ELCHE. La fuga de comercios —o las tendencias del sector, según se mire— en el centro de la ciudad ha sido un tema bastante recurrente durante los últimos tiempos, sobre todo, desde el cierre de grandes marcas de la Corredora para centrarse en grandes superficies comerciales como L'Aljub. La última en cerrar en esta arteria ha sido Fran Rivera, aunque también por temas similares, abandona el centro para abrir un gran espacio nupcial en Carrús. En cualquier caso, son dinámicas que han ocurrido en muy poco tiempo y que se quiere intentar atajar, tanto desde el futuro diagnóstico del comercio encargado por el Ayuntamiento como por el Plan de Acción Territorial del Comercio de la Comunitat Valenciana (Patsecova). Temas sobre los que se habló en la mesa de comercio y ciudad promovida por la asociación de arquitectos Ruskin Coffee.
En la misma se expusieron casos de crecimiento urbanístico y acompasado con el comercio y cómo ha marcado a este, así como los retos que persigue el Patsecova y qué pueden aportar a cascos históricos como el de Elche. Ya desde el principio, la exposición del arquitecto Pablo Coquillat, que ha hecho una tesis sobre la evolución urbana y el comercio en una vía de Sao Paulo, desde el punto de vista de los agentes que actúan sorbe el sector, muestra las tendencias comerciales que se han formado mediante el ensayo y error, tardando largos periodos en consolidarse. Hay factores exógenos que influyen en la configuración del sector —como la peatonalización, como defendieron desde el Colegio de Arquitectos de Alicante o Iñaki Prusilla hace unos días—, así como la propia ordenación urbanística u otras actuaciones como la edificación.
En es sentido, esa prueba de ensayo y error queda retratada de forma más meridiana en los comercios del centro ilicitano. Se está viendo en diferentes calles qué establecimientos funcionan y cuáles no, y cuáles tienen una mayor demanda. Por ejemplo se puede mirar cómo en calles peatonales hay más comercios sobre todo de restauración y más afluencia, como en Hospital, ahora Mare de Déu del Carme o Bisbe Tormo más que en la Corredora, con un tipo de comercio muy diferente y muy diferente a su vez del de Almórida, también abierta al tráfico, pero con otras condiciones.
En cualquier caso, algunos de los problemas subyacen a la falta de planificación comercial de la ciudad y que no se ha hecho nunca. Ese es una de las premisas del Patsecova, hacer del comercio un sujeto de desarrollo urbanístico, como explica el director general de Comercio, Natxo Costa, o del plan de diagnóstico de la actividad comercial ilicitana que dirige Antonio Gómez, gerente de Pimesa y director del Plan Estratégico. Este último sostiene que no se ha hecho nunca un análisis sobre los retos a los que se enfrenta el comercio en la ciudad y que se están dando en todo el mundo. "Elche es una ciudad policéntrica, con muchos barrios y pedanías grandes y cada una con sus propias dinámicas". Hay que estructurarlo urbanísticamente y buscarles distintas soluciones, así como plantear realmente cuáles son los municipios del área de influencia de Elche y cómo debe ser su relación con los mismos. O qué han supuesto la creación de centros comerciales, uno de los puntos más polémicos del plan autonómico aún por aprobar.
Como relata el economista, el urbanismo es lento y farragoso, mientras que el comercio es muy dinámico y cambiante; tiene ritmo. Lo que se prepare ahora puede estar obsoleto en años, como ha mostrado el comercio online, que tiene por ejemplo una afección medioambiental y de movilidad impensable hace unos años. Salieron algunas cuestiones durante el debate, como la falta de actuación en el sector sobre núcleos poblacionales que han aumentado mucho en muy poco tiempo, en referencia a las pedanías como Torrellano, que a día de hoy no tienen un mercado propio. O cómo se da la situación de que el alquiler es demasiado alto para comerciantes que no lo pueden soportar, o grandes propietarios que prefieren tener su local vacío hasta no alquilarlo a un precio elevado. Todo ello, de la mano de posibles actuaciones urbanísticas que ayuden a redefinir o ordenar lo que no se ha hecho, o a planificar el futuro del espacio público, son algunas de las cuestiones a abordar por el Patsecova, heredero de la oficina Pateco, o por ese diagnóstico municipal que ya se tocó tangencialmente con el plan Futurelx, que planteó hace años la creación de un centro de diseño del calzado o la denominación de origen de la Granada Mollar.