El cocinero alicantino, después de una década surcando el mismo mar pero en otras latitudes gastronómicas, volvió a casa hace un año para embarcarse en el proyecto del restaurante del Club Náutico Marina Greenwich, en Altea. Aquí, Alberto Durá plasma la sencillez y la coherencia que le caracterizan en sus “arroces pensados”... y en cada cosa que hace.