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igual que otros monumentos del Conjunto Histórico, sin catalogación bic propia

La Basílica de Santa María de Elche no tiene su Plan Especial de Protección: dificulta el acceso a ayudas

21/02/2021 - 

ELCHE. Como ha venido contando este medio, son diversas las cuentas pendientes del municipio ilicitano con su patrimonio cultural. Además del estado puramente físico del mismo, quedan deberes por hacer en materia administrativa. Una de ellas, la propia catalogación de Bien de Interés Cultural (BIC), que es el caso de la Basílica de Santa María, además de inmuebles como la Torre de la Calahorra, entre otros del Conjunto Histórico Artístico. El problema que acarrea es que dificulta el poder acceder a subvenciones de otras administraciones.

En este sentido, aunque Santa María es el caso más sorprendente por su importancia, junto a otros monumentos del Conjunto Histórico Artístico sí que tienen protección BIC, pero genérica y dentro del Bien de Interés Cultural que representa el mencionado conjunto monumental, que data de 1968. En el inventario autonómico se comprueba cómo en la mayoría de los bienes ilicitanos los datos del entorno de protección son genéricos. Les falta esa catalogación propia y para ello necesitan su Plan Especial de protección, la propia normativa de salvaguarda del bien, que una vez realizado tendrá su catalogación. Una vez finalizado este paso se podría actualizar la ficha del bien con el mencionado plan. Se trata de una necesidad cada vez más imperante, visto en el caso de Santa María los recientes desprendimientos y en general los problemas con el mantenimiento monumental, de ahí nuevas vías que se están buscando para tratar la piedra.

Planes directores y salvaguarda: paso necesario

Como todos los elementos protegidos con figuras relevantes, sean BIC o Unesco, han de tener su plan de protección que rija cómo se ha de gestionar, qué actuaciones se permiten en él o en su entorno, cómo intervenir en su fachada, área de afección... Algo que suena reciente en Elche ya que es una de las cuestiones pendientes del palmeral, además de su ley, pendiente de aprobar, queda por redactar el Plan de Uso y Gestión que marca cómo actuar con él. Con el caso de Santa María y el resto de BIC del Conjunto Histórico Artístico, ocurre lo mismo. En el caso del palmeral por ejemplo, con sus constantes conflictos la protección genérica BIC es anterior incluso, de 1943 —no es la más antigua, la del Misteri es de 1931—.

En cualquier caso, una vez se complete este proceso de redacción del Plan, ya se podrían solicitar las subvenciones de la Conselleria de Cultura o del Ministerio del ramo, por ejemplo. Pero para solicitar dichas ayudas hay que solicitar la declaración de BIC. Tras este paso la Conselleria cataloga al monumento con un número para el inventario, y con este código ya hay derecho a este tipo de subvenciones. Desde el Consistorio se empezó a trabajar en ello en 2018, el arquitecto protector de la Basílica Antonio Serrano se encargó de la propuesta arquitectónica y Joan Castaño, archivero municipal, de lo relativo a la Festa, al ser el patrimonio inmaterial que se celebra dentro. Y la propia Conselleria pidió colaboración al Ayuntamiento para desarrollar la parte urbanística. 

No es por tanto baladí que se haya encargado la redacción de un Plan del Conjunto Histórico Artístico, ya que es de 1968, aparte de que la conselleria de Cultura ha venido incidiendo en este y otros ámbitos de protección que Elche tiene que redactar o perfilar. Ese plan, que tiene ya 53 años, supone un área discontinua que se pretende redefinir con el casco antiguo y la Vila Murada —aproximadamente el recorrido de la Roà—. Las opciones que se abren son o elaborarlo y después desarrollar un área de afección de Santa María con su protección, otra de Calahorra, Ermita de San Sebastián, etc.; o ir introduciéndolo a la vez que se hace. 

Con todo, el objetivo es el mismo: incardinar cada uno de los monumentos en esta fundamental trama urbana para dotarla de un sentido, de forma que las medidas del entorno sean en general las mismas, salvo aquellos que requieran alguna cuestión concreta. Y que quede clarificado el proceder con cada uno de los bienes. Una cuestión en la que Cultura está enfatizando en otros municipios, si se quiere subvención hay que cumplir con la normativa de salvaguarda para el patrimonio, por eso está apremiando a que se redacten estos planes directores y de salvaguarda. 

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