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AP-ANÁLISIS

Más dudas que soluciones: el nuevo Mercado Central de Elche que el equipo de gobierno no quiere

24/06/2017 - 

ELCHE. Tras haber informado hace semanas, al recibir el informe de la Conselleria de Cultura sobre los restos arqueológicos del Mercado Central, que ya se había trasladado a los placeros el desalojo del mercado en diez días, algo que estos negaron en rotundo, ahora el Ayuntamiento sí ha enviado la orden de desalojo a los placeros. La decena de propietarios de negocios que resisten en sus puestos en el viejo mercado tienen un plazo de cinco días para la recepción de la notificación, y de diez para abandonar los puestos en los que llevan toda la vida. Una notificación que llega después de hayan visto la luz informes como el que plantea la viabilidad de la rehabilitación del mercado o el que plantea que este proyecto afectaría al Misteri d’Elx por el ruido del tráfico. Un viernes más, ambos portavoces, Antonio García por parte de Compromís y Patricia Maciá por parte de PSOE, hicieron declaraciones contrarias, defendiendo sus posturas con respecto al polémico proyecto. Más carne en el asador después de las respuestas de unos y otros a raíz de que el alcalde aseverara que el informe sobre el tráfico durante el Misteri estaba “escorado”.

Un asunto y un proceso que está haciendo saltas las costuras a los dos socios de gobierno. La propia edil Patricia Maciá afirmaba textualmente, con el hastío de la situación, que no les gusta el proyecto. Sin embargo, aseguró que quien tiene potestad de calificar la viabilidad del proyecto es Conselleria; “balones fuera”, según Compromís, que por parte de Antonio García aseguró que Conselleria, en base al valor de los restos, indica si es posible o no hacer el mercado, “no que haya que hacerlo”, matizó. Y que es el Consistorio quien ha de decidir si se ejecuta o no el proyecto.

La indemnización por rescindir el proyecto, un Expediente X

Así pues, la situación con la que se encuentra la ciudad es que ninguno de los dos principales socios de gobierno quiere el actual proyecto, pero este ‘regalo’ del gobierno de Mercedes Alonso ha caído como una bomba de relojería en la gestión del tripartito, siendo un tema que cada semana tiene un nuevo capítulo y en el que últimamente cada viernes, en cada rueda de prensa de la Junta de Gobierno Local, se muestran las diferencias con respecto a la gestión del asunto. Unos siguen apostando por la rehabilitación, Compromís, que se escudan en los informes que hay sobre la mesa aunque no explican qué pasos dar ni si habría que paralizar ya el proyecto —que según ellos es competencia municipal—, y otros han decidido huir hacia delante con lo puesto, es decir, seguir con el proyecto ante el miedo a la hipotética sanción que llegaría en el caso de rescindir el contrato. Sin embargo, salvo la cifra de 12 millones que dio APARCISA en 2015 sobre esa supuesta indemnización en caso de cancelar el proyecto, nadie sabe a ciencia cierta de cuánto se trataría. Una cifra que la mercantil pudo dar en su momento para meter presión sobre el proyecto y que ni tanto unos ni otros saben en cuánto valorar, ni parece que hayan intentado conocer hasta el momento, dando imagen de pusilanimidad.

Porque la sensación general es que no hay un plan a seguir para resolver el problema. Ni los primeros han preguntado en Urbanismo a cuánto podría ascender el montante, ni desde las filas socialistas han indicado de cuánta cantidad se trataría. Un paso que quizá se tendría que haber dado hace tiempo vía técnicos o vía asesoría externa e independiente para valorarlo, ya que probablemente hubiera ahorrado muchos quebraderos de cabeza. Tanto al equipo de gobierno, como a los placeros, a los vecinos, a los comerciantes y a la empresa, que de momento parece que es la única que va a salir ganando. Sea de una forma o de otra, se lo va a llevar calentito, bien sea por finalmente la concesión del proyecto y la gestión del parking —que es donde está el negocio— durante cuarenta años o por una indemnización que a día de hoy es un misterio sin resolver, un Expediente X. Todo el mundo habla de ella pero nadie sabe de cuánto dinero se trata.

En medio de todo este asunto, colectivos cívicos actuando y presionando para que no se realice el proyecto, placeros del mercado viejo —algunos hastiados e indiferentes y otros satisfechos— que tendrán que abandonar el edificio en julio y que se niegan a ir a la Plaza de Barcelona o de Madrid porque allí no les quieren; supondría más competencia. Tampoco es que vaya la cosa mucho mejor en el mercado provisional, allí ya han cerrado o se han ido al menos siete puestos porque no pueden aguantar los pagos. Por otra parte, están los comerciantes de la zona, que llevan tiempo quejándose por la baja de ventas de la crisis y según su criterio, por el cierre al tráfico de la Corredora. También esperan que haya una solución pronto porque piensan que un Mercado Central en condiciones, nuevo o rehabilitado, mejoraría sus ventas.

Un futuro incierto

Una polémica que se ha acentuado ahora que precisamente llega la financiación europea con la Estrategia DUSI para un urbanismo y una ciudad más sostenible. ¿Sería compatible un aparcamiento de varias plantas subterráneas en pleno centro de la ciudad con ese modelo de ciudad por el que se está trabajando? ¿Y con la apuesta de convertir a la ciudad en Elche Capital Verde Europea 2030? A pesar de que se puedan dar más importancia o menos a los informes realizados, no se pueden obviar. Vienen de la mano de técnicos expertos en sus materias o de ingenieros especialistas como el que hizo el informe sobre contaminación acústica. ¿Entra este proyecto dentro de la ciudad que el Ayuntamiento dice que quiere construir? ¿Qué va a pasar con la decena de placeros cuando sean desalojados en julio? ¿Cómo es posible que desde un principio no se sepa la indemnización por rescisión del contrato?

Demasiados interrogantes abiertos y muy pocas respuestas a un proyecto que viene como herencia o marrón, según se mire, por parte del anterior Consistorio, y que se ha gestionado con opacidad y muchas dudas en el aire. Entre tanto, una ciudad en vilo porque no sabe qué va a pasar y parece que nadie ha ofrecido un plan viable para solucionar el entuerto, más allá de palabras y balones fuera. De momento, aunque la voluntad de todos es que se solucione ya, esta huida hacia delante con los trámites en macha va para largo en un asunto que se ha convertido en un auténtico culebrón.

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