ELCHE. Parece una de las calles malditas del centro ilicitano para negocios de restauración. Sin embargo lo es para los que tienen un determinado modelo, aquellos que aspiran a una nivel de precios medios tirando a altos. No pueden competir con los bares de tapas o los restaurantes de exquisiteces que hay alrededor. Sin embargo, locales de un precio más asequible, y más similares a estos bares de tapas, pero más elaborados, como los hay en Alicante, son los que pueden competir mejor. Y dos de ellos han abierto recientemente, La Barrica y la franquicia Chico Calla!
En tan sólo un año han cerrado hasta cuatro locales en esta calle: en año nuevo bajaban la persiana el gallego Pulpería Compostela y el vasco Bodegón Alejandro, más tarde, en julio, hacía lo propio el café librería Público y el mes pasado El Secreto de Picolo, que había abierto este mismo año. Asimismo, en verano también cerró en una calle paralela el restaurante Master-Sushi, sin embargo, hace tan sólo unas semanas abría sus puertas Keiken Fusión. Por lo que en cierta forma, parte del centro está renovando su propuesta restauradora en tan sólo un año.
Sin embargo es esta calle, Mare de Déu del Carme, la que más cambios ha visto. El pasado 31 de octubre se inauguraba La Barrica, un pequeño local con una carta bastante variada, desde deliciosas brochetas de carne o marisco, hasta los clásicos calamares, pasando por croquetas caseras y productos de toda la vida como montaditos, variedad de murcianas marineras o miniburgers. Para los paladares más finos, pulpo al horno o carnes como entrecot o solomillo. Todo a unos precios bastante accesibles, económicos para una buena y variada oferta, sin grandes pretensiones, con platos típicos, pero bien hechos, y en un local pequeño, sin querer abarcar más de lo posible, y elegante. En el poco tiempo que lleva abierto ya ha mostrado bastante más movimiento que el anterior local —Secreto de Picolo—.
Tan sólo unos días después, el 3 de noviembre, abría sus puertas Chico Calla! a varios metros en la misma calle. Un local franquicia que ya lleva tiempo en Alicante y cuyo turno llega ahora a la vecina ilicitana. Se definen a sí mismos como una taberna alicantina, y lo es porque su cocina incluye elaboraciones gastronómicas típicas de la provincia, a menudo acompañadas de expresiones valencianas para cada tapa. Entre ellas también destacan los salazones, coca amb tonyna, la pericana, el pulpo, montaditos... También a un buen precio, ideal para competir con las taperías vecinas y además con una barra externa que permite tomarse una cerveza en la calle, a modo de tardeo. El nombre de la empresa detrás es CH Taberna Elche e inició su actividad con un capital de 31.000 euros.