ALICANTE. El festival más antiguo de Alicante vuelve a la ciudad sumando 32 años de experiencia. Desde el viernes 29 de noviembre hasta el domingo 8 de diciembre, la invasión del títere -con sus respectivos titiriteros y titiriteras- traerá hasta la capital de la provincia 21 actuaciones de 16 grupos nacionales e internacionales enmarcadas en el Festival Internacional de Títeres de Alicante, Festitíteres. Una multiculturalidad que permite conocer -a través de conceder vida a sus muñecos- historias, técnicas y formas de expresión de diferentes puntos del globo: "En los países del este es muy frecuente trabajar el títere de hilo, en Japón se utiliza mucho el Bunraku, en España se emplea más la técnica de guante... Pero en el mundo globalizado en el que vivimos, los titiriteros tienen la posibilidad de fusionar todas esas técnicas y de proponer producciones más sofisticadas, donde no solamente aparece el títere como objeto fundamental, sino también la danza, la música, la magia o las proyecciones audiovisuales", expone las posibles combinaciones Ángel Casado, director del festival.
Dinamarca, Suiza, Canadá, Brasil, Cuba y España (Madrid, Cataluña y Aragón, "porque en cada Comunidad Autónoma se trabaja de distinta manera", apunta) son los seis países que mostrarán, durante estos diez días, sus propuestas de títere tradicional y de vanguardia: "Todas las propuestas que se hacen son buenas y muchos de los grupos que vienen han sido premiados en festivales importantes. Por ejemplo, de Dinamarca viene Sofie Krög, que es una titiritera muy conocida", destaca . Y subraya la obligación que los festivales adquieren con "las propuestas innovadoras para renovarnos y atraer a nuevo público. Este año las novedades tienen que ver con el contenido de las propuestas, como el grupo Giramagic, que mezcla magia con títeres; Claroscuro, que utiliza la música electrónica para la puesta en escena o Pea Green Boat, con su propuesta Gnoma, basada en un cuento que la propia Emilia ha ilustrado", ejemplifica Casado.
Pese a que el target de las representaciones se fija, en su mayoría, en el público familiar, la edad varía dependiendo de cada propuesta, como ocurre con los títeres específicos para bebés, "un espectáculo donde el lenguaje textual ocupa un segundo plano porque se emplea otro tipo de comunicación basada en imágenes, colores u olores", explica. En su polo opuesto se sitúa el teatro para jóvenes y adultos, con el espectáculo El sillón, a cargo de Winged Cranes, "tres titiriteras que trabajan la técnica japonesa del Bunraku y que pondrán sobre el escenario una crítica al poder", adelanta. Y reclama que "el teatro de títeres resulta tan creativo como el de actor y es apto para todos los públicos -dependiendo de cada propuesta- y no exclusivamente para el infantil".
La diversidad de países de este festival internacional también trae consigo las representaciones en sus respectivos idiomas, "aunque este año coincide que, prácticamente, todos los grupos que vienen de fuera trabajan sin texto o saben castellano, por lo que los subtítulos no resultan necesarios", aclara el director de la muestra. Si bien es cierto que en las ediciones que sí han incluido diálogos, el idioma no ha supuesto una barrera para que el público pudiera entender la historia, debido a que "el títere tiene una potencia de comunicación muy grande. Además, nosotros les pedimos que, si es posible, lo traduzcan al castellano", cuenta.
Aunque el evento gira alrededor de los títeres, no lo hace de forma exclusiva a través de la manifestación teatral, sino que también propone actividades paralelas como una conferencia teatralizada para aprender cómo son los títeres en las distintas partes del mundo, un taller de diseño digital que permite esbozar muñecos grandes para poder construirlos posteriormente, un pasacalles de la Colla de nanos y gegants de Alicante, "que también están catalogados como títeres porque son muñecos manejados por personas desde dentro -apunta Casado-, o una Muestra Amateur: "Se trata de pequeñas propuestas de 15 minutos que elaboran los colegios (o asociaciones de madres y padres o gente adulta) que quieren trabajar con el títere como un elemento didáctico y de comunicación. Nosotros les ofrecemos un espacio, Las Cigarreras, para que lo muestren, dentro de una iniciativa que llevamos poniendo en marcha desde el 2012", refresca la memoria el director.
Además de la posibilidad de que el alumnado o aquellas personas interesadas expongan historias a través de estos personajes, también resulta beneficioso para el conocimiento de las niñas y niños y para el feedback con el festival y con las y los profesionales del títere, ya que "constituye la mejor forma de hacer cantera de nuevos titiriteros", valora. Y asegura que "cada año, una gran cantidad de gente nos pregunta dónde se puede estudiar esto. Y lo cierto es que el títere en España no cuenta con una universidad ni con un espacio donde se pueda estudiar de manera reglada, por lo que estas propuestas suponen un camino de conocimiento, de abrir futuro y de que los chavales disfruten".
Dentro también del programa de actividades paralelas se incluye la presentación de un libro, editado por la UA, que lleva por título Els titelles al País Valencià y que "recoge la historia de los títeres en la Comunitat desde el siglo XII. Está escrito por el alicantino Jaume Lloret, una figura que ha promovido mucho el conocimiento sobre la historia del teatro en general y del títere en particular", anota Casado.
El pasado 2018, el festival logró atraer a 5.600 asistentes, un público que se ha vuelto "bastante fiel y que ha ido formándose con el transcurso de los años, no solamente con los espectáculos sino también con las actividades", comenta. Y subraya que "muchos años han venido programadores de otros países y, en esta ocasión, está previsto que acuda la directora del festival de títeres de Pekín, Han Chin, quien quiere conocer el planteamiento del festival, la organización, etc.". Por su parte, en esta 32ª edición la programación está repartida en diferentes puntos de la ciudad de Alicante, siendo algunos de ellos Las Cigarreras, el Teatro Arniches, el MACA, el Castillo de Santa Bárbara o la Plaza del Mercado.