ENTREVISTA (I). cARLOS GOMILA, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE HOTELEROS DE ALICANTE, APHA

Gomila: "Nos preocupa que el miedo a perder ocupación reduzca precios y rentabilidad"

2/12/2018 - 

ALICANTE. Carlos Gomila tomó el relevo a Isabel González al frente de la Asociación de Hoteles de la Provincia de Alicante (APHA) el pasado verano y desde entonces compatibiliza el cargo de presidente de la patronal hotelera con la dirección de los establecimientos NH Alicante y NH Rambla. En realidad, su acceso al cargo fue una sucesión natural, puesto que ya formaba parte de la directiva de APHA como vicepresidente desde 2017. Ahora, insiste en desarrollar el compromiso con el que tanto él como su predecesora llegaron a la asociación: aplicar una gestión empresarial y modernizarla en beneficio de sus 60 hoteles asociados, con 10.600 plazas hoteleras y 4.870 habitaciones. En esta conversación con Alicante Plaza, analiza el momento del sector turístico, sus retos y sus temores.

(Lea aquí la segunda parte de la entrevista)     

-¿En qué situación se encuentra APHA y cuáles son sus necesidades y las de sus asociados?

-Somos 60 establecimientos asociados y, con el cambio de junta que se produjo en junio de 2017, cuando yo me incorporé como vicepresidente y como presidenta Isabel, el primer paso que nos planteamos fue impulsar una gestión de empresa o una profesionalización de la asociación. Sobre todo, modernizarla. Todo lo que se trabajaba estaba bien, pero había que ser mucho más ágiles y llegar mejor a los asociados, tanto desde la parte de proveedores que gestionamos, como los informes estadísticos que realizamos, o la parte de comunicación y de imagen en redes sociales, para que asociados y el público en general supiese lo que hacemos, que no son pocas cosas.

-¿Cuál es el estado de salud de la planta hotelera de la ciudad de Alicante, en concreto, y de los municipios en los que APHA también tiene presencia, como Elche?

-El estado de salud es correcto. Cubrimos una amplitud de demanda de muchos tipos: hoteles 5 estrellas; 4 estrellas, algunos muy destinados a congresos y eventos, otros más destinados al cliente individual; de 3 estrellas, de 2, apartamentos... Hay una oferta hotelera importante: hoteles más resorts como Alicante Golf o Huerto del Cura... Es una oferta amplia. Cubrimos todas las necesidades que puedan tener los turistas. 

-Llegan noticias de proyectos para próximas aperturas en la capital: uno en la calle Altamira, junto al Ayuntamiento; otro en la Casa Alberola... ¿Cómo lo ve?, ¿hay espacio?, ¿son necesarios para ampliar una demanda todavía no cubierta?

-No es un problema de falta de oferta hotelera. Al final, de lo que se trata es de atraer a un mayor volumen de turistas y desestacionalizar la ciudad y la provincia, que los meses bajos -que tradicionalmente han sido de noviembre a febrero, aunque es cierto que en los últimos años se ha reducido ese periodo-, desaparezcan y lleguen a tener ocupaciones como las de julio, agosto o mayo. La planta hotelera de calidad es buena. Al final ha habido una incursión del alojamiento turístico reglado como nuevo modelo y también ha tenido cabida, con lo cual al final la calidad hotelera reglada y de calidad, que es por lo que abogamos, sí tiene cabida. Debe haber un marco de control como en cualquier negocio, pero tiene cabida. Sobre todo, dos proyectos como estos que tienen pinta de gran calidad.

-El tema lo acaba de introducir usted, ¿cómo afronta APHA la polémica por la regulación de los llamados apartamentos turísticos?

-La afrontamos trabajando en común con las administraciones. En Alicante se estableció una mesa de trabajo en julio de este año. En septiembre tuvimos la primera sesión y en octubre la segunda. Al final, hay que remitirse a la Ley de Turismo, contemplar lo que marca, que ha trasladado a los ayuntamientos el establecer sus propias ordenanzas. El de Alicante contaba ya con una regulación urbanística al respecto, con lo que no hay más que aplicarla.

Sí es cierto que hay mucho apartamento turístico que ahora queda fuera de norma aunque quiera regularizarse, que es lo que ha ocurrido ahora, apartamentos que ante la presión -más fiscal que no de normativa- ha querido regularizarse, pero ahora está en una situación que no puede hacerlo porque no cumple los requisitos que marcan las ordenanzas, simplemente porque están en unas ubicaciones que no permiten ese uso turístico. Sí hay alguna propuesta para que se comience a estudiar ese tipo de uso turístico en alguna zona como Playa de San Juan, que hasta ahora no se contempla, y en eso estamos trabajando. Tanto APHA como asociación como la propia asociación de apartamentos turísticos al final lo que queremos es que haya una normativa que aplique y que todos los que estemos, estemos con una regulación, 'legales'. Tiene que haber normas de juego para todos.

-Esas asociaciones, como por ejemplo ABTA, alegan que en esa nueva normativa se les quiere dar un tratamiento terciario, como si fueran un comercio, cuando los apartamentos no dejan de ser viviendas. ¿Qué opina?

-Hemos tenido alguna conversación con ellos. Nuestra postura es defender la norma y la legalidad. Tenemos asociados que son apartamentos turísticos, aunque al establecerse la asociación algunos se han trasladado con ellos, como tiene toda la lógica del mundo, pero trabajos en el mismo marco, que es el de luchar contra el intrusismo. No hemos hablado nunca de una competencia desleal para los apartamentos que estaban reglados. Un edificio de viviendas que son apartamentos turísticos tiene una normativa muy similar a la nuestra: la lucha siempre va hacia al intrusismo no reglado. Por ejemplo, seis apartamentos en distintas zonas, que no cumplen ningún tipo de normativa, que no asumen ninguna carga fiscal, que no generan puestos de trabajo, que se aprovechan de todas las inversiones que generan tanto las administraciones públicas como las empresas privadas a nivel de promoción... Trabajamos con la Generalitat, con la Diputación, en la promoción del destino, hacemos workshops, hacemos ferias, famtrips de touroperadores... y siempre bajo un marco común que es la búsqueda de turismo de calidad y la promoción de un destino de calidad. 

"Hay hoteles que tienen una propiedad, que han invertido en ese momento en el sector, y ahora quieren hacer caja para invertir en otros sectores y están buscando inversores que compren"

Aquello no es un turismo de calidad; ofreces una oferta que no está controlada, con lo que el turista que llega no sabe qué se va a encontrar. Una foto colgada en internet es muy fácil que sea bonita, pero eso no ofrece una idea de destino que es por lo que nosotros trabajamos. No estamos en contra de que existan apartamentos turísticos: lo que queremos es que estén reglados y que lo estén los que puedan estarlo. Habrá que plantear si las ordenanzas se pueden cambiar o no, si se puede cambiar el PGOU, pero dentro de un marco de control. Debe haber una garantía de que va a existir vivienda de alquiler para el ciudadano, de que no se va a encarecer, como ya está ocurriendo en muchas zonas de la ciudad... Lo que hay que hacer es evitar lo que ha pasado en ciudades como Palma o Ibiza en las que se está convirtiendo en un problema para los propios residentes.

-Al margen de las nuevas aperturas, se están registrando varias operaciones de cambios de propiedad. El Holiday Inn de Playa de San Juan, adquirido por Port Hotels; el Abba Centrum, que está en venta, como lo está el hotel boutique de Les Monges, o el Mío Cid, comprado por los dueños del Maya. ¿A cree que se debe este baile en la propiedad y en la gestión?

-Hay dos aspectos fundamentales. Durante la crisis hubo un momento en el que, por un lado muchos constructores o muchos inversores privados que habían apostado por el parque hotelero, como una fuente de inversión, no estaban gestionados por grupos hoteleros con experiencia. Ha habido una situación de abandono en la que muchos hoteles se han encontrado en unas situaciones financieras muy complicadas. También es cierto que hubo un exceso de planta hotelera, no de exceso en ciudades; hablo de que en cualquier sitio se construían ocho hoteles, y eso no tenía sustento porque no había un desarrollo turístico en esas zonas. Al final no dejan de ser transacciones. Hay hoteles que tienen una propiedad, que han invertido en ese momento en el sector, y ahora quieren hacer caja para invertir en otros sectores y están buscando inversores que compren o gestores experimentados.

-¿Grandes cadenas?

-Bueno, son estrategias empresariales. En este momento, quien está creciendo son las grandes, que quieren tener el mayor control de camas posible en cada ciudad, lo que, en ocasiones puede ser peligroso para el destino. Al final, se acaba en una instalación de precios muy bajos.  

-En las estadísticas mensuales de ocupación que recopila la asociación, se viene reflejando cierta tendencia al estancamiento. ¿Cuál cree que es la causa?

-Es lo que venimos detectando desde marzo: estancamiento o incluso decrecimiento. Hemos pasado un verano complicado, no malo, porque estamos referenciando con 2017 que fue un año de récord. Siguen siendo datos buenos, pero cuando das un paso atrás o estás parado, empiezan las alertas. Ha habido un resurgir de ciertos destinos que por su situación geopolítica han estado en contención absoluta, lo que nos había aportado turistas prestados. Es verdad que a lo mejor no hemos sabido aprovechar eso para desarrollar un destino que sea de demanda inicial, no destino de rebote, pero es cierto que ha habido una afluencia de turistas de otros países muy alta. Donde hemos tenido dos meses complicados han sido julio y agosto; el resto del año hemos mantenido resultados o con crecimientos. Lo que nos está preocupando más es que este miedo a una pérdida de ocupaciones vuelva a provocar un retroceso en los precios, que es lo que hemos estado trabajando en los últimos años, y eso acaba chocando contra la rentabilidad de los hoteles. Trabajamos para no entrar en eso. Con los datos acumulados a cierre de octubre, estamos en el 1% por encima del año anterior. Algunos hoteles han tenido que reducir precios, y otros que han mantenido precios, han decrecido en ocupación. Pero es que venimos de años de crecimientos de 14 o 11 puntos, y al final la economía llega a un momento de estancamiento. Las cifras nacionales para este año hablan de crecimiento del 3%. No es una mala situación, pero tenemos que volver a acostumbrarnos que estos años de alegría quizá han terminado y hay que aprovechar lo que se ha trabajado, que no ha sido poco, y seguir trabajando en desestacionalizar temporadas, los meses bajos, y conseguir tener los meses de alta demanda un turista que nos elija como primera opción y que esté dispuesto a pagar por un buen servicio y un buen producto.

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