Foto: RAFA MOLINAALICANTE. El debate sobre la conveniencia de la celebración de las fiestas de Fogueres en 2020 quedó definitivamente zanjado este martes con el anuncio de su cancelación definitiva. Las fiestas del fuego asociadas al día de San Juan no se celebrarán hasta junio de 2021 tras superar un año en blanco: algo que no sucedía desde la Guerra Civil, cuando su celebración se suspendió durante tres años consecutivos, entre 1936 y 1939. No obstante, todo parece indicar que los dos días festivos asociados al desarrollo de las fiestas sí permanecerán anclados al mes de junio, aunque no haya monumentos en la calle.
Por partes. Tanto el alcalde, Luis Barcala, como la presidenta de la Federació, Toñi Martín-Zarco, coincidieron en señalar, al comunicar el acuerdo de la cancelación, que se trataba de la mejor decisión posible a la vista de que no existía ninguna seguridad de que las fiestas pudiesen desarrollarse con garantías frente al riesgo de contagios por coronavirus en la primera semana de septiembre (el nuevo calendario que se había previsto hasta ahora). Menos todavía para el desarrollo de los actos previos a las jornadas centrales de la celebración todavía pendientes, como la presentación de bellezas y bocetos o la misma elección de la Belleza del Foc, por ejemplo. Como muy tarde, todas esas citas debían celebrarse desde mediados de julio, sin que existiese ninguna certeza de que pudiesen tener lugar con presencia del público habitual pese a desarrollarse en espacios abiertos.
La cancelación se acordó, además, después de que el 92% de las entidades festeras se decantase por la suspensión de les fogueres a través de la consulta que se acordó poner en marcha el pasado viernes. Así, tanto el Ayuntamiento como la Federació coincidieron en la necesidad de despejar la incertidumbre y acordar la cancelación, tanto por la persistencia de la crisis sanitaria como por las dificultades económicas a las que podrían enfrentarse algunas comisiones para poder afrontar los gastos de construcción de sus monumentos o de contratación de servicios como la ornamentación o el acompañamiento de bandas de música, por la posible falta de patrocinios, entre otros elementos.
Así, fuentes municipales indicaron que el festivo de libre disposición municipal que se había acordado trasladar hasta el mes de septiembre en el pleno de abril, con la intención de encajarlo en el nuevo calendario de les Fogueres, volverá a trasladarse hasta el 22 de junio: es decir, la fecha en la que se había asignado inicialmente, antes de la irrupción de la pandemia. De este modo, se trataría de favorecer la reducción de la movilidad al evitar desplazamientos por motivos de trabajo, en el caso de que en la tercera semana de junio todavía persistiesen las restricciones que conlleva la declaración del estado de alarma. Es lo que ya sucedió con la jornada del 23 de abril: el día en el que debió celebrarse la romería de Santa Faz, también suspendida por el coronavirus. Al mismo tiempo, según fuentes municipales, también se trasladará a la Generalitat la decisión de desistir a la solicitud de traslado del festivo autonómico fijado para el 24 de junio hasta el 4 de septiembre, puesto que ya no resultará necesario.
Lo cierto es que la fecha del 24 de junio permanecía invariable como jornada festiva de carácter autonómico, ya que la Conselleria de Economía no había convocado todavía la reunión de la comisión tripartita (Generalitat, patronal y sindicatos) encargada de evaluar cualquier tipo de modificación que pueda plantearse sobre el calendario laboral acordado hasta el momento. De hecho, fuentes del departamento autonómico consultadas por Alicante Plaza indicaron que difícilmente podría plantearse la posibilidad de desplazar ese festivo regional a otra jornada alternativa, como pretendía el Ayuntamiento de Alicante, ya que ese tipo de variaciones se debe acordar con mucha antelación. Y esa es una circunstancia que no concurría ahora, cuando falta un mes y medio para el 24 de junio. En esta línea, las mismas fuentes incidieron en que el festivo autonómico de San José se mantuvo invariable pese al aplazamiento de las Fallas de València, aunque lo cierto es que en ese momento la suspensión se acordó solo a diez días del desarrollo de las fiestas: un plazo que no dejaba ningún margen de maniobra para plantear posibles modificaciones.
A partir de ahora, al margen del devenir definitivo de ese festivo autonómico, queda todavía una incógnita por resolver: qué sucederá con los actos que quedaron suspendidos tras la declaración de la pandemia, como las presentaciones de bellezas o de bocetos, ya citadas, entre otras citas habituales del calendario festero. Por el momento, todo sigue en el aire, aunque el edil de Fiestas, Manuel Jiménez (PP), apuntó este martes que el objetivo del equipo de Gobierno era comenzar a trabajar de manera coordinada con la Federació a partir de la próxima semana para planificar "lo que queda de este ejercicio, aunque no se celebren las fiestas, y sobre todo, la preparación del próximo". En esta línea, apuntó la posibilidad de que la Federació pueda aprobar una posible modificación del calendario habitual, de modo que puedan desarrollarse algunos actos suspendidos, u otros que puedan plantearse como alternativa, con la llegada del otoño, "siempre que la situación de la actual emergencia sanitaria lo permita".
