ELCHE. Después del Mercado Central, Riegos El Progreso y la peatonalización del Centro, el último proyecto que se está atragantando a nivel urbanístico en la ciudad es el del auditorio provincial que la Diputación ha planteado financiar íntegramente. Después de años y años sin inversiones de envergadura de la administración en la ciudad, los disensos en las formaciones políticas, enmarañadas en inevitables tintes electorales, no dejan claro qué futuro se atisba para el proyecto. En cualquier caso, se trata de una gran obra —de las llamadas faraónicas hace una década— de la que se ha empezado a hablar de posibles ubicaciones y autorías, sin tratar en profundidad si es necesario, qué puede aportar o qué valor tiene como herramienta revitalizadora —para unos en el Centro, para otros en Carrús—.
Candalix, J'Hayton, no auditorio o ampliación del Centro de Congresos. Son algunas de las propuestas que se llevan escuchando varias semanas en Elche tras el anuncio del presidente de la Diputación de que financiará íntegramente —y su posterior mantenimiento, que no es cosa menor— el Auditorio Provincial ilicitano varios meses después de que Pablo Ruz lo anunciara como medida estrella de su programa, de la mano del dinero de la Diputación. Aunque lo suyo era Candalix, incluso con un diseño presentado. Sin embargo, tras el ofrecimiento en abstracto del presidente César Sánchez a la ciudad, han sido constantes las declaraciones cruzadas y no muchos los análisis profusos sobre lo que puede significar en un sitio o en otro.
¿Es un auditorio una infraestructura clave para revitalizar Carrús? ¿Y un centro sociocultural? ¿Cómo? Son algunas de las cuestiones que hay encima de la mesa, ahora con el auditorio, y antes sin él, tan sólo con el centro sociales de los Edusi, en cuyo pack hay unos cuantos para diversos barrios, cual panacea. Para el arquitecto Álex Cámara, este tipo de actuación "no es una obra de rehabilitación de barrio social", y señala que en cuanto a revitalización, incluso puede aportar más una propia plaza que un mero auditorio per se. "Aunque ganaría más en este sentido si se planteara abierto". No obstante, está claro que podría ensalzarse como obra arquitectónica emblemática de la ciudad "y podría aportar a una hipotética renovación urbanística junto a otros edificios", aunque opina que esta obra no debería ser una prioridad.
Es el tipo de obras que suelen instalarse en los centros, aunque el descentralizar los puntos neurálgicos o emblemáticos de la ciudad sin duda ayuda a no dejar abandonados barrios trabajadores situados en la periferia, como el caso de Carrús, una opción por la que se decanta el equipo de gobierno, máxime después del polémico informe sobre la renta —sobre ciudades de más de 200.000 habitantes en los que se agrupaba por código postal y no por barrio—. En cualquier caso, Cámara se muestra escéptico con este tipo de proyectos en la ciudad, poniendo de referencia el albergue juvenil de Altabix que sigue sin encontrar uso a pesar de haber costado 2,4 millones de euros. Además, apunta que un auditorio no suele ser tan operativo como otros grandes espacios escénicos.
Asimismo, hay que tener en cuenta, como comenta otro arquitecto —y colaborador de esta casa, precisamente analizando el impacto sobre el entorno—, Carlos Pastor, "si el proyecto no es bueno, puede pasar como el Adda y generar más externalidades negativas que positivas en el barrio". "En el caso del Adda, el mercado ambulante de Campoamor era más positivo para el pequeño comercio que el auditorio, por ejemplo". Entre esos impactos negativos, además de tener en cuenta que es un proyecto que nace bajo un lazo electoral —y con una financiación ajena al Ayuntamiento, que así se quita el peso y la responsabilidad de encima—, hay que tener en cuenta que construir este tipo de obras tienden a revalorizar económicamente el suelo y su entorno o mayor presión fiscal con riesgos de posible gentrificación para los vecinos de la zona. Los mismos riesgos, por cierto, de los que alertó el informe sobre la peatonalización de la Corredora.
No obstante, aunque esta última es una medida que se puede intentar frenar, para evitar estas externalidades negativas, apunta Pastor, y como es necesario para el barrio, "esto debería ir acompañado de una estrategia integradora, cómo reactivar todo el espacio público de Carrús y cómo el auditorio trabajará con el tejido amateur y profesional de la ciudad, la comarca o la provincia". De hecho, está claro que un único inmueble no va a revitalizar todo un barrio tan grande y extenso como Carrús, pero puede que sí esa zona, o al menos en parte.
Como indica otra fuente conocedora del desarrollo urbanístico y comercial, la revitalización será segura para el comercio, puesto que dará vida a los negocios de alrededor cuando haya actividades diversas. Aunque también comparte que tras años pidiendo inversiones de la Diputación, apenas hay consenso político y no se habla sesudamente. Además, hay cuestiones que subyacen más allá de esto y que van en relación con el propio uso del auditorio: ¿habrá demanda para utilizarlo? ¿Cuántos congresos hay en España que congreguen a 1.200 personas? ¿Habrá competencia con el Adda para atraerlos? ¿Qué actividad tendrá el auditorio cuando no tengan lugar estos grandes eventos? Preguntas que por suerte, corresponderán responder sobre todo a la Diputación, quitándole el muerto al Consistorio. En cualquier caso, desde el empresariado local, y es una idea que se mencionó en el aniversario de Cedelco, podrían tener lugar actos, foros o congresos de grandes marcas del Parque Empresarial.
Consultado el último arquitecto, José Antonio Pascual, de la Asociación de Arquitectos Ruskin Coffee, opina que Candalix no es lugar para el mencionado auditorio: "desde mi punto de vista, el solar de Candalix es el mejor sitio que queda, dejando el de la Hiladora, por pequeño y privado, para el gran Centro de Interpretación del Palmeral y recepción de visitantes". Entiende que con este inmueble se podría aprovechar el potencial turístico del Patrimonio de la Humanidad. Además, apunta que hay clara afección por el impacto paisajístico en altura, "no se puede tapar el palmeral construyendo un muro frente a él", por lo que cree que sería idóneo crear ese centro, más pequeño, que no molestase en la zona de amortiguamiento del Palmeral, en boga estos días por el anteproyecto de ley de protección.
También opina, como Pastor, que "el auditorio tiene mayor sentido en Carrús dentro de una gran operación urbanística de regeneración del mayor y más poblado barrio de la ciudad" —a lo que hay que añadir que también de los más densos de la provincia—. Desde su asociación no ven mal que se haga en J'Hayton y les parece bien que se haga en Carrús, aunque en opinión de Pascual hay algunas opciones de ubicación mejores: el barrio de La Puñalá y Cementerio Viejo, por su buena comunicación con autovía, Cortes Valencianas y Avda. de La Libertad y junto a la zona de servicios de los centros comerciales. Eso sí, habría que estudiar casos de expropiaciones y demás, lo que es más complicado.
Además, se trata de una zona que lleva décadas sin desarrollarse urbanísticamente. Otro sitio que ve interesante para el auditorio es el solar frente al Hospital General. En cualquier caso, advierte de que en J'Hayton hay problemas de movilidad que habría que mejorar si se levanta allí el edificio, y como han comentado el resto, per se no va a revitalizar nada, pero sí que generará impacto en actividades de alrededor. Así pues, estas son varias de las cuestiones a tener en cuenta en todo lo concerniente al auditorio, a los precedentes de grandes obras sin uso —o infrautilizadas—, al impacto que puede aportar, al hecho positivo de que se descentralicen estas actuaciones —o como dicen los detractores en este caso, duplicaciones—, o qué otras intervenciones son necesarias y que se han propuesto, como un nuevo conservatorio, en el propio J'Hayton, por ejemplo. Con todo, la cita electoral y la ceguera que puede producir un proyecto regalado, sin pensar en su futuro, juega malas pasadas. La hemeroteca lo demuestra.