ALICANTE. La Universidad Miguel Hernández (UMH) y la empresa ilicitana Krystaline Technology, que produce y distribuye un innovador aditivo impermeabilizante del hormigón, han puesto en marcha una nueva cátedra que bajo el título de 'Eficiencia en la construcción', se dedicará a investigar sobre las posibilidades del producto de Krystaline en el sector. Al detalle se llegará a partir de la investigación que empieza ahora, pero el director de la cátedra, José Antonio Trigueros, avanza que la UMH ya ha calculado que usar un producto como el de Krystaline podría llegar a ahorrar 1.200 millones de euros en reparaciones de obra civil en la Comunitat Valenciana.
El objetivo principal de la cátedra es trabajar en la investigación del producto, "un vector fundamental, porque hay una problemática de falta de conocimiento" de sus cualidades. Pero también se ofrecerá formación, probablemente con el formato de nanomaster que tan buenos resultados está ofreciendo recientemente. Se trata de formaciones cortas en formato audiovisual que se almacenan en un repositorio para facilitar el acceso de los alumnos, y que en este caso estará dirigido principalmente a profesionales, clientes o proveedores del sector.
El CEO de la empresa, el alcoyano Jorge Company, destaca que por su parte el objetivo es "medir el impacto de nuestra tecnología, porque no está medido; valorar lo que aporta". Company lamenta que "la construcción en un sector rígido, donde cuesta introducir innovación. Pero si los promotores entendieran que con nuestro producto se incrementa la vida útil de las construcciones sutancialmente..." Con Krystaline, y esto sí está demostrado con análisis, es más difícil que se rompan pilares y se oxiden estructuras metálicas. "¿Cuánto gastamos de más por no usar nuevas tecnologías, cuánto contaminamos de más por tener que recurrir a reparaciones cada poco tiempo?"
Una de las principales líneas de investigación de la cátedra, pero no la única, será por tanto la aplicación del impermeabilizante a la obra civil. Krystaline considera que puede evitar muchos problemas freáticos que afectan a carreteras y puentes, por ejemplo. Su producto, que no tiene competencia porque ningún otro usa el mismo principio físico para impermeabilizar, reduce hasta un 92% la penetración del agua, explica Company. Ahora participan en un proyecto del CSIC de monitorización del hormigón. "Es importante hacer llegar la información a la Administración para que el uso de un producto como este pueda llegar a formar parte de un pliego de condiciones", defiende Trigueros.
Hasta ahora, toda la investigación en torno a la tecnología de Krystaline la ha financiado la propia empresa, "a pulmón", aunque sí han recibido algún apoyo público. "El problema es que en España se invierte muy poco en I+D". La empresa nació cuando sus promotores se preguntaron por qué las obras que levantaron los romanos aún están en pie y las contemporáneas se caen tras unas décadas. La clave: la mayoría de impermeabilizantes modernos están pensados para repeler el agua, mientras que Krystaline 'trabaja' con ella. "Vamos a probar otros productos nuevos, con grafeno, láser...", avanza el CEO de la empresa.
Pese a todo, la firma con sede en Elche Parque Empresarial, que se acaba de mudar (hace cinco meses) a la manzana contigua a la de PLD Space, ya ha introducido algunas novedades más en el mercado, además de su producto original. Por ejemplo, una bolsa hidrosoluble de un kilo de impermeabilizante para facilitar su uso en la hormigonera ("calculas los kilos y echas las bolsas directamente"), o un producto que autocicatriza fisuras en el hormigón de hasta 0,5 milímetros "si hay agua" para trabajar con ella. Este último ya se ha aplicado con éxito incluso en edificios públicos.
Company defiende que su empresa es una tecnológica, y no un mero fabricante de productos cementosos. De hecho, por ahora su tecnología es única en el mundo, y ya ha abierto mercado en 25 países, según explica su CEO. El equipo de Krystaline, originalmente formado por los cuatro fundadores (Company, José Luis Campello, director técnico, Raúl Pérez, director de producción, y Joaquín Martínez, director de marketing) cuenta ya con una plantilla de 18 personas y ha duplicado las ventas de su producto.
"Hemos contratado gente en Canadá, donde estamos estudiando abrir una filial, aunque nuestros mercados más importantes son Estados Unidos y China". En esos dos casos, Company valora bien abrir una oficina, bien deslocalizar parte de la producción, aunque no a corto plazo. También se han introducido ya en Hong Kong (con la documentación británica) o en Irán. "Los países árabes están muy fuertes ahora, al contrario que Latinoamérica, que ha sufrido más con la crisis del covid, y la Unión Europea por el Brexit". La inversión más fuerte de la empresa en certificaciones para vender en el extranjero, con todo, se centra en Canadá y Estados Unidos.