ALICANTE. Los tres copropietarios del Teatro Principal de Alicante (Ayuntamiento de Alicante, Banco Sabadell y Generalitat Valenciana) volverán a reunirse por primera vez en el último año durante la segunda semana de octubre, en un día todavía por concretar entre los días 6 y 8. Lo harán en los dos foros habituales -su junta general y el consejo de gobierno-, con la intención de abordar prioridades en el presente y futuro de la sala.
De entrada, en el orden del día figurarán los dos puntos más urgentes: la memoria de gestión y el presupuesto de 2020. Y en realidad, los dos están vinculados y condicionados por la irrupción de la pandemia del coronavirus. Como informó este diario, la suspensión de toda la programación, desde mediados de marzo, ha privado a la contabilidad de la sala de los ingresos generados en taquilla por la venta de entradas. Sin embargo, los gastos fijos de mantenimiento han permanecido prácticamente invariables. Se trata de las facturas derivadas del consumo eléctrico, de la prestación del servicio de limpieza y de los costes del personal laboral, entre otros.
De ahí que el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Cultura, haya solicitado a la Generalitat que transfiera a la mayor brevedad posible su aportación anual para este ejercicio: 140.000 euros. Con esa inyección, a la que debe sumarse la misma cantidad por parte del Sabadell (el ayuntamiento ya habría liberado sus fondos), se contaría con un margen de liquidez suficiente para salvar una temporada aciaga como consecuencia del impacto de la covid-19.
La Generalitat se ha mostrado partidaria, incluso, de elevar su aportación (lo que implicaría que también tuvieran que hacerlo los otros dos socios copropietarios) hasta los 150.000 euros, con lo que se dispondría de un montante anual de 450.000 euros para sufragar costes de mantenimiento de la sala y contribuir a financiar los gastos derivados de su programación. No obstante, la Generalitat, a través de la Conselleria de Cultura, también ha insistido en la necesidad de que se desbloqueen otros dos asuntos pendientes. Primero, la elección de un nuevo director, que sigue pendiente de designación desde abril de 2019, cuando se produjo la renuncia de Paco Sanguino (actual portavoz municipal del PSOE) a partir de la convocatoria del concurso público acordado el pasado septiembre. Hasta ahora, la Conselleria de Cultura ha facilitado al resto de copropietarios un borrador con las bases por las que se podría regir ese concurso. No obstante, su contenido ha suscitado el rechazo del Ayuntamiento con el argumento de que se incluían requisitos no previstos como méritos a puntuar (entre ellos, el conocimiento del valenciano).
El segundo asunto que para la Generalitat requiere una solución inaplazable es la ejecución de las obras de reforma del edificio con los tres millones de los que hizo entrega al adquirir cerca de un tercio de las participaciones de la comunidad de bienes propietaria del teatro. La suma, de hecho, quedaba ligada a que el Ayuntamiento y el Sabadell liquidasen la deuda histórica del teatro (arrastrada desde 2010) y a la ejecución de esas obras de remodelación del inmueble. Sin embargo, todavía no se ha podido disponer de esos tres millones por la forma en la que la que quedó escriturada la compra de los títulos que adquiría la Generalitat.
Esa doble voluntad de la Generalitat solo sería compartida parcialmente por parte del Ayuntamiento de Alicante. El equipo de Gobierno compuesto por PP y Cs considera que, ante un nuevo año que puede quedar sujeto a la evolución del coronavirus, el nombramiento de un nuevo director no resulta una cuestión prioritaria. Es más, se sostiene que su contratación podría llegar a ser contraproducente en la medida en que supondría aumentar la partida de gastos de personal que debería soportar la comunidad de bienes en cerca de 50.000 euros adicionales. Por el momento, la sala sigue gestionada por un equipo encabezado por la exedil de Cultura por el PP, María Dolores Padilla, como subdirectora.
Eso sí, el bipartito sí coincidiría con la Generalitat en el objetivo de desbloquear los trabajos de reforma del edificio, pendiente desde hace varios años sin que se haya dispuesto de fondos para poder acometerla. Ahora, esos fondos existen, pero están inmovilizados hasta que el departamento de Intervención municipal resuelva cuál puede ser su uso definitivo.
Entre las actuaciones a tener en cuenta en esa remodelación del teatro figura la renovación del patio de butacas, la instalación de un nuevo sistema de iluminación, el repintado del edificio y la reforma de parte de su fachada. Así, ya se estaría tratando de buscar una fórmula que permitiese superar las dificultades para liberar esos tres millones ingresados por la Generalitat con el fin de llevar a cabo esas mejoras. El propósito del Ayuntamiento de Alicante es poder ejecutarlas como muy tarde el próximo verano, tras varios aplazamientos.