ELCHE. Uno de los culebrones urbanísticos que llevan años enquistados en la ciudad parece estar en su última fase, al menos en una de las partes decisivas. La vetusta estructura del Hotel de Arenales será derribada, si puede ser, a corto plazo, por la concesionaria del hotel, Princesol, que tendría que haberlo puesto en servicio en 2017. Aunque el Ayuntamiento tiene una ordenanza que supone la no demolición de obras en costas en época estival, no se trata de suelo urbano, sino de dominio marítimo-terrestre, competencia del Ministerio de Transición Ecológica.
En este sentido, el equipo de gobierno ha mantenido reuniones recientes con la Dirección General de Costas y el servicio territorial, así como con la propiedad, Princesol. Todas ellas encaminadas a instar a Costas a la ejecución subsidiaria tal y como dictaron las sentencias judiciales del pasado año, si la empresa decidía no ejecutar tras el fallo. También desde el bipartito se pedía a la firma concreción acerca de sus pretensiones. El alcalde Carlos González señala que recientemente el servicio territorial de Costas comunicó a la propiedad la intención de actuar subsidiariamente en caso de que no se llevara a cabo la demolición de inmediato. El año pasado incidió sobre la cuestión.
Asimismo, el regidor asevera que el caso está en la recta final tras los constantes problemas a los vecinos y los turistas como consecuencia de la existencia de este esqueleto y los problemas derivados de seguridad y salubridad. Según el diario Información la compañía va a demoler. Este medio ha confirmado que la misma está buscando empresas que se encarguen de derruir el mismo, cosa que tendrá su complejidad porque es un inmueble de hace décadas y tiene amianto, material cancerígeno que solo puede ser retirado por compañías expertas en este ámbito.
Por otra parte, según fuentes consultadas, la intención es que el derribo sea cuanto antes. Y en este caso hay que tener en cuenta las posibles variables, que tienen que ver también con la propiedad del suelo sobre el que se levantó el complejo. La ordenanza mencionada sobre la no demolición en época estival, está afecta a suelo urbano, pero el hotel está dentro del dominio público marítimo-terrestre, por lo que la interpretación que hacen los servicios técnicos municipales es que la ordenanza no tiene competencia sobre este suelo, por lo que al escapar de la normativa municipal, el permiso tendrá que pasar por Costas. Si da el visto bueno y la empresa —hastiada por el proceso por intentar sacar el proyecto adelante y los constantes enfrentamientos con el Ayuntamiento— encuentra compañías que le encajen, podría empezar a corto plazo. No obstante, desde el equipo de gobierno están a la espera de la solicitud de licencia de demolición —pedida en su momento aunque a priori estaría caducada—, por lo que no especulan sobre los plazos hasta que esta se pida. En el supuesto de que la operación pudiera tener lugar en verano, qué decide el bipartito sobre la licencia.