ALICANTE. La batalla política desatada en el Ayuntamiento de Alicante entre el equipo de Gobierno (PP y Cs) y los grupos de la oposición ha dado pie a que las seis formaciones con representación en la corporación (PP, PSOE, Cs, Unides Podem, Compromís y Vox) hayan recurrido a la figura de la reprobación política de forma recurrente con el propósito de recriminar la actitud impropia de varios representantes públicos. Desde el inicio del actual mandato, hace año y medio, se ha debatido hasta cinco propuestas distintas que se han saldado con diferente resultado en función de los distintos equilibrios de mayorías alcanzados en cada caso. Una circunstancia que, según admiten ya algunos concejales, ha terminado por desvirtuar la funcionalidad y la efectividad de esa fórmula.
La sucesión de propuestas se inició en abril, cuando se debatió y quedó aprobada la reprobación de la vicealcaldesa y edil de Turismo, Mari Carmen Sánchez (Cs), después de que publicase un vídeo en su cuenta personal en una red social en la que aseguraba que sentirse "aburrida" durante el periodo de confinamiento. La iniciativa, en ese caso, partió del grupo municipal socialista, que sumó los votos del resto de la izquierda y los de Vox.
En segundo término, en el pleno de julio se debatió y quedó rechazada la propuesta de reprobación de la edil de Acción Social, Julia Llopis (PP), promovida por Compromís, a cuenta de su supuesta ineficacia en la gestión de la emergencia social que se registró durante el periodo de confinamiento. En esa ocasión, el bloque del centro-derecha (PP, Cs y Vox) sumaron sus votos para defender la actuación de Llopis, a quien el alcalde, Luis Barcala, dedicó una extensa intervención de reconocimiento que no había dirigido en favor de Sánchez tres meses antes.
Sin embargo, en ese mismo pleno, sí quedó aprobada la reprobación de la vicepresidenta del Consell y consellera de Inclusión Social, Mónica Oltra, a propuesta de PP y Cs, por la presunta falta de atención a las necesidades sociales de la ciudadanía de Alicante durante la crisis sanitaria. En esa votación, los dos socios de gobierno también contaron con el respaldo de Vox.
En septiembre le llegó el turno al edil de Compromís, Rafa Mas, por un comentario colgado en redes sociales: un fotomontaje en el que se veía a un conjunto de vírgenes a bordo de un autobús, acompañada de un texto alusivo al concurso convocado por el equipo de Gobierno para instalar el belén gigante más grande del mundo en la próxima campaña de Navidad. En ese texto se podía leer: "Ya llegan los refuerzos para el Ayuntamiento. Se han dado cuenta de que un belén gigante no es suficiente". Vox consideró que ese comentario, retirado por Mas poco después, resultaba ofensivo para los ciudadanos que profesasen la fe católica por lo que también promovió su reprobación. Y también encontró respaldo de PP y Cs.
El cuarto reprobado fue, precisamente, el portavoz de Vox, Mario Ortolá, en el pleno de octubre, después de que descalificase al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a través de un comentario colgado en su cuenta de Facebook. En ese caso, la propuesta promovida por el PSOE sumó 27 votos: todos salvo las de los dos ediles de Vox.
En esa dinámica, era cuestión de tiempo que se plantease una sexta iniciativa. Y en este caso con el foco puesto en el propio alcalde, Luis Barcala (PP), a cuenta de la controversia desatada por la difusión de una información falsa relacionada con la supuesta orden de cierre de la hostelería que, según insinuó la edil de Hacienda, Comercio y Hostelería, Lidia López (PP), en un encuentro con representantes de las asociaciones del sector iba a acordarse por parte de la Generalitat de manera inminente. Como ya ha informado este diario, el gabinete de prensa municipal remitió un comunicado oficial desmintiendo esa información y negando que hubiese partido del Ayuntamiento. Hasta el propio Barcala negó a los portavoces municipales que ningún responsable del equipo de Gobierno hubiese difundido esa información. Sin embargo, López acabó asumiendo su error y pidió disculpas, ante el malestar generado entre los portavoces de las asociaciones de la hostelería por su desvinculación inicial.
La propuesta de reprobación contra el primer edil se debatirá este jueves en el pleno, a instancias de la propuesta formulada por PSOE y Unides Podem. En principio, debe quedar aprobada. Es lo que sucederá si los dos ediles de Vox mantienen el apoyo que anunciaron este lunes a través de un comunicado en el que incidieron en que todavía estaban esperando a que el primer edil ofreciese explicaciones.
En el caso de que la propuesta prospere, Barcala seguirá los pasos de su predecesor, el socialista Gabriel Echávarri, durante el pasado mandato y se convertirá en el segundo alcalde reprobado de la ciudad durante el ejercicio de sus funciones (con la salvedad de que Echávarri fue reprobado por partida doble en dos plenos consecutivos, al verse involucrado en dos procesos judiciales distintos). Y antes incluso de que se conozca el desenlace definitivo de la votación, ya ha provocado que los dos grupos proponentes muevan ficha para tratar de desestabilizar al equipo de Gobierno.
Por un lado, el portavoz municipal de Unides Podem, Xavier López, llegó a anunciar este martes, tras una comparecencia relacionada con la concesión del faro del Cabo de las Huertas, que su grupo registraría una iniciativa para que el pleno ratifique o no su confianza en el alcalde (aunque inicialmente llegó a plantear la posibilidad de que su grupo registrase una cuestión de confianza, cuando se trata de una potestad a la que solo puede recurrir el propio alcalde). Según explicó López, un alcalde reprobado "no estaría capacitado para seguir en el poder, por lo que consideró que Barcala se sometiese a la consideración del pleno de la corporación". "Su soledad se hace cada día más patente si se confirma que la ultraderecha ya no es capaz de sacarle las castañas del fuego", insistió.
Y por otro, el portavoz municipal del PSOE, Paco Sanguino, se dirigió expresamente al grupo municipal de Cs emplazando a sus representantes a reconsiderar la continuidad de su alianza con Barcala. "No nos sorprende la decisión de Vox, es una decisión de ciudad", explicó. "Sin embargo, sí nos sorprende la actitud de Cs; si se aprueba la reprobación del alcalde, se compromete a sus socios puesto que son los primeros damnificados en gobernar con un alcalde reprobado", apuntó. "Nos gustaría saber qué piensa Cs y cuál es su estrategia de futuro con tener un socio de gobierno reprobado", insistió. No obstante, en su discurso no hizo alusión a que su propia líder, la vicealcaldesa Mari Carmen Sánchez, ya había sido reprobada, como se ha dicho, precisamente, a iniciativa del PSOE.
Por su parte, el portavoz del equipo de Gobierno, Antonio Manresa (Cs), volvió a pronunciarse públicamente respecto a la propuesta de reprobación para asegurar que PP y Cs no entraría "en polémicas". "Nosotros estamos trabajando en lo importante, que es el futuro de los alicantinos", insistió.