ELCHE. Partido Popular y Ciudadanos ya han firmado su acuerdo para gobernar la nueva Diputación de Alicante. Una rúbrica firmada por el coordinador valenciano de los naranjas, Toni Cantó, y Carlos Mazón, que será el presidente de la institución por el PP. En su comparecencia quedaron fijadas las líneas maestras de la misma para la legislatura: se volverán a impulsar las oficinas comarcales, se le dará un empujón a la cultura, se le quiere dar otra visión al turismo, y se creará el Observatorio de Transparencia, que estará a cargo de los de Cantó. Eso sí, en la comparecencia también quedaron algunos asuntos en el aire o poco claros, como las ayudas sin justificar al grupo popular en la Diputación, por valor de 460.000 euros, o la promesa del Auditorio en Elche.
Respecto a estos asuntos, sobre los más de 460.000 euros que percibió el PP concepto de ayudas durante el pasado mandato, Mazón sostiene que le consta que "cumplen estrictamente la ley" por lo que sabe, y que se cumple la normativa de forma "taxativa". Sin embargo, el Tribunal de Cuentas no ha refrendado la versión del partido de que se garantiza el cumplimiento de la ordenanza. En cualquier caso, Mazón argumenta que son unas cuentas que provienen del anterior mandato y añade que "por lo que yo sé, las ayudas al PP, como en otras entidades como las Cortes Valencianas y en otros partidos, se cumple escrupulosamente la normativa, es lo que me consta", apostillando que no tiene "autoridad política, moral, ni jurídica" para hablar de la cuestión.
Así pues, una patata caliente con la que empieza la travesía junto a Cs, que tendrá que bailar con los de Mazón de forma incómoda mientras que desde la oposición le preguntan si va a defender a sus nuevos socios en esta cuestión. Cantó por el momento echa balones fuera. De hecho, rehusó hablar sobre posibles responsabilidades o condiciones ligadas a las mencionadas cuentas: "yo no voy a hablar de lo que no es competencia nuestra" y reorientó el asunto a la competencia que van a tener con la entrada en la Diputación, el Observatorio de Transparencia. Señala que es una de las "obsesiones" de su partido, y que está relacionada con esas ayudas, y aprovecha para lanzar un mensaje de cara al futuro: "cada euro que salga de la Diputación va a estar auditado, respetando absoluta y escrupulosamente la legalidad".
Aprovechando asimismo el aterrizaje de ambas (y otras muchas) autoridades en el Museo de Pusol de Elche, se le preguntó a Mazón sobre el estado del Auditorio de Elche que se comprometió a construir en la ciudad el ya expresidente de la diputación, también del PP, César Sánchez. Mazón esperará a entrar en funciones en la institución provincial para "tomar nota técnica" del proyecto, limitándose a señalar que al no haber tomado aún el cargo, no hablará en concreto de ningún proyecto. Sin embargo, después de las palabras de Sánchez, se han levantado expectativas en la ciudad con respecto a un posible Adda en la ciudad ilicitana. Una promesa arrancada por Pablo Ruz que el alcalde Carlos González trató de apropiarse tras un torpe ofrecimiento en abstracto de Sánchez a la ciudad de Elche.
Sin duda, una cuestión por la que ambos tendrán que bregar para que no quede en el olvido, puesto que fue un anuncio en víspera electoral y no de poca inversión. Sería de la misma capacidad que el Adda, un auditorio que se calculaba costaría 36 millones y acabó costando 63 por los sobrecostes. Una herencia que Mazón tendrá que ver cómo gestionar puesto que se le recordará desde una parte u otra. Del resto de arquitectura del gobierno de la Diputación, el PP anuncia cambios en la forma y las denominaciones.
Sobre lo que sí tiene las cosas claras es sobre el papel de las oficinas comarcales, las que pretende relanzar para potenciar la vertebración del territorio, coordinando también los planes de obra para mejorar su gestión y el impulso cultural o las "libertades educativas y personales", enfatizando que el pacto no es "dique seco de nada, sino fuerza de lanzamiento y reivindicación". Una cuestión, la comarcal, que podría chocar con el acuerdo de ambos partidos en 2015 en lo referente a la "reducción de la estructura administrativa", pero como advierte Mazón, se han dejado de lado "matices que separan". Por su parte, Cantó relata que no podía aliarse con el PSOE por su pacto con los "nacionalistas de Compromís o los populistas de Podemos", además de incidir en que el Botànic II ha sido un "reparto de puestos", entroncando ambas cosas con los pactos que se plantea a nivel nacional.
Por otra parte, de su eje de ruta destaca la necesidad de dar la vuelta al "maltrato" a las infraestructuras alicantinas, potenciar la cultura entendiéndola también como industria, preparar a la provincia para retos turísticos para poder competir con otros territorios —ocuparán la vicepresidencia del Patronato de Turismo, además de Infraestructuras y Cultura— y una mejora de la transparencia. Unos ejes con los que pone la mirada en Andalucía, sacando pecho de la gestión del tripartito formado con Vox en la comunidad, "eliminando duplicidades y chiringuitos".