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de urbanismo sostenible, grupo tras casa siglo xxi o elche seniors

Los propietarios de Almacenes Parreño de Elche rechazan una propuesta de compra para rehabilitar el edificio

12/05/2021 - 

ELCHE. La última polémica a cuenta del patrimonio cultural de la ciudad, o al menos actual, es la del emblemático edificio Almacenes Parreño, en la calle Salvador, la primera juguetería de la ciudad. Hace unas semanas el bipartito anunciaba que ha otorgado la licencia de demolición que ha solicitado la propiedad, dado que el inmueble no está protegido por el catálogo de protecciones de Plan General. Sin embargo, estos días también ha habido otras alternativas encima de la mesa. La propiedad ha rechazado una oferta o sondeo por parte del grupo Urbanismo Sostenible, que quería comprar el inmueble para rehabilitarlo

Según ha podido saber este medio, el mencionado grupo, que participa al 50% en la promotora Casa Siglo XXI y tiene presencia en otros sectores, como el centro de mayores Elche Seniors o Vitalgrana, sondeó la opción con la familia Brufal, propietaria del edificio, para adquirirlo. Desde el grupo, su dueño Manuel Esclapez apunta que "es un edificio con valor patrimonial y cultural que merece la pena conservar". Su idea era comprar el inmueble para mantener la fachada, que es donde sobre todo residen sus elementos de valor —los mismos que tienen otras viviendas que están en el catálogo de protecciones—. E incluso aseveran que tenían un inquilino apalabrado dispuesto a instalarse allí. Aunque no han desvelado quiénes son, sí que se trata de una pequeña cadena de restauración murciana. 

Sin embargo, la propiedad del edificio quiere vender en un mismo pack tanto el inmueble como el solar de detrás, por un precio de unos 600.000 euros, una cifra hasta la que no quieren llegar desde el grupo, que les han ofrecido una cantidad inferior, aunque señalan que "razonable", ya que entienden que el precio actual no es realista y que es complicado sacar rentabilidad de este inmueble para construir vivienda allí tanto por la ubicación, como por el tipo que se está construyendo hoy, así como por las medidas técnicas —además de las calles estrechas, habrá que realizar catas arqueológicas antes de poder edificar—. Si bien desde Urbanismo Sostenible pretendían rehabilitar y mantener la planta baja más dos alturas, la propiedad pretende agotar la edificabilidad, que es planta baja y tres alturas.  

Propuestas para impulsar la redacción del nuevo catálogo o comprar el edificio

Como contó este medio, a priori la propiedad tendría un comprador interesado que quiere suelo para poder construir, aunque no ha trascendido el qué, si un bloque de viviendas —que no podrían ser muchas por la poca edificabilidad—, o restauración, oficinas o lo que fuere. En cualquier caso, la familia opta por la venta de sendos bienes, el inmueble y el solar. Aunque normalmente las licencias de demolición se otorgan ligadas al proyecto básico de construcción, desde el equipo de gobierno indican que solo se ha dado la licencia para derruir, ya que algunos resquicios del Plan General podrían dejar una puerta abierta a concederla sin el mencionado proyecto si el edificio se declara en ruina, que es el caso. Es algo que en cualquier caso ha enfrentado en el seno del bipartito: Compromís apuesta por la compra del inmueble con el remanente de este año (12 millones) para evitar el derribo y destinarlo a instalaciones municipales. Pero los socialistas, con la mayoría, defienden que una vez se ha solicitado la licencia, no pueden más que otorgarla.

En cualquier caso, el pasado año colectivos como l'Institut d'Estudis Comarcals del Baix Vinalopó (IECVB) pidieron la protección del edificio tras conocerse la solicitud de la licencia de demolición por parte de la propiedad. Ahora también se han sumado a la propuesta de Compromís e instan al Ayuntamiento a que adquiera el inmueble, además de exigir que se explicite el trámite de la actuación con las licencias para ver cómo se ha gestionado el asunto y por qué no existe ese proyecto básico de construcción. El PP por su parte ha pedido que se impulse la redacción del nuevo catálogo, aún pendiente de licitar tras anunciarlo el año pasado. Cabe resaltar que a pesar de Parreño, el edificio tiene otros rasgo cultural menos conocido: allí nació la escritora Elisa Vicenta Brufal Juliá, finalista del Premio Planeta en 1957 con su novela Siete Puertas. También obtuvo antes otras distinciones.

Sea como fuere, mientra tanto, la conselleria de Cultura tan solo ha indicado que si el Consistorio no va a pedir el proyecto de nueva planta, que acepte medidas de ornato—propuestas por los propietarios y aceptadas por Urbanismo—, es decir, que no se puede derribar la planta baja porque al no existir proyecto de edificación, no se puede dejar un solar vacío sine die. Las licencias están sujetas precisamente a un periodo temporal de construcción para evitar que tras el derribo quede un solar paralizado indefinidamente. Por tanto es una demolición parcial.

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