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el sur del sur / OPINIÓN

Cultura, la asignatura pendiente

12/01/2020 - 

Si el espejo de Alicante y su provincia es Málaga, cojeamos en Cultura. Los empresarios y los políticos siempre se han vanagloriado de nuestra diversidad económica y dentro de ella, algunos siempre ha considerado al turismo de sol y playa como algo intocable -que puede llegar a ser- e indiscutible. En los años del boom económico, los sectores tradicionales se abandonaron por la multiplicación de los panes y los peces del ladrillo. Después lo lamentamos. Pero nadie, nunca, o muy pocas veces, se ha acordado de la Cultura como revulsivo, y de los beneficios que puede generar para un destino turístico, sea de playa, de fin de semana, o de interior.

Proyectos han existido. Sería temerario no reconocerlo, pero quizás no se ha tenido la proyección, la capacidad o la posibilidad de captar alguno de los iconos, que, por ejemplo, tiene Málaga, que tanto réditos le ha generado. El éxito de la capital de la Costa del Sol han sido tres: erigirse como polo de innovación tecnológico; cultural y de congresos. A ello habría que sumarle la conexión con el AVE y la proyección de su aeropuerto. La combinación de los tres le ha convertido en un destino turístico de primer nivel y en un centro de la nueva economía.

Si aplicamos estos tres ingredientes -tecnología, cultura y congresos-a las grandes ciudades de la provincia, comprobaremos que la Cultura es la gran asignatura pendiente. Sólo el Marq y la exposición temporal de la Dama en Elche pueden considerarse como hitos de una política cultural. Lo de los congresos lo hemos comentado en varias ocasiones: tanto Elche como Alicante disponen de edificios para ello, pero, por razones diferentes, nunca de las dos ciudades acaban de posicionarse en el top five de los congresos por falta de un recinto mayor. Elche lo tiene proyectado, a expensas de su ubicación; Alicante intenta de cerrar el círculo con el parche de Benalúa Sur, visto que con el ADDA no puede satisfacer toda la demanda.

En cuanto a nueva economía, sí que podemos decir que Alicante y sus universidades han dado un salto importante gracias, en parte, a la implantación del Distrito Digital. De momento, habrá creado unos mil empleos; el objetivo más inmediato es alcanzar los 3.000 con la llegada de nuevas empresas, pero todavía lejos de los 19.000 que ha creado Málaga con su parque tecnológico. Bien es verdad, que la apuesta por la nueva economía en Alicante es el Distrito Digital. Están los parques científicos de las dos universidades y muchas empresas que ya operaban antes y ahora en otros puntos. El gran handicap es la dispersión y la falta de conectividad entre los diferentes hubs tecnológicos, como también hemos apuntados en otros artículos.  

Disponemos de dos grandes flujos de transportes, con el AVE y un aeropuerto internacional, pero también perdimos esa batalla. Primero, porque el AVE llegó primero a Málaga, en 2017, y, segundo, porque el aeropuerto de la Costa del Sol roza los 20 millones de pasajeros frente a los 15 de El Altet. Pero bueno, lo importante es que los tenemos, funcionan bien y que contribuyen, y mucho, a la dinamización de la economía, pese a su desconexión entre ellos.


Y en este mismo contexto, la gran asignatura pendiente es la Cultura. Y más, si se compara con Málaga. Elche sigue buscando un revulsivo para su centro, y sigue sin pensar en un edificio cultural para ello, más allá de la reforma del Palacio de Altamira. Alicante tuvo un proyecto importante, como fue el Marq, que le he dado muchos réditos, no solo con la propia infraestructura cultural, sino con las excelentes exposiciones temporales que después han alimentado su programación. Después vino el MACA, que también ha servido para revitalizar una parte del caso antiguo de la ciudad, pero desgraciadamente -a mi entender- es un edificio al que se le puede sacar más partido si de verdad los políticos confiaran en la cultura como revulsivo de ciudad. El ADDA también dotó a la ciudad de una infraestructura cultural reivindicada, y de un edificio congresual deseado, hasta el punto de convertirse en el principal icono para los grandes eventos. No hay más.

Bien es verdad que la crisis ha servido de excusa para no seguir explorando nuevos caminos para darle una oportunidad a la Cultura. Tampoco era necesario pensar en edificios mástodónticos: la cultura es fundamentalmente contenido. Y así como desde la Diputación sí que ha existido una estrategia para dotar al Marq de buen contenido temporal, puntualmente la tuvieron o la buscaron los ayuntamientos de Elche y de Alicante. Por razones muy diferentes, la única ciudad que se ha encontrado con edificio que le puede sacar más rédito en un futuro más inmediato es Alcoy con el CADA, además como subsede del IVAM. Ahora falta agitarlo con acierto.

Pero la Cultura, que es una importante herramienta de transformación social y urbana, también necesita estrategia, voluntad y recursos económicos. Pero sobre todo estrategia y voluntad. Y ante la falta de recursos económicos, ingenio. Y si analizamos todos estos aspectos, ni Alicante ni Elche, ni la Diputación ni la Generalitat nunca tuvieron a estas ciudades entre sus pensamientos más allá de programar y dotar de contenido sus propios edificios con muestras itinerantes o de segunda división. Quizás la etapa de Ángels Candela, con Alejandro Soler de alcalde, fue la más fructífera en Elche tras la visita de la Dama a la ciudad, y la transformación de Cigarreras en centro cultural o la apertura del MACA (después de muchos años de retraso), lo más destacado de la capital. Pero la crisis económica acabó sepultando cualquier atisbo de que las autoridades locales y supramunicipales tuvieran la Cultura como estrategia de ciudad. Ni para dotar de contenidos, ni para dar oportunidad a creadores noveles. Por no hablar de festivales de música: en eso, Alicante se ha convertido en una ciudad especialista en expulsarlos.

Y lo de erigir a la ciudad en un polo de atracción cultural, no digo como Málaga -que hubiera sido lo deseable, sólo con una de los tres iconos del nivel de Picasso, Pompidou o Thyssen-, pero al menos con alguna referencia internacional para que quien visite Alicante o Elche, además de hacer negocios, disfrutar de las playas o de un congreso, tengo otro motivo para recomendar estos destinos por su oferta complementaria. La Cultura puede dar igual o más que un centro de congresos, o un Distrito Digital. La cuestión es pensar en ella, no tenerla de relleno. Y en eso, hemos tenido poca suerte (como en la mayoría de las cosas), y menos ingenio.

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