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la demolición empezará este mismo junio

El Hotel de Arenales del Sol será derribado este verano: fin a un esqueleto de 40 años

23/06/2021 - 

ELCHE. Uno de los principales líos jurídicos desde hace años, y uno de los problemas urbanísticos históricos, desde hace cuatro décadas, llega a su fin. El Hotel de Arenales del Sol empezará su demolición en lo que queda de junio, según anunciaba este martes el alcalde Carlos González. Ambas partes —Consistorio y propiedad— habían venido manteniendo varias reuniones para acercar posturas en las últimas fechas, y finalmente, aunque la Dirección General de Costas ya había avisado que si la propiedad, no derrumbaba el inmueble, lo haría ella subsidiariamente, Princesol ha dado el paso. 

Derribo inminente porque el suelo es de Costas

Como era conocido, la demolición podía empezar de forma inminente porque el suelo en el que se ubica, a pesar de ser no urbanizable y de que hay una ordenanza municipal para evitar estas actuaciones en plena temporada turística veraniega, está dentro del dominio público marítimo-terrestre. Lo que significa que la competencia es del Ministerio de Transición Ecológica, a quien pidió permiso y trasladó la intención de demoler de forma inminente. En el debate del estado de la ciudad, el primer edil anunció que la propiedad ya había contratado a la empresa para el derrumbe. En este caso, Demoliciones, Innovaciones y Reciclaje SL.

Supondrá una actuación relativamente larga, ya que es un inmueble de grandes dimensiones, y sobre todo, tiene amianto, tema sensible al ser potencialmente cancerígeno y que solo puede ser retirado por empresas profesionales. Ahora mismo, la firma contratada por Princesol ya ha instalado varios carteles de seguridad en el perímetro del hotel, se está trabajando en el Plan de Prevención de Riesgos Laborales y tramitando el permiso de la dirección territorial del ministerio. Con estos pasos, se prevé que antes de finalizar el presente mes de junio empiecen dichas tareas. A final de esta semana se instalarán las casetas de obra y consta que se están culminando los permisos para el agua potable, electricidad, etc., cuestiones afectadas por la actuación. 

Más de un lustro de litigios y expedientes judiciales

Así pues, con este paso, empieza el final de este enquistamiento. Al menos de la estricta parte física; del hotel. Por otro lado está la vía judicial, que ya tiene el recorrido agotado en las distintas instancias, tanto del Tribunal Superior de Justicia autonómico (TSJ) como del Tribunal Supremo (TS), que dieron la razón al ministerio en cuanto a la suspensión de las obras al considerar ilegales las obras de ampliación del hotel —para lo que no había permiso—, pero queda la incógnita de si la concesión de la actuación está o no caducada —y si sería susceptible de posible indemnización, a pesar de los avales de los tribunales—. Podría ser un resquicio. En cualquier caso, la empresa lleva tiempo hastiada por la situación, ya que considera que no actuó mal. En retrospectiva, en 2015 la compañía obtuvo la concesión del hotel para reformarlo con previsión de inauguración en 2017. Sin embargo, tras una denuncia por la cual se aseguró que el concesionario había aprovechado para ampliar una parte del volumen del hotel, cosa que se justificó porque era necesario por el estado del esqueleto, empezó todo el laberinto judicial.

Desde finales de 2019 y entrado 2020 con el revés para la concesión de los altos tribunales, la demolición era tan solo de la parte que se había ampliado sin el permiso procedente. Tras las constantes peticiones del Ayuntamiento para que lo demoliese, finalmente en verano del año pasado Costas ordenó el derribo en un mes bajo amenaza de ejecutar subsidiariamente. Aunque al no acatar, ha tardado un año en llegar finalmente la intervención, que ahora sí, se demolerá en pleno verano. Eso sí, a priori un mal menor después de todo el quebradero de cabeza y el laberinto judicial en el que se ha convertido un hueso urbanístico que, ahora así, llega a su final. 

Plan a corto plazo: restitución de la playa

Por el momento es pronto para hablar del futuro, aunque desde el equipo de gobierno señalan que lo primero es la restitución de la vieja normalidad, es decir, la recuperación de ese terreno para la playa, junto a la Avenida de San Bartolomé de Tirajana. El alcalde no acaba de confirmar si habrá o no futuras iniciativas en esta zona, deja entrever que sí, pero aún es pronto. Recientemente se ha aprobado la subasta de una de las pocas parcelas libres para impulsar los servicios en la pedanía ilicitana más turística por excelencia, pero sigue sin tener una oferta hotelera; la mayoría de los pisos son segundas residencias. Serán próximos capítulos. De momento, en unos meses, el hotel inaugurado en 1963 y cerrado en 1979 por falta de financiación, será oficialmente historia.

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