ALICANTE. La reconversión de los edificios anexos al Faro del Cabo de las Huertas de Alicante en restaurante queda sobre el tejado del Puerto de Alicante. Tanto es así que el desarrollo del proyecto requiere que sea la misma Autoridad Portuaria quien ampare su encaje mediante el impulso de un Plan Especial que recalifique los terrenos en los que se asienta ese conjunto de inmuebles, en primera línea de costa.
En la actualidad, ese espacio dispone de la consideración de suelo no urbanizable con la catalogación de libre litoral por lo que -según fuentes consultadas- no cuenta con ningún instrumento de planificación urbanística que lo ordene, que fije sus condiciones de edificabilidad y que determine qué actividades concretas podrían tener cabida, entre las que debería figurar el uso terciario hostelero pretendido, en el marco de las propuestas del proyecto de dinamización turística de los faros adscritos a Puertos del Estado conocido como Faros de España.
Dicha ordenación es la que debe quedar recogida en ese futuro Plan Especial como trámite indispensable para que, después, el Ayuntamiento de Alicante pueda conceder las correspondientes licencias de obra y actividad para que pueda acometerse la reforma y puesta en funcionamiento de ese espacio como restaurante, según añaden las mismas fuentes. Es decir, el objetivo del concurso que convocó la Autoridad Portuaria en 2020, que concluyó con la adjudicación de la concesión al Grupo Forty para que explotase esos inmuebles como espacio hostelero por un plazo inicial de 15 años (con una posible prórroga por otros cinco más), después de que la suya fuese seleccionada como la mejor oferta entre otras cuatro propuestas que concurrieron al proceso.
La tramitación de ese documento de planificación urbanística debería abordarse a partir de ahora, en función de las conversaciones a tres bandas mantenidas hasta ahora entre la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento de Alicante y representantes de Grupo Forty. En principio, su redacción y su aprobación posterior -que quedaría bajo competencia de la Generalitat- podría demorarse al menos durante un año.
De ahí que el Puerto haya acordado suspender temporalmente los plazos respecto a la concesión otorgada a Forty hasta que se disponga de ese Plan Especial, lo que conlleva que la empresa quedará exonerada del pago de las tasas por la ocupación de esos terrenos que viene abonando desde el año 2021. Se trata de un acuerdo que queda justificado en la medida en que Forty no habría podido hacer uso efectivo de la explotación de los edificios por causas ajenas que escapan a sus obligaciones como concesionario. De hecho, la compañía ha venido solicitando distintas prórrogas temporales contempladas en el concurso al no poder poner en marcha el objeto de la concesión.
En todo caso, fuentes del Grupo Forty precisaron este lunes que su objetivo sigue siendo desarrollar su propuesta "con la misma ilusión" con la que se abordó la presentación de su propuesta en el concurso hace cerca de cuatro años. De hecho, su proyecto ya cuenta con el respaldo de los técnicos de la Autoridad Portuaria, en función del planteamiento que se sometió a su consideración en 2021.
En esa propuesta, se planteaba la rehabilitación de la torre del faro y la reconversión del edificio que servía de vivienda del técnico de señales, junto a su almacén anexo, para transformarlo en restaurante, con una inversión de 505.000 euros. Además, el proyecto de rehabilitación y reforma planteado por Forty para el conjunto de la parcela ocupada (con una superficie de concesión de 1.861,66 metros cuadrados metros cuadrados) también comprendía la mejora de la accesibilidad de la parcela en la que se ubica el conjunto de las edificaciones, de 52.000 metros.
De igual modo, se contemplaba un plan de actuaciones para la conservación de los acantilados con vegetación de las costas mediterráneas. Y no solo eso. También preveía la creación de un jardín botánico con especies autóctonas y la organización de diversas visitas culturales a las edificaciones exteriores del faro (construido en 1856), así como a los restos de las baterías de costa y refugios preexistentes, que serían vallados y rehabilitados.
Por último, respecto a su oferta gastronómica, la propuesta con la que Forty concurrió al concurso comprometía que la carta del futuro restaurante estaría compuesta por productos y platos típicos de la provincia, "con la pretensión de convertirse en un lugar de referencia por servicio, calidad y producto, además de por su ubicación, de la cocina mediterránea".
Lo cierto es que, por el momento, la ejecución de esa propuesta continúa bloqueada cuatro años después de que se convocase el concurso, sin que haya trascendido la posición definitiva de la Conselleria de Cultura respecto a la compatibilidad del restaurante con los restos de la cimentación de la antigua Torre de Alcodra o Torre del Cabo de las Huertas: una de las edificaciones que forman parte del BIC de las Torres de la Huerta.
Entre tanto, el Grupo Forty también espera solución para poder desarrollar un segundo proyecto de restaurante amparado igualmente por la Autoridad Portuaria. Se trata del establecimiento hostelero previsto sobre la isla flotante construida por el Puerto en la bocana de la dársena interior.
El futuro de ese restaurante queda supeditado ahora a la ruptura del contrato de construcción de esa plataforma, suscrito con la empresa Vías y Construcciones, después de la disputa suscitada en cuanto a las pruebas que resultaban necesarias para certificar su estabilidad.