ALICANTE. El grupo Baraka asume el deber de conservación del edificio del antiguo cine Ideal de Alicante y ejecuta la primera intervención sobre el inmueble desde que se convirtió en su nuevo propietario, en enero de 2022, a la espera de que pueda despejarse el futuro de su proyecto para transformarlo en hotel. La compañía creada por el empresario Trinitario Casanova ha contratado la realización de trabajos de mantenimiento para sanear la fachada del emblemático edificio, de modo que se evite el riesgo de caída de cascotes sobre la vía pública, en respuesta a los requerimientos formulados por el departamento municipal de Conservación de Inmuebles.
Como informó este diario, dicho departamento, adscrito a la Concejalía de Urbanismo, amplió a mediados de mayo el alcance del expediente de conservación, incoado con carácter previo, al comprobar el estado del inmueble e incluyó la ejecución de nuevas tareas de consolidación y de reparación de los desperfectos encontrados, con la pretensión de preservar la integridad de la construcción y evitar posibles accidentes por desprendimiento de materiales.
En esa ampliación, se habría incorporado las deficiencias apuntadas (a través de varios escritos) por la Plataforma Salvem l'Ideal, como la existencia de ramas que sobresalían de la fachada del inmueble, así como la caída de algunos fragmentos de cornisa sobre la acera de la avenida de la Constitución, lo que habría forzado al Ayuntamiento a instalar vallas protectoras en algunos tramos. Ese expediente no se acompañaba, todavía, de una posible propuesta de sanción en caso de que no se atendiese el requerimiento de conservación.
No obstante, todo parece indicar que, ahora, no llegará a materializarse la imposición de penalizaciones, ya que Baraka habría procedido a sanear la fachada y habría colocado una malla protectora sobre su cornisa. Además, se habría eliminado la presencia de vegetación que emergía de entre sus propios muros, entre otras medidas, como la poda de las ramas de los árboles que afectaban a la integridad de su fachada.
Esa intervención se produce a la espera de que se pueda dilucidar el futuro de su proyecto de transformación en hotel. Baraka continúa sin disponer de respuesta municipal a la petición de licencia presentada en diciembre de 2019 para reconvertir el edificio en un hotel boutique de 63 habitaciones en un propuesta que, según fuentes del grupo empresarial, se habría ajustado a las indicaciones formuladas por los técnicos municipales respecto a los requisitos de conservación del inmueble.
No obstante, se habrían producido al menos dos decisiones posteriores que podrían afectar al desarrollo de ese proyecto. En primer término, en septiembre de 2020 se aprobó de forma inicial el catálogo de protecciones en el que quedaba incorporado como Bien de Relevancia Local (BRL) de protección integral. Y, en diciembre de ese mismo año, se produjo el requerimiento de la Conselleria de Cultura por el que se conminaba a preservar los elementos internos todavía conservados del antiguo cine, así como su volumetría.
De igual modo, según fuentes consultadas, tampoco se habría producido ningún avance respecto a la posibilidad de que la Generalitat ejerza el derecho de retracto para recomprar el edificio a Baraka por el mismo precio por el que se habría cerrado el acuerdo de adquisición con la familia propietaria, agrupada bajo la sociedad Herederos de Josefina Mingot.
Según las mismas fuentes, desde enero, no se ha registrado ningún contacto formal entre Baraka y ninguna instancia de la Generalitat con la intención de sondear esa recompra. No obstante, como viene informando este diario, lo cierto es que la Conselleria de Cultura sigue interesada en explorar esa posibilidad, en cumplimiento del proyecto incorporado en los presupuestos autonómicos de 2022, a través de la herramienta de los presupuestos participativos.
El departamento autonómico que coordina Raquel Tamarit persiste en su intención de ejercer ese derecho de retracto con la pretensión de darle un uso cultural al edificio, previsiblemente como sede de la Filmoteca de la Generalitat en Alicante. Se trata de una operación que continúa en estudio (sigue habiendo tiempo para ello), en la que se estarían centrando todos los esfuerzos posibles, según fuentes de Cultura. Eso sí, para que pueda materializarse, debería justificarse el abono de los cerca de 5 millones que supondría esa adquisición, después de que ya exista una primera tasación elaborada por la propia Generalitat en la que se le asigna un valor de entre 1,5 y 1,8 millones.