ELCHE. Después de lo que ha costado arrancar el nuevo Patronato del Palmeral, así como la Junta Rectora, órganos que debían renovarse a los tres meses de la ley (aprobada a finales de 2021), ahora es el turno de ponerse las pilas. O más bien de recorrer una auténtica contrarreloj, como reconocía la consellera de Cultura, Raquel Tamarit, porque a finales de 2023 deben aprobarse el Plan Especial del Palmeral y el Plan Director. Una vez aprobada la legislación, se establecían dos años legalmente para aprobar estas normas de rango inferior pero que son necesarias para poder desplegar la ley de protección y salvaguarda.
A este respecto, no es la primera vez que alguno de estos instrumentos juega con su caducidad, como ha sido el caso del Plan Especial, cuyo permiso ambiental caduca a los cuatro años, plazo que se cumple en 2023. Se ha presentado el borrador a Cultura sobre la bocina, ya que si expiraba ese permiso, ello podía suponer reiniciar de nuevo el trámite. Así, mientras que son este y el Plan Director los prioritarios, el primero ya en sus trámites finales, y el segundo aún por elaborar, del propio Plan Especial derivan otros instrumentos sectoriales, aunque pueden aprobarse más adelante. Estos son el Plan de usos, el de conservación y mantenimiento, el de salvaguarda e investigación, y de palmeras datileras. Documentos que la ley recomienda redactar.