ELCHE. Prácticamente cualquier obra que se realice en el centro de la ciudad requiere un seguimiento arqueológico, porque el grueso del perímetro es considerado Núcleo Histórico Tradicional (NHT); zona candente a nivel de restos arqueológicos, y que está dentro de las Áreas de Vigilancia Arqueológica (AVA). De hecho de haber concedido una licencia de demolición sin haber antes realizado esas catas es de donde vino el problema, entre otros, de Nuevos Riegos El Progreso. Ahora, el equipo de gobierno busca una compañía para hacer seguimiento arqueológico de las obras en vía pública del Ayuntamiento, así como otras actuaciones.
Ahora, todos aquellos trabajos de adecuación y embellecimiento que se realicen en el espacio público y viario del NHT y que afecten al subsuelo deben estar supeditadas a la ejecución de una actuación arqueológica que valore la afección al patrimonio arqueológico. Cuestión que entra dentro de las remociones del casco histórico y por tanto responsabilidad del arqueólogo municipal. No obstante, se va a externalizar un servicio específico para este tipo de obras durante un año y por valor de unos 40.000 euro, siendo el arqueólogo del Ayuntamiento el responsable del contrato, que deberá supervisar el mismo.
Se trata de un contrato para el seguimiento de obras municipales de adecuación, modernización y embellecimiento del paisaje urbano céntrico sujeto a cautelas arqueológicas mediante la repavimentación de vías públicas, creación de plataformas únicas, la plantación de arbolado, realización de acometidas para su riego, así como del soterramiento de vías aéreas.
Actuaciones en suelo urbano con la calificación de espacios libres y viario que quedan integrados en el Conjunto Histórico y en el recinto Histórico Artístico (dentro del NHT), inscritos a su vez dentro del Área de Vigilancia Arqueológica (AVA) Recinto Histórico. De igual forma se incorporarán aquellos espacios incluidos en el Área de Vigilancia Arqueológica Raval-Salvador. Las dos AVA se aprobaron durante el pasado mandato y están incluidas en el catálogo de protecciones: cualquier actuación desde el centro hasta el Salvador conlleva supervisión arqueológica.
La compañía adjudicataria deberá estar en permanente contacto con el arqueólogo, cumpliendo con aspectos como el aviso a este en un máximo de 24 horas de posibles hallazgos, así como una serie de medidas, como la conservación o consolidación de restos, elaboración de informes y documentación... Todos los estudios y documentos elaborados por el contratista como consecuencia del seguimiento serán propiedad del Ayuntamiento, renunciando la adjudicataria a sus derechos sobre los mismos y sin poder difundirlo salvo permiso del Consistorio. Por último, la licitación prima la experiencia del trabajo con la administración pública de las concurrentes sobre la oferta económica.
Un seguimiento arqueológico, en definitiva, que suele tener 'premio' en cotas muy superficiales en el caso de Elche en cualquier zona del casco histórico. Sobran casos recientes como los restos hallados en el Mahe que han paralizado las obras o una promoción privada de la que el arqueólogo advirtió de posible infracción por no seguir el debido seguimiento arqueológico, en este caso, incluso interviniendo la conselleria, que descartó tal extremo.