ELCHE. Este jueves PLD Space ha ofrecido una comparecencia en Madrid para dar a conocer los análisis preliminares del lanzamiento del 'Miura 1' que logró llegar a zona suborbital. Además de las cifras, la compañía ilicitana ha sorprendido asegurando que el 'Miura 5', el cohete que sí será orbital, tres veces más grandes que su hermano pequeño y encargado de poner en órbita satélites, "está más avanzado de lo que se piensa", explicaba el CEO y cofundador Raúl Torres. Aunque hace unos días decían que esperaban empezar las pruebas del vehículo en 2024, han adelantado, entre otras cuestiones, que empezarán a finales de este año.
Precisamente, Torres, director de Lanzamiento, apuntaba en su exposición que han obtenido "más de mil puntos" de información tras el lanzamiento del Miura 1 y que extrapolar al Miura 5. "Ahora hemos aprendido a lanzar un cohete". Prevé que a final de 2023 empezarán pruebas de turbomaquinaria, motores, aviónica o estructuras. "Lo tenemos mucho más avanzado de lo que se sabe", y destaca que ya está fabricada la cofia, secciones de la estructura, parte de la aviónica, los motores en proceso de fabricación...
Todo con vistas a que Miura 5 ya pueda ser 'enseñable' en 2025 y que en el primer cuarto de 2026 se pueda realizar un primer lanzamiento. Ahora que ya han pasado la prueba de fuego con el prototipo, se ponen en marcha con su particular hora de la verdad, confirmar que el proyecto puede ser pura realidad, poniendo en órbita satélites de 500 kilos o una tonelada. Como han venido diciendo estas semanas, y ahora con más razón, "lo difícil siempre está por venir", que decía el cofundador y director de Desarrollo de Negocio, Raúl Verdú. El motor del Miura 5 tendrá un motor de segunda etapa parecido al Miura 1, pero en cuanto a tamaño y empuje el doble de potente. Y la primera etapa será mucho más grande que el prototipo. "Es diez veces más potente", explicaba Torres. Una complejidad mayor, pero de la que gracias al lanzamiento ya están en condiciones de validar la parte térmica, la combustión o la aceleración axial.
Asimismo, el desarrollo del Miura 5 lleva aparejada la necesaria ampliación de instalaciones, que suman ya 150.000 metros cuadrados. En Elche ya tienen dos naves alquiladas aparte de su sede central en el Parque Empresarial, en el que están ensamblando el nuevo cohete. Sin embargo, Torres ha hablado explícitamente de que Elche tendrá una nueva instalación, 'Elche II', que cabe pensar será la futura fábrica en el entorno de IFA - Fira Alacant de unos 50.000 metros cuadrados. De ese 'Elche II', el CEO ha apuntado que "va a estar centrado en la fabricación de las piezas de propulsión para fabricar motores para el cohete de dos etapas". Aunque ya están probando con la separación de etapas, añadía. Paralelamente, en Teruel van a abrir siete nuevos bancos de ensayo en su zona concesionada para probar los motores de primera y segunda etapa así como turbobombas.
Sobre estas instalaciones en Elche, Huelva y Teruel, decía el presidente ejecutivo Ezequiel Sánchez que "estamos orgullosos de lo que somos, PLD Space es una empresa de provincias y desde ahí podemos competir con el mundo". Asegura que la clave ha sido cómo abordan los problemas. Durante esos doce años la parte financiera ha sido la que les ha tenido más contra las cuerdas. "Es más complicado financiar la tecnología que desarrollarla", explica Sánchez, que indica que una vez superadas las "altas barreras de entrada", han mostrado que el proyecto tiene un impacto económico sostenido en el largo plazo. "Queremos ser la empresa tecnológica de referencia espacial europea. Ya hemos accedido al espacio y las probabilidades de éxito de estos proyectos es del 45%". Otros competidores tienen costes más altos y han tardado más. En Europa son dos, sobre todo en Alemania, pero PLD se ha adelantado llegando ya al espacio. Dice orgulloso Sánchez que un lanzamiento de Space X cuesta 5.000 millones de euros. "Nosotros con 65 ya tenemos tecnología aplicable del lanzador, un posicionamiento y un equipazo".
Por otra parte, respecto a los 320 millones de euros de posibles lanzamientos, se enviaron a clientes potenciales que han mostrado su interés, y que con ellos, "tendríamos entre diez y una docena de lanzamientos cerrados", subraya Verdú, que añade que tras el hito del Miura 1, ahora gozan de una credibilidad "muy buena", y el año que viene esperan cerrar los primeros acuerdos vinculantes para 2025 y 2026. "Hemos validado nuestro modelo financiero, ya sabemos qué cuesta cada lanzamiento y hay mucha demanda de servicios de lanzamiento, operadores y fabricantes de satélites. Y en Europa hay escasez". En definitiva, todo un mercado con gran potencial.
Verdú ha presentado hasta una quincena de sectores a los que pertenecen las compañías interesadas y el valor de las ofertas susceptibles de cerrar. Por valor de 61,38 millones de euros están las relacionadas con observación del planeta, por 59,37 millones el sector de telecomunicaciones, por 36 millones logística espacial y servicio de transportes, 38 millones 'desconocidos' (contratos confidenciales, se presupone que podrían tener que ver con la seguridad o el ámbito militar), 25 millones de demostradores de tecnología, 9,4 de navegadores de internet... Son solo algunos ejemplos.
Con todo, como comentaban este viernes, hace cuatro años eran un proyecto de I+D, en cuatro años serán una compañía con operaciones escalables "con una cuenta de resultados predecible, sostenible y rentable, ahora estamos en la mitad de ese trayecto". Ya han identificado la demanda para dar una oferta, mostrando fiabilidad, y ahora ofrecen plazos y costes distintos. Los costes son esos tickets accionariales que ya contó este diario, de los 500.000 euros para invertir en acciones de la empresa, el siguiente paso serían 5 millones de euros.
Por último, y respecto a los datos del lanzamiento del Miura 1, aún quedan datos por recabar, pero los principales ya se conocen. Torres destacaba que "nos hemos convertido en la primera empresa privada de Europa en lanzar un cohete, la primera española que logra un objetivo que posicione al país con una nueva capacidad, la primera de Europa en desarrollar y lanzar un motor combustible líquido alimentado por queroseno y oxígeno líquido (KeroLOX), el primer lanzamiento espacial desde Europa continental y el primer lanzamiento espacial de las startups tecnológicas espaciales europeas".
Aunque inicialmente el apogeo (altura máxima) estaba previsto a 80 kilómetros, finalmente se optó por un vuelo a menos altura (alcanzó 46) y por una trayectoria más larga en sentido horizontal por razones de seguridad, para que cayera en el Atlántico si había algún problema, y teniendo en cuenta los problemas que podía ocasionar el viento en altura, pero destacaba que el cohete impactó con el mar en el punto previsto. Varios barcos, con apoyo de las Fuerzas Armadas, trataron de localizar el cohete en el Atlántico durante ocho horas, pero no se encontró ningún resto ni materiales flotantes —indicativo de que no explotó—, por lo que concluyen que el cohete impactó de una pieza y de forma lateral con el agua y eso provocó que uno de los tanques principales se llenara de agua y finalmente se hundiera. Recuperarlo era un objetivo secundario.
En cuanto a la reentrada, la fase supersónica ocurrió de forma exitosa y con resultados de control y estabilidad aerodinámica mejores de lo previsto, destacando el comportamiento de aerofrenos empleados para frenar y estabilizar el vehículo. La fase subsónica del vuelo también fue estable. La eyección del paracaídas de frenado se realizó correctamente y se abrió según lo previsto. Y el motor se comportó mejor de lo previsto, así como la velocidad alcanzada (720 metros por segundo; 2.600 km/h). "Todas las operaciones de lanzamiento se llevaron a cabo según lo previsto y sin ningún contratiempo", explica Torres, que destacaba que sus cálculos y modelos prácticamente dieron en el clavo en cuanto a la trayectoria, velocidad, etc. Consideran un acierto apostar por una "mayor integración vertical de todas las tecnologías". Una de ellas es la capacidad del desarrollo de motores, que por ahora no van a introducir en el mercado.
Para la ocasión, el Miura 1 eyectó en su primer vuelo demostrativo, fotos del equipo y de sus familiares, varios parches con la bandera de España y hasta un queso —el Ahuyentalobos, en honor a lo que ha pasado la compañía—. Lanzar el cohete ha costado 29,7 millones de euros. "Un coste muy eficiente, es bueno para accionistas pero sobre todo para el Miura 5", manifiesta el presidente Ejecutivo. Para el día dem marras contaron con 70 personas en el equipo de lanzamiento y 22 en el centro de control. Actualmente, la plantilla cuenta con 150 personas de 12 países.