ELCHE. La rescisión del contrato del Mercado Central es cuestión de días. O mejor dicho, el inicio del expediente, porque después de aprobar la rescisión, vendrá un posible —y cabe pensar más que previsible— proceso de recursos que acabe en los juzgados. Hace unos días el equipo de gobierno anunció que este mes de septiembre era clave para este asunto, y su idea es llevar el expediente a la Junta de Gobierno de este viernes. Intentaron llevarlo el pasado viernes pero no logró entrar en el orden del día. Su intención es que se apruebe ya, sea en el orden del día o fuera del mismo. En el caso de que no fuera posible, lo dejarán para el viernes de la semana siguiente, el último del mes.
Con la aprobación del inicio del expediente, a priori a final de esta semana, dado que ya está hecho el informe del Secretario y apenas queda algún fleco, el próximo paso es notificar a la empresa adjudicataria del proyecto, la gallega Aparcisa, de la decisión tomada por el equipo de gobierno. Después del armado de toda la documentación, a nivel jurídico y técnico, que ha llevado prácticamente un año desde el ultimátum que se dio a la compañía para intentar llegar a un acuerdo, aún quedarán los recursos y otras vías jurídicas o judiciales que Aparcisa quiera abrir. No serían las primeras, ya que ha sido un constante toma y daca entre la administración y la empresa durante estos años a cuenta de cuestiones que van desde las excavaciones arqueológicas hasta pequeños permisos de Aigües d'Elx para tocar alcantarillado.
Después de un año en el que la mercantil ha seguido incidiendo en que la decisión de rescindir es política, y que no tiene ninguna intención salvo la de cumplir el contrato legal, es cuestión de tiempo que llegue algo hasta ahora insólito en la historia reciente del Ayuntamiento ilicitano: la rescisión unilateral de un contrato como este. Una decisión que parecía vacilante pero que finalmente se hará efectiva en lo que respecta al Ayuntamiento. Después quedará el recorrido judicial que pueda tener. Por lo pronto, después de notificar a Aparcisa el inicio del expediente, el bipartito se reunirá con los placeros, parte importante en este laberinto, ya que son quienes condicionan que la mercantil gallega no pueda olvidarse del proyecto si se le resarce económicamente: tiene un acuerdo de concesión por sus puestos (con el grueso de la plaza pagada) con los antiguos inquilinos del viejo inmueble.
Para cubrirse las espaldas, el bipartito encargó a Cuatrecasas un informe jurídico que le permitiera conocer el recorrido y las posibles consecuencias de la rescisión, a día de hoy inciertas tanto para los detractores del proyecto como para quienes están a favor de romper la relación contractual. En cualquier caso, el informe no da ningún argumento nuevo de los conocidos durante este tiempo, pero sí arropa jurídicamente la decisión. Aunque el riesgo de que la situación se empantane más es cierto, y quizá ya está asumido, dado que piensan en el equipo de gobierno que realizar actuaciones en la Plaza de las Flores no es excluyente de una hipotética vía jurídica.
En ese sentido, el equipo de gobierno ya está pensando en los próximos pasos, que es el anunciado concurso de ideas para ver qué hacer con el viejo inmueble —con amianto en su tejado—, algo sobre lo que no tienen una idea cerrada, de ahí el concurso, al que también hay que darle forma —¿Abierto a todos? ¿Dirigido a profesionales? ¿Con qué criterios?)—. Eso sí, fuentes municipales indican que la idea es poner a disposición del centro el espacio, "que sea un elemento de dinamización del centro de la ciudad, vinculado al sector servicios". Eso puede significar que se derruya el inmueble o mantenerlo y rehabilitarlo —desde 2016 hay un boceto del arquitecto municipal—, "por ahora no va a quedar tan restringido", señalan.
Las posibilidades que se han comentado a vuelapluma son las de algo gastronómico, o vinculado al sector servicios, pero las puertas que se abren son múltiples, también algo cultural y vinculado a los Baños Árabes puestos en valor. Estos tienen que ser ratificados como Bien de Interés Cultural (BIC) para que estén protegidos efectivamente, junto a los refugios de la Guerra Civil, algo que se anunció se va a hacer. Aún queda una pequeña parte de los baños por descubrir con catas y eso sí, sigue creciendo la planta invasora que crece en las grietas de este tipo de edificaciones y las deteriora poníendolas en peligro.
Lo que todo apunta en cualquier caso es a que no será otro Mercado Central, dado que la ya anunciada idea de consolidar en zona verde el mercado provisional —decisión que PSOE y Compromís denunciaron— sigue vigente. Así como la de ofrecer a los placeros el uso del aparcamiento de Josep María Buck. Así que aún quedan bastantes incógnitas sobre este proyecto, que se adjudicó nada más y nada menos que hace seis años, en 2014. Y todo indica que aún traerá cola.