ALICANTE. Josep Piqué, ex responsable de las carteras ministeriales de Asuntos Exteriores, Economía e Industria, Ciencia y Tecnología, auguró “futuras dificultades” para el sector empresarial en general y de la provincia de Alicante como resultado de la actuación situación geopolítica, la crisis financiera asociada a la guerra de Ucrania y la ruptura de las relaciones con Argelia, tras “la decisión no explicada” de cambiar la política sobre el conflicto del Sáhara Occidental. Las vinculaciones tradicionales de Alicante con Argelia, por su proximidad, tendrá un cierto impacto en la economía de la provincia, un problema que “no se resolverá de manera rápida”.
La subida de tipos que tomará en consideración el Banco Central Europeo (BCE) puede derivar en una contracción de la economía, sin que suponga efectos inmediatos en el control de la inflación, es decir, que pueda degenerar en un estadio de estancamiento e inflación a la vez.
Esta es la principal tesis expresada en la jornada online ‘Análisis de la situación económica. Retos y expectativas futuras’, organizadas por la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (UEPAL) y el Observatorio Económico de Alicante (OEA), en colaboración con Banco Sabadell, la Asociación de Turismo de Cruceros de Alicante y la Catedra UMH Krystaline. El presidente de UEPAL, Juan José Sellés, inauguró la jornada solicitando información “para hacer frente a la situación de incertidumbre del empresario” y disponer de “toda la información posible para que nuestras empresas puedan tomar las medidas más acertadas posibles para hacer frente al futuro”. Por su parte, José Antonio Trigueros, presidente del OEA, apuntó que “con estas claves algunos empresarios tendrán alguna duda menos. Ya que el marco que dibuja el señor Piqué es muy útil para entender en qué panorama nos movemos”.
En este sentido, el ex político y empresario aventuró un tercer trimestre del año “muy bueno” como respuesta a los niveles del turismo y el “ahorro acumulado por la pandemia”, pero que en la actualidad los niveles de inflación “se va comiendo”. Pero en el último trimestre, la realidad será distintas – a su juicio – como resultado de la baja productividad que sufre España y las decisiones que, en breve, el Banco Central Europeo (BCE) pueda acometer en materia de subida de tipos de interés y, por consiguiente, que derive en tasas de crecimiento muy menguadas o, incluso, negativas.
Para el conjunto de España, Piqué no pudo descartar el riesgo de estanflación, “un concepto nada conocido y descartado en el lenguaje económico de España en las últimas décadas, pero que hoy debemos tener en cuenta”.
La propuesta del ex ministro es acudir a los “consensos básicos” en materia de fiscalidad, empleo, educación y otras cuestiones esenciales, “que generen confianza, seguridad y ciertas certezas sobre el respeto a las normas de juego, para que no se cambien una vez empezada la partida”. En su caso, y cuando la subida de tipos promete aumento del riesgo de prima, España podría tener problemas para financiar a precios razonable su deuda.
Piqué lamentó que las actuales políticas del Gobierno de España no estén pensadas para atajar la inflación, sino para paliar sus efectos entre la población más indefensa, medidas de calada exclusivamente “cortoplacistas”.
Por otra parte, Piqué analizó la actual situación geopolítica en el que dibujo varias macrotendencias. Una de ellas, generada por la guerra de Ucrania es el modelo de la nueva globalización. “La idea que de que era posible comprar en cualquier parte y vender en cualquier rincón del mundo, con stock cero, dependiendo de tener mercancía al momento se ha hundido. Hemos dependido al máximo de terceros países, sin saber que no eran del todo posible fiarse, y ha demostrado que somos muy dependientes, muy débiles e infinitamente condicionados por decisiones de otros”.
Todo ello, en una situación donde – más allá de Rusia – hay actores muy importantes como China, India, Brasil, Irán, etc… que ha desplazado “el centro del mundo y la toma de decisiones hacia el eje Índico-Pacífico”. El modo de gestionar una empresa con “stock cero”, más eficiente y barato, disponiendo de material al día “ha muerto”. El colapso en precios, en energía, en materias primas y del transporte internacional ha dejado indefensos a la Unión Europea, y “ahora, las empresas deberán aprender a que la globalización sigue siendo una realidad, pero una realidad diferente”.
En el caso de Alicante, que se basa en industria manufacturera y muy exportadora el modelo de gestión de la globalización es fundamental para la supervivencia de muchas empresas. En este caso, y como consecuencia de la depreciación del euro, será más fácil vender al exterior, pero se incrementarán los costes de aquello que se deba adquirir fuera de la Unión Europea, en especial energía y materias primas.