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necesitan más apoyos para ejecutar el proyecto

La peatonalización de la Corredora deja al descubierto la debilidad del tripartito de Elche

3/05/2018 - 

ELCHE. Tras la decisión de paralizar temporalmente el proyecto de la Corredora por la polémica que estaba suscitando tanto en parte de comerciantes y vecinos como de toda la oposición, cada figura empieza a colocarse ahora en el tablero. Por el momento, el tripartito ha logrado algo de oxígeno en el pleno de mayo, ya que no ha salido adelante la moción de la oposición para paralizar el proyecto. Eso sí, con algo de fortuna porque por parte del Partido Popular faltaron dos ediles —la dimisión de Luis Ángel Mateo se hizo efectiva y Manoli Mora estaba enferma—, lo que facilitó una maniobra por parte del tripartito para no salir todo lo noqueado que podría haber salido. Eso sí, la situación dejó al descubierto la situación de debilidad en la que se encuentra el tripartito, que por algunos momentos en este asunto ha sido más bien un bipartito.

El Partido de Elche volvió a ser clave

De hecho, ante la moción presentada por la oposición en bloque, Partido Popular, Ciudadanos e Ilicitanos por Elche, el Partido de Elche presentó una enmienda que fue rechazada, pero más tarde se presentó como moción de urgencia. Un malabarismo mediante el cual el tripartito ha salvado medio punto, ya que la propuesta sigue la naturaleza de la propuesta presentada por el representante de la formación, Jesús Pareja, en el anterior pleno: paralizar el proyecto hasta que no haya un consenso claro sobre la peatonalización, un plazo de 90 días para hacerlo y la eliminación de la dotación presupuestaria contemplada si no se llega a un acuerdo. Hasta entonces, claro, también quedan suspendidas las licencias y la adjudicación en ciernes de adecuación de la calle Alfonso XII —por la que se desviará el tráfico— para la que faltaba un pequeño trámite.

Una bola de partido que pudo salvar el tripartito porque la falta de dos concejales del PP —como señaló Alicante Plaza, la falta de uno de ellos podía ser importante para esta tesitura—, hubo un empate por los doce votos de IxE, C’s y PP y los de PSPV y Compromís, con la abstención del Partido de Elche, que aunque después ayudó a sacar adelante la moción, en este asunto está vacilante. Por el empate de la votación, al final la de la oposición fue rechazada. Contemplaba la eliminación de la dotación presupuestaria y la vinculación del proyecto al futuro del Mercado Central, cuya viabilidad ahora mismo está en el aire a expensas de ver qué dice Icomos sobre la afección al Misteri d’Elx o la Conselleria de Cultura sobre el refugio de la guerra.

Susto o muerte

Sorteado este obstáculo, ahora mismo PSPV y Compromís ya han visto que las fuerzas con las que cuentan son las mínimas desde el inicio de legislatura —ni su relación es la mejor—. Si bien contaban con el apoyo de Ciudadanos desde fuera, una vez aprobados los presupuestos anuales, la formación de David Caballero ya no tiene por qué seguir apoyando, salvo casos puntuales, ya que logró meter su batería de medidas en las cuentas anuales, y empieza a distanciarse ahora que llegan las elecciones, aliándose al menos en este asunto, con el PP —concretamente con el sector de Mercedes Alonso—, que a priori es su socio natural. Por otra parte está el Partido de Elche, que ha dado algún bandazo en situaciones como esta, lo cual supone otro hándicap para los dos principales socios de gobierno, que ven peligrar el principal proyecto de la legislatura, por lo que tampoco pueden permitirse más errores de cálculo.

Durante la hora de receso del pleno —que a priori iba a ser de un cuarto de hora—, sendos bloques estuvieron encerrados preparando la intervención para la parte clave del pleno, la de la moción de la oposición para paralizar el proyecto. De momento, con las bajas del PP —que llegaron a ser de tres tras la salida de Alonso al pleno de Diputación— y flexibilizando el reglamento de las mociones a su favor, han logrado algo de oxígeno. En estos 90 días tendrán que lograr que el proyecto salga adelante, que para ellos hubiera sido más viable y seguro ejecutarlo al principio de la legislatura. Ahora corren el riegos de perder el tren y dejar una obra que en uno u otro sentido, supondrá una transformación para el centro de la ciudad, y perder la oportunidad de dejar algún legado de relevancia. Un legado que esperan poder dejar ellos y que sea un argumento de peso para los comicios de 2019. En cualquier caso, a pesar de este margen de 90 días, al tripartito, o lo que quede de él, se le puede hacer cuesta arriba lo que queda de legislatura. Si no se le está haciendo ya.


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