Las penalizaciones por incumplir parcialmente el contrato de televisión al solaparse los horarios de los partidos lo que resta de temporada, otro problema económico adicional.
ALICANTE. Las consecuencias de la pandemia de Covid-19 en el fútbol no se frenarán aunque regrese la competición: se pondrá fin al parón pero, al igual que ocurre en el resto de sectores de la economía, el golpe va a ser duro donde los haya.
El famoso protocolo a aplicar para el regreso a los entrenamientos y a la disputa de partidos de fútbol en Primera y Segunda División A (como en el resto de deportes profesionales de ámbito estatal y federado) ya ha trascendido (lo desvelaba iusport.com este jueves) y en el mismo se contempla que no haya público en los estadios mientras no exista una vacuna, algo que no se espera hasta el año que viene, por lo que se verá afectada en ese aspecto la terminación de la temporada 2019/20 y la primera mitad de la 2020/21.
El Consejo Superior de Deportes (CSD) ya adelantó lo anterior días atrás a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y a la Liga de Fútbol Profesional (LFP), cuyos miembros llevan haciendo números desde hace semanas (de ahí las regulaciones temporales de empleo y los acuerdos de rebaja salarial con los trabajadores que más cobran).
El Elche es uno de esos clubes cuya actividad ha pasado de girar con el balón a hacerlo alrededor de una calculadora: como desveló Alicante Plaza hace dos semanas, para lo que resta de la presente temporada la entidad del Manuel Martínez Valero estimaba un roto de 2.200.000 euros si no se volvía a jugar y de 450.000 euros aunque regresase la competición y además lo hiciera con público en los estadios.
Finalmente parece que no será una cosa ni la otra: se completará la temporada, cumpliéndose con el contrato firmado con la televisión, pero será sin aficionados en las gradas. Esto, como también adelantó este medio y confirmó días después la directora general del Elche, Patricia Rodríguez, obligará a los clubes a devolver parte de lo cobrado a sus abonados o a ofrecerles alguna alternativa como una bonificación futura en el precio, extremo cuya implementación se complica toda vez que los partidos a puerta cerrada abarcarán todo el segundo semestre de 2020, es decir, una parte significativa de la primera vuelta de la Liga 2020/21.
El ajuste de ingresos y, por extensión, la confirmación de que la temporada en la que los clubes sufrirán las consecuencias de la pandemia será la próxima y no la presente, no solo será consecuencia de los partidos a puerta cerrada, pero si atendemos solo a este aspecto y tenemos presente que el Elche presupuestó un ingreso de 1.606.109,35 euros por abonos y taquillas el curso 2019/20, del que resta por disputarse el tercio más importante (con posibilidad para los franjiverdes de jugar más allá de la Liga regular, concretamente disputar incluso el 'play-off' de ascenso Primera División), podemos afirmar que alcanza los 500.000 euros el agujero (la mayor parte del dinero ya lo ha cobrado, el correspondiente a abonos) que provocará jugar sin público lo que resta de temporada. Esa cantidad, por medio de una simple regla de tres, nos lleva a un perjuicio de 800.000 euros respecto a la primera mitad del curso 2020/21.
Obviamente, el palo no será exactamente de 1.300.000 euros porque, como hemos dicho, entran otros factores en juego como, por ejemplo, el hecho de que al jugar sin público los patrocinios (que ya se han cobrado) tampoco se habrán cumplido íntegramente, como también que, en lo que resta de temporada el calendario se apretará de manera que se solapen los horarios partidos, algo que conllevaría la aplicación de penalizaciones por parte de la Televisión. Los clubes estudian cómo abordar con esta la situación (que se las repercuta de cara al curso 2020/21, al igual que esperan hacerlo con sus patrocinadores).