ELCHE. Otro negocio que baja la persiana en el centro de la ciudad, aunque esta vez, se trata de una calle en la que no acaban de funcionar determinados tipos de negocio. Es en la calle Mare de Déu del Carme, donde recientemente cerraron en julio El Público, que llegó a estar menos de un año abierto, y Master Sushi, que llevaba más tiempo. Meses después de que a principios de este año se repitiera lo mismo con Pulpería Compostela y Bodegón Alejandro. Precisamente, en el local de este último, abrió El Secreto de Picolo, que es el que ha cerrado ahora y que tan sólo llevaba abierto desde febrero.
A principio de semana publicaban un mensaje en las redes sociales del restaurante:
Queridos amig@s y client@s emprendemos nuevos proyectos en nuestras carreras profesionales y nos vemos obligados a cerrar El Secreto de Picolo en Elche,agradeceos a tod@s vuestro apoyo y cariño, nos habéis hecho muy felices durante este tiempo, un fuerte abrazo a tod@s!
Un mensaje que quizá cogió de improvisto a muchos, pero que ha vuelto a poner de relieve la dificultad de poner en marcha negocios de restauración en esta calle, al menos con precios medios-altos. Son varios los factores a tener en cuenta para el cierre de este y anteriores restaurantes de la calle, el primero lo escondido de la calle a pesar de estar al lado del Ayuntamiento o su falta de señalización y la dificultad que tienen para asentarse o incluso para que sean conocidos.
Pero hay otros factores más determinantes que tener en cuenta, por ejemplo, la carestía del establecimiento —lógico por otra parte al ver la amplia y rica carta—, sumado al propio alquiler en esta zona, y sobre todo, la dura competencia. Desde la pulpería, que cerró a principios de año, indicaban a Alicante Plaza lo complicado de competir con franquicias más baratas. No hay más que ver que en las inmediaciones del restaurante, en calles paralelas, están los bares de tapa y montadito La Fábrica y Garage —que amplió sus instalaciones este año cogiendo el local tras el cierre de Arte Ibérico—, siempre hasta los topes, o bares de toda la vida como Fina. Asimismo, también se encuentra, más parecido, Mestizaje, otro gastrobar, con una cocina más selecta y más cara, pero siempre con su público.
Al final, la dura competencia y restaurantes de un punto medio como este, no han acabado de cuajar en esta calle, como se veía últimamente en la poca afluencia del local. En ese sentido, este mismo año, en el pasado verano, se inauguró otro negocio de restauración, Desbocados, en el lugar de la pulpería, eso sí, más económico y accesible. Y se planea una nueva apertura en la calle, así que en unos meses se verá cómo evolucionan ambos negocios. De momento, ya se ha visto y ha quedado comprobada la dificultad de mantener determinados establecimientos a flote en esta calle. Un cierre más que se suma a los que ha habido a lo largo del año en la Corredora y alrededores, y que pone de manifiesto la necesidad de dinamismo del perímetro, pero también la asfixia de algunos propietarios por el alquiler de locales en pleno centro. Habrá que esperar por otra parte para ver qué arroja el informe y plan municipal que se prepara al respecto de casos como este.