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construcción de la nave cerrada en el muelle 17

Alicante zanja la disputa sobre la licencia y permite la obra de la terminal de graneles de Eiffage

20/04/2020 - 

ALICANTE. La terminal específica para la carga de graneles en nave cerrada promovida por el Puerto de Alicante consigue, finalmente, todos los parabienes municipales. Un informe jurídico evacuado a petición de la Concejalía de Urbanismo resuelve la controversia planteada sobre la necesidad de que su construcción contase con licencia de obra y permite que la fase dura de sus obras (hasta ahora solo se habían iniciado preparativos previos) pueda comenzar a ejecutarse en el plazo de un mes. 

En concreto, fuentes municipales precisaron a Alicante Plaza que ese dictamen jurídico confirma la tesis sostenida hasta ahora por Eiffage -la multinacional adjudicataria de la obra de la terminal, a cambio de su explotación durante 30 años- y ratifica que las instalaciones sí deben considerarse una infraestructura intrínseca al funcionamiento del Puerto por lo que no requieren de la tramitación de una licencia de obra propia. Es decir, que Eiffage puede acometer los trabajos acogiéndose a una declaración responsable (un documento en el que la empresa acredita que el proyecto se ajusta a la normativa y que ampararía el inicio de las obras, siempre condicionadas a la comprobación posterior que deben realizar los técnicos municipales).

Las mismas fuentes precisaron que las conclusiones de ese informe ya se han comunicado a la Autoridad Portuaria para que dé un último paso administrativo necesario: la petición de un informe en el que se certifique que la obra se ajusta a las determinaciones del Plan Especial del Puerto. Es más, esa petición ya se ha registrado. Y la Concejalía de Urbanismo dispone ahora de un plazo de un mes para atender esa solicitud. En el caso de que no se respondiese en tiempo, se consideraría que la obra sí cumple con esos requisitos por silencio administrativo positivo.

¿Cuál es la consecuencia de todo ese proceso? Básicamente, que la terminal en nave cerrada reivindicada por vecinos, colectivos conservacionistas y asociaciones de padres y madres pueda convertirse en realidad tras más de una década de reivindicaciones específicas al respecto con el propósito de atajar la propagación de partículas a la atmósfera que atribuyen al movimiento de graneles (el Puerto, por su parte, sostiene que se cumple la normativa y que la polución que detectan las estaciones de medición deriva de otros elementos, como el tráfico que discurre en el borde portuario). 

Tras el beneplácito municipal, las instalaciones podrían estar en funcionamiento a mediados de 2021, más de un año después de la fecha barajada inicialmente

En función de las previsiones manejadas hasta ahora, los trabajos de construcción no deberían prolongarse durante más de un año. En ese supuesto, debería estar operativa a mediados de 2021, puesto que la actividad sí cuenta ya con la autorización ambiental integrada (AAI) concedida por la Conselleria de Transición Ecológica. En todo caso, lo cierto es que, si se cumple ese calendario, la instalación comenzará a funcionar más de un año después de la fecha que había barajado la Autoridad Portuaria para mejorar el desarrollo de la actividad.

Como ha informado este diario, el proyecto definitivo presentado por Eiffage en abril de 2019 comprende una inversión de 12 millones de euros, 4 más de los planteados en julio de 2018. Además, preveía que la nave ganase cerca de 7 metros de altura en uno de sus extremos respecto a lo previsto en el proyecto original para dar cabida al nuevo sistema técnico totalmente mecanizado que se habría incorporado a su ejecución. La propuesta presentada en julio concretaba que el edificio ocuparía una superficie de 22.000 metros cuadrados en el muelle 17. Tendría 362 metros de longitud, 50 de anchura y 17 de altura: es decir, de manera aproximada, el equivalente a un inmueble residencial de seis plantas.  

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