Vista de Orihuela. Foto: RAFA MOLINAORIHUELA. En el pleno ordinario de la semana pasada, el grupo municipal socialista de Orihuela puso sobre la mesa la necesidad de retomar la creación de un nuevo plan general de ordenación urbana (PGOU). El equipo de gobierno formado por Partido Popular y Ciudadanos votaron en bloque en contra de la moción.
El vigente PGOU de Orihuela se redactó hace 30 años, aunque no fue hasta julio de 1994 cuando la Comisión Territorial de Urbanismo dio el último visto bueno para su aprobación definitiva. En estos 26 años los cambios que ha experimentado el suelo del término municipal de Orihuela se han ejecutado a través de la figura legal de modificaciones puntuales. Ese PGOU suma más de 60 modificaciones.
En 2010, bajo el gobierno del PP, se adjudicó la redacción de un nuevo PGOU por 986.580 euros, pero nunca llegó a aplicarse. Tras su elaboración, procesos judiciales por impago de facturas a la empresa y caducarse las prórrogas dadas por el Consell para adapatarse a la nueva legislación, ese proyecto de PGOU quedó en un cajón.
El Plan General de Orihuela caduca por no presentar la documentación al Consell
El PSOE trató de nuevo ponerlo sobre la mesa con su moción en el pleno del jueves pasado pero no prosperó. Su portavoz, Carolina Gracia señalaba "que no se puede consentir que este Gobierno haya dejado perder el trabajo que se hizo por la empresa y que nos costó casi un millón de euros y en vez de trabajar se estén dedicando a proponer y defender modificaciones que siguen limitando el crecimiento de Orihuela". Una de sus principales críticas se basa en el abuso de recurrir constantemente a las modificaciones puntuales. Por esta razón instan a que se retomen los trabajos que sean necesarios. Vox por un lado señalaba que el plan no recoge las necesidades del municipio y por otro lado considera que no les parece mal las modificaciones que se están haciendo.
Cambiemos, muy crítico con la política urbanística del Ayuntamiento la califica de "caótica". "Nadie se atrevería a decir que el modelo fue exitoso. Otros dieron el golpe y el gobierno de ahora sigue la inercia" afirmaba el portavoz Carlos Bernabé durante el pleno. Sus críticas se dirigen tanto al planeamiento llevado a cabo en la costa, como a la "decadencia del centro histórico y la asuencia generalizada de control y la rehabilitación de vivienda vacía".
Por su parte, Ciudadanos, su portavoz, José Aix, y concejal de Urbanismo, argumentó que las modificaciones puntuales son para corregir los errores que contiene el plan general. "Seguimos apostando por el crecimiento y el desarrollo de la ciudad" añadía el edil. Rafael Almagro, portavoz del PP admitía que el PGOU de 1990 no es el mejor, "es muy mejorable pero es nuestro plan y si lo cambiamos íriamos a peor". Defiende la oportunidad de la herramienta de las modificaciones puntuales, "renunciar a ellas sería suicida" esgrimía. Ambos partidos coincidían en que el nuevo plan general supondría la desclasificación de suelo, reducción de superficie urbanizable y coste económico que acarrearía.
Las últimas mofidicaciones que están sobre la mesa se centran en el casco urbano. En concreto se dirigen a dos ubicaciones del PAU 12. Por un lado, el cambio urbanístico al otro lado de las vías del tren. El objetivo es darle un nuevo uso, en el que se combine suelo para industria no pesada, comercial y tecnológica. El otro sector se centra en las parcelas contiguas al IES Tháder, la calle Francisco Tormo de Haro. El proyecto recoge, en una superficie de 100.000 metros cuadrado, la construcción de unas 500 viviendas.
