvo hasta 1994, cuando a cambio de 5,4 millones de euros pasó a manos del Ayuntamiento de Alicante. Hoy sigue en manos públicas, concretamente las del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), quien se quedó con la propiedad en subasta pública en 2017, en el marco del proceso de liquidación de Aligestión Integral, la empresa del entorno de Enrique Ortiz que diez años antes se lo había adquirido al consistorio por 7,8 millones de euros y la obligación de acometer una reforma por otros 4,2. La jugada, tras la que se encontraba una operación urbanística que hubiese permitido a Alicante formar parte de la llamada 'candidatura ibérica' para acoger el Mundial de 2018 (que finalmente organizó Rusia), no se pudo completar y hoy el estadio languidece, tanto o más que lo hace el Hércules en la cuarta categoría del fútbol español o la propia Alicante: la ya décima ciudad de España por población solo ha podido aspirar a ser subsede (condición pendiente de decidirse) de cara a la candidatura de España y Marruecos a organizar el Mundial de 2030.
Conscientes de todo lo anterior y con las pasadas Elecciones Municipales y Autonómicas en el horizonte y el litigio entre el Hércules y el banco del Consell a cuenta del arrendamiento de la instalación como trasfondo, la Generalitat Valenciana, con Ximo Puig a la cabeza, anunció su intención de hacerse con la propiedad del estadio para convertirlo en un recinto multiusos, que no girase exclusivamente alrededor del fútbol. Lo anterior obligaba a una cesión onerosa previa del Rico Pérez por parte del IVF, algo para lo que este llegó a licitar (y adjudicar) diferentes contratos públicos dirigidos a conocer el estado real (fruto de uno de ellos se acometieron obras de emergencia en el mes de junio) y las opciones que daba la legislación urbanística. Se trataba de ponerle un precio al Rico Pérez, una cantidad a la que habría que sumar después el coste de la (pretendida) remodelación.
Con el cambio en el Consell y la llegada a la presidencia de Carlos Mazón, todo ha quedado en el aire... pero la patata caliente sigue ahí. Precisamente por eso, porque estamos ante un problema a todos los niveles (no solo de imagen para la ciudad) que hay que resolver, tanto el Ayuntamiento como la Diputación de Alicante (cuyos gobiernos ahora sí comparten signo político con el del Palau) han tratado de ayudar a reconducir la situación, concretamente, semanas atrás, al conocer la voluntad de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) de construir un 'estadio nacional', decisión que puso a finales de junio en conocimiento de la Asamblea General su presidente Luis Rubiales, contactaron con Las Rozas para trasladar su interés en acoger el proyecto. El problema es que la RFEF no se plantea construir dicho estadio de entre 30.000 y 40.000 localidades fuera de la Comunidad de Madrid.
A un año para que celebre sus bodas de plata el Rico Pérez, ¿se avanzará en su reconversión en recinto multiusos? ¿Se aparcará la remodelación y se apostará por la construcción de un nuevo estadio? ¿U Ortiz lo recomprará?