ELCHE. Son varios los negocios de restauración que han cerrado en Elche durante los últimos tiempos. En diciembre de 2017 cerraban en el Carrer Mare de Déu del Carme la Pulpería Compostela y el Bodegón Alejandro, y más recientemente, Arte Ibérico, situado muy cerca, al lado del CEU San Pablo. Sin embargo, el cierre de estos restaurantes no está impidiendo que se inauguren nuevos negocios. Uno de los más recientes en el centro de la ciudad, ubicado donde estaba el Bodegón Alejandro es El Secreto de Picolo, que lleva abierto desde febrero y que ofrece una variada y amplia carta.
Este nuevo establecimiento, que está ubicado en una zona complicada por estar cerca de franquicias que viven del clásico tapeo, tiene el reto de mantenerse en una calle en la que otros restaurantes de buen producto y que apostaban por la calidad, como la propia pulpería, acabaron cerrando. Por el momento, está cosechando muy buenas opiniones y está teniendo una buena acogida, sobre todo durante los fines de semana. La clave, su amplia carta con platos clásicos y pequeños aportes propios del chef Nico López que le dan ese toque distintivo que pude suponer un elemento diferencial dentro de esos platos de toda la vida.
Destacan, por ejemplo, los menús arroceros que ofrecen, o como otros restaurantes de la ciudad, la apuesta por pescado fresco de la lonja de Santa Pola. En ese sentido, desde el carpaccio de pulpo hasta la coca de capellán asado, pasando por ostras Gillardeau nº2 con ponzu y granizado de pepino, no se limitan al plato típico de marisco, sino que con una buena presencia y buena combinación de otros elementos, añaden cierta modernidad y frescura a productos que siempre se han solido de gustar por la zona, pero con ese toque personal del chef. A pesar de la predominancia del pescado, del que hace gala en el logo y la decoración, también hay oferta de carne como el portentoso Tomahawk.
Junto a estos platos de sabor tan Mediterráneo, destacan también el arroz a banda con caldo de pescado de roca, el caldero de gallina o el gazpacho de mero. Todo gastronomía local de la terreta, que sumado a otras tendencias que llevan en auge desde hace varios años en el ámbito de la restauración como el tataki de atún, hacen de El Secreto de Picolo un buen lugar al que ir a degustar platos de proximidad combinados con un toque personal que busca diferenciarse del tratamiento culinario de siempre. En resumen, y como ellos mismos indican, “cocina de mercado con productos frescos de primera calidad, elaborados de forma respetuosa”.
Asimismo, para tapear hay pequeños detalles que completan la buena oferta como las croquetas caseras y el buen sabor de sus salsas secretas. En cuanto al dinero, se trata de un restaurante con un precio mediano; no es barato, pero es acorde a la preparación, acabado y sabor del género que se presenta. También ofrece una elegante decoración y un buen trato al cliente.