ELCHE. En pleno shock tras el derribo repentino de la Banca Peral por su estado de deterioro, un inmuebel con protección estructural y del que se podría acabar levantando un 'falso histórico', sin ser el primero de la ciudad, el asunto patrimonial vuelve a la primera planta. Esta semana de hecho el alcalde hacía referencia al nuevo catálogo de protecciones, del que se quiere que establezca nuevas herramientas para evitar llegar a estos extremos. Pero, ¿cómo está la elaboración de ese nuevo catálogo? Por ahora, en fase inicial, con la acumulación de documentación, y del que se espera enviar un primer borrador de bienes tangibles a proteger antes de verano.

La adjudicataria del nuevo documento, el despacho ilicitano ARN Arquitectos, está llamada a elaborar un catálogo que no solo profundice y renueve el actual, ya desfasado, de 1998, sino que aporte una mirada holística sobre el patrimonio (industrial, militar, hidráulico o religioso). El actual no integra, por ejemplo, el palmeral o el yacimiento de L'Alcúdia, entre otros. Si bien en los últimos años se han incluido algunos elementos derivados de varias coyunturas: desde el Mercado Central a Riegos El Progreso, pasando por los refugios de la guerra o las Áreas de Vigilancia Arqueológica.

Según el pliego de condiciones, la compañía tiene su primer deadline antes del verano, donde deberá entregar una primera propuesta del patrimonio material a proteger, sea nuevo, ya protegido, o alterando los niveles que tengan los elementos ya incluidos. La firma estaría ahora en fase de recolección de la ingente documentación municipal e información sectorial o autonómica de cara a ese primer borrador.

Primera supervisión de Cultura e informes sectoriales

Así, contemplará los bienes inmuebles, los elementos naturales, arqueológicos, paleontológicos y de paisaje; es decir, la parte 'tangible' del catálogo. La inmaterial, para más adelante. Se tendrá que entregar el listado al Ayuntamiento y de ahí a la conselleria de Cultura, que a su vez enviará el mismo a las administraciones y entidades que considere para que emitan informes sectoriales (por ejemplo otras consellerias, Estado, Costas...). Ahí se pararía el plazo a la adjudicataria, ya que será un trámite que llevará su tiempo. Paralelamente, ARN se encargaría mientras de revisar y profundizar en las fichas de cada elemento. Teniendo en cuenta que muchas de ellas ya están elaboradas, sobre todo de los principales elementos (Santa María, Calahorra, Palacio de Altamira, etc.), lo que agiliza los tiempos.

También queda por aclarar de qué forma, como decía el regidor Pablo Ruz, se puede encajar en el catálogo esa salvaguarda del patrimonio privado y a través de qué herramientas, toda vez que es un documento urbanístico, para evitar situaciones como las de la Banca Peral u otras que han ido pasando en las últimas cinco décadas con derribos protegidos. 

Según ha podido saber este medio, a diferencia de un catálogo que ya tiene casi 30 años —que quizá no es tanto, con la salvedad de todo lo que tiene por incluir Elche, máxime con nueva legislación como la del palmeral y dos Patrimonios de la Humanidad— también se están georreferenciando los elementos. Algo que se tiene que hacer también con las palmeras protegidas, algo de lo que se están encargando desde Cota Ambiental, dentro del equipo multidisciplinar. Asimismo, otro de los documentos que se tendrán en cuenta, y sobre el que trabaja el despacho es el del inventario de 77 fachadas que ha incluido el Consistorio para su protección y que no están en el documento urbanístico de 1998. 

Catálogo por secciones

Por último, tal y como establece la Lotup, aunque en los próximos meses se envíe ya una propuesta sobre esa parte tangible y urbanística a Cultura, a posteriori, el catálogo estará dividido por secciones, atendiendo al tipo de patrimonio. Como ya ha venido contando este diario, la idea del Ayuntamiento, para no tener que esperar a aprobar cuando esté todo, lo que puede llevar años de trámites, se irá aprobando por fases. Además del inventario ilicitano, ARN Arquitectos también está a día de hoy actualizando el catálogo de Orihuela.

Un catálogo que ya está en fase de elaboración después de su particular 'vía crucis' administrativo, tras un concurso público que empezó en octubre de 2022. Se ha encargado por 239.943 euros y un plazo de ejecución de diez meses.