Fue bonito mientras duró, pero los buenos tiempos no volverán. Adiós al espíritu de concordia de la Transición. Volvemos a la España de las trincheras. Sánchez gobernará con medio país decidido a combatirle.
O el fin justifica los medios, o París/Bruselas o Waterloo bien valen una misa, o sacar ventaja de las desventajas o beneficio de las desgracias propias o ajenas... En resumen, la ley de amnistía ya está aquí y veremos hasta donde llega con Puigdemont incluido y con la investidura de Pedro Sánchez a punto. Mientras la calle bulle.
No todo está perdido. Mirad la resistencia contumaz de las palomas al Gobierno traidor. Siembran de cagaditas los tejados de la Moncloa, la sede de todas nuestras desgracias. Y no pueden con ellas. ¡Qué tías!